Comienzan los problemas (Parte II)

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Veo como la mujer baja de la criatura, es alta y esbelta, de piel pálida, su vestido es tan largo que lo arrastra por el suelo, camina segura y elegantemente, su cabeza está adornada con un cabello lacio negro ébano que le llega hasta la cintura, su mirada de ojos azules penetrantes se pasea por todo el lugar, como buscando a alguien

De repente, dice en voz alta y estridente:

-¿Como osan dejar que una nueva persona se pasee por mis dominios sin que yo lo autorice? ¡Conocen las reglas, nadie puede permanecer en este mundo sin tener mi permiso!

Mis ojos jamás han estado más abiertos, siento como mi pulso se acelera, porque, sé que...ésta hablando de mi

Noah advierte mi nerviosismo y desprende una pulsera negra de su muñeca

-Mírame -dice, colocandome la pulsera- mientras tengas esto no podrás irte de aquí, es decir, no te congelarás sin importar que tengas miedo

No me alarmaron sus palabras, en lo más minimo, lo que me aterro fue el tono jadeante y preocupado en que lo dijo, jamás lo había visto agitado, temblaba

-Lamento no habertela dado antes-dice haciendo un esfuerzo por tomar aire- esperaba poder enseñarte a controlarlo, pero ya no hay tiempo

- ¿De qué hablas?-dije preocupada

No pudo contestar, la mujer quién había empezado a caminar por los alrededores, exclamó:

-Alguien aquí, ayudó a la intrusa a permanecer es este mundo, ¡y es acusado de traición!

Tiemblo de pies a cabeza

-Ven-dijo él chico susurrándome al oído- por aquí

Nos escabullimos, lo más silenciosamente que podemos, por un estrecho callejón

-Ten cuidado-dice él

Caminamos, casi agachados, y de repente oigo un chillido que proviene del cielo

-Rápido-dice- haz lo que yo haga

Corremos por el callejón, veo a pocos metros una gran pared, no hay salida

Veo como Noah, antes de que lleguemos al muro, se arroja hacia el fondo de lo que parece ser una carreta con un techo de tela blanca destrozado, que está al costado del camino y yo sin pensarlo lo sigo

Esperaba caer en una caja de madera con ruedas, pero en vez de eso, hay un hueco, me resbalo dentro de el y caigo en lo que parece ser unas almohadas en un piso de arena

Me levanto y veo hacia arriba, solo logro distinguir el hoyo por donde me lance, a unos dos metros de donde estoy ahora

-Noah-susurre en medio de la oscuridad-Noah

-Estoy aquí- responde, encendiendo una cerilla que encontró en el suelo

Logró ver que estamos en una cueva de paredes color crema, el piso de arena está cubierto con almohadas y alfombras

-¿Que lugar es este?

-Mi escondite-responde, con la sonrisa que le conozco tan bien- vengo aquí cuando quiero estar solo

Acto seguido, agarra una escalera que estaba en una de las paredes de la cueva, escala hasta el hoyo, y lo cierra con una puertita redonda de madera con cerrojo

-Así nos aseguraremos de que no nos sigan- dice- debemos irnos

Empezamos a caminar por un túnel, sujeto con vigas de madera, no nos decimos palabra, parece que él está tan preocupado como yo, después de caminar mucho, llegamos a un lugar como el anterior solo que no había nada que cubriera el piso y estaba completamente oscuro, a excepción de unos pocos rayos de luz de luna que se filtraban por las grandes piedras que hacían de paredes en la cueva

Noah me indico con un gesto que lo siguiera, y empezamos a escalar por una de las rocas hasta llegar a una puerta de madera que él abrio sin dificultad, y una vez arriba me ayudo a subir

Al pisar el suelo, veo que estamos en el bosque

-Debemos ir a buscar ayuda- dice él- conozco a alguien que quizás pueda sernos útil...





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El país de los sueñosDonde viven las historias. Descúbrelo ahora