Jodido

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—¿Minnie? —JongDae entró en la habitación de Minseok sin golpear, pero se arrepintió de haber entrado de ese modo cuando su amigo se sentó en la cama en posición de alerta—Lo siento —se lamentó—. ¿Te desperté?

Xiumin había pasado bastantes noches sin poder dormir en ese último tiempo y, justo cuando por fin se había permitido tomar un merecido descanso antes de una misión tan arriesgada e incierta como la que emprenderían, tuvo que venir Jongdae a interrumpirlo.

—No te preocupes por eso, ¿pasó algo? —preguntó el chico, restándole importancia con una sonrisa y demostrando que una paciencia extraordinaria era su más grande virtud, además de su nata preocupación por el prójimo.

—No, no es nada —Chen tragó saliva y trató de ingeniárselas para decir algo que no le hiciera sonar más idiota de lo que ya estaba sonando, pero falló en el intento. 

Minseok soltó un pequeño bufido y enseguida sonrió. Jongdae pensó que lo mejor era desearle las buenas noches a su mejor amigo, pero él, en el fondo, deseaba quedarse ahí. Quería recostarse al lado de Xiumin para mirar el techo y meditar en voz alta sobre distintas cosas como, por ejemplo, en las bromas que planeaba hacerle a Baekhyun mientras estuvieran cumpliendo la misión y también quería hablar de lo disgustado que estaba con Chanyeol por haberlos asignado como equipo cuando Baekhyun y el líder habrían formado una linda pareja y, por supuesto, Chen habría estado más que feliz de ser compañero de Xiumin. 

JongDae sí estaba seguro de lo que sentía por Minseok. Era amor del bueno. De ese amor desinteresado e inocente. 

Xiumin jamás podría imaginar lo mucho que su amigo deseaba pasar tiempo con él, pero si eso implicaba hacerlo faltar a sus obligaciones, estaba más que dispuesto a sufrir en silencio su propia necesidad de estar cerca de la persona que amaba. Y así lo había hecho todo este tiempo. No podía negar que se sentía triste al no poder estar con su amigo una última noche, pero si con eso conseguía que él descansara de manera correcta, lo aceptaba.

—Me voy a mi habitación, Min, continúa durmiendo, por favor, lo siento mucho. 

Levantó su mirada para apreciar por última vez esos bellos ojos verdes que brillaban como dos esmeraldas pese a que la habitación estaba casi a oscuras—. Entiendo que no quieras hablar ahora. Buena suerte en tu misión con...con Chanyeol. 

Olvidó por un momento que, para él, no controlar sus impulsos significaba, por lo general, vidrios y vajilla rota e incluso grietas en la pared. En este caso, lamentablemente, no fue tan distinto, ya que dio un feroz portazo y solo atinó a apretar los ojos y a rogar por que, cuando los abriera, no tuviera la perilla de la puerta en la mano. Comprobó que ésta siguiera unida a su marco y se volvió a disculpar, pero luego se volvió a enfadar consigo mismo al darse cuenta de que Xiumin no le tomaría importancia como a nada de lo que él hiciera. Todo porque no era tan valioso como Chanyeol y ahora, por si fuera poco, el bastardo de su líder lo había mandado a formar equipo con Baekhyun quién también estaba en la elite de los fracasados.

Solo rogaba por no encontrarse con el ángel negro o se mataría él mismo para ahorrarle trabajo al engendro ese.

Entró a su cuarto, se quitó los anteojos y empezó a desabotonar su camisa, se la quitó y la dejó sobre una silla de manera descuidada; luego se quitó los zapatos y abrió la cremallera de su pantalón. Lo bueno de haber pagado por una habitación tan cara era que podía dormir medio desnudo si se le antojaba y nadie lo trataría de exhibicionista indecente ni mucho menos.

—Chen. 

Jongdae se volteó asustado, agradeció tener los pantalones todavía en su lugar. Supo que era Minseok en cuanto escuchó su voz, más no pudo ver con tanta nitidez su rostro ya que se había quitado sus gafas y estar en penumbra no ayudaba. Xiumin no podía decir lo mismo pues, para su fortuna, gozaba de una visión muy aguda y lo agradeció más que nunca en esa ocasión, ya que quedó realmente maravillado con lo que logró ver: un Jongdae medio desnudo, con el pantalón caído y el torso desnudo que dejaba al descubierto unos pectorales anchos y trabajados y más abajo unos sensuales abdominales. ¿Quién podría haber imaginado que detrás de un ser tan tierno e idiota podía esconderse ese hombre con un cuerpo tan hermoso y sensual? Xiumin no reconoció que lo que estaba sintiendo por su compañero era deseo en su estado más puro. Él también era inexperto en este tipo de experiencias y se sorprendió al notar que era una sensación realmente agradable, pero que, de una manera inexplicable, también traía consigo una acalorada ansia por querer más del otro.

ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora