Capítulo 3

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JACK...

Todo lo que había vívido con Elsa, había sido maravilloso, me sentía muy feliz con aquel primer beso que nos dimos el día anterior, sin embargo, había algo que no dejaba que mi corazón le entregara todo a ella. Podía decir que era parte del pasado, y que ya no significaba nada especial para mi, lo que no era mentira. Pero Elsa y yo, no teníamos nada oficial. ¿La amaba? Completamente. Estaba seguro de mis sentimientos, hasta aquella mañana en la que salí con la intención de decirle a aquella chica especial todo lo que necesitaba decirle. Pero hubo un contratiempo que cambio mis planes.

Allí estaba ella, con su cabello castaño y aquellos preciosos ojos verdes esmeralda. Tenía la mirada perdida. Pensaba en algo o en alguien, y no podía evitar sentir temor de saber que escondía tras esa bella cabellera. Rapunzel. Ese era su nombre.

Conocí a Elsa antes, o al menos la vi antes, y al hacerlo, supe inmediatamente que jamás encontraría alguien tan hermosa como ella, pero siempre creí que no me vería. Sin embargo, lo hizo, y luego de desaparecer de su campo visual, encontré algo más que llamó mi atención. Era una torre, en el medio de la nada. Me acerqué. En la ventana, había una pequeña niña que miraba sólo al cielo. Era muy linda. Pero me vio. Una vez fui testigo de que había sido descubierto, la única solución que encontré fue responder a su llamada.

-¿HOLA?- Gritó. 

Me acerqué lentamente.

-Hola.- Contesté.

Me miro sorprendida. Pero con ternura.

-¿Quién eres?- Dijo sin temor.

-Mi nombre, es Jack Frost. ¿Y el tuyo?

-Soy Rapunzel.

Así que en ese momento la conocí. Fue especial. Sabía que lo era. Sólo que por algún motivo sentía que formaría parte de mi vida. Empecé a verla, especialmente en las mañanas, porque aunque la quería, y mucho en realidad, había alguien que ocupaba mi mente gran parte del tiempo.

No sabía ni siquiera el nombre de aquella misteriosa chica que miraba desde su ventana, encerrada en un castillo, y desde aquel momento en que la vi, en que sus ojos se posaron en los míos, supe que ella de una forma u otra, formaría parte también de mi vida. En las noches, acostumbraba ir al castillo de esta misteriosa chica, únicamente a verla rondar por la habitación sin tener algo que hacer al acabar. Pero cuando no estaba en el castillo, estaba en la torre con Rapunzel. Las unía el tener un don, pero no lo sabía. Un día, con un hielo, corte mi pie, y descubrí el don de Rapunzel. Al tener contacto una herida con su cabello rubio y extremadamente largo, y luego cantar una bonita canción, se iluminaba y mágicamente curaba las heridas. Una noche, Rapunzel me llamó. Acudí a su llamado.

-Jack!

-Rapunzel. ¿Qué sucede?

-Ven, por favor. 

-¿Qué esta ocurriendo? ¿Estás bien?

-Yo estoy bien, pero...

-¿Si?

-Jack... me gustas.

La miré perplejo. Era lindo que me dijera eso, y me dolía no corresponder a los sentimientos que tenia. Aunque la quería, era... extraño. Había convivido con ella durante un largo tiempo, no entendía que estaba ocurriendo. Mis sentimientos por ella era únicamente amistosos. Pero sabía que decirlo, le haría daño.

-También me gustas a mi.- Dije algo seco.

-¿En serio?

-Si, en serio.

Like A Frozen Love Story. (Jelsa)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora