Palabras atrapadas que ruegan salir con mi aliento, un corazón aprisionado lleno de sentimientos, un alma tan agrietada como el mismísimo suelo, un nuevo amanecer, no sé si estoy viva o estoy muerta, un día más que no sé dónde me encuentro; si me encuentro en el cielo o en el mismísimo infierno, atrapada entre un sin fin de gente, me exigen tanto... Quieren de mi todo y yo de ellos no pido tanto, atrapada en un silencio eterno mientras la soledad me abraza busco una salida y no encuentro nada, tengo vista y veo todo y es como si no viese nada, unas manos que pueden hacerlo todo y que están encadenadas; quieren hacerlo todo y no pueden hacer nada. Hoy podría marcharme y de mí no te acordarías; una carta de suicidio...
Mi última despedida.
Seguiré escribiendo aunque nadie lo lea, este es mi rincón de paz.
