Capítulo 27.

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Simón me miraba fijamente, esperando una respuesta y yo realmente no sabia bien que hacer, veía como poco a poco sus ojos que mientras me hablaba se reflejaba la esperanza de que volviera con él, ahora se estaban apagando y se volvían tristes.

Y en el fondo, me dolía verle así, es una persona a la que quiero demasiado y tampoco deseo verle sufrir, aunque él me haya hecho mucho daño.

—Abi... Di algo por favor... —me súplica, casi susurrando.

Yo seguía sin hablar, tenía dudas, ¿y si volvía con él y me volvía a hacer igual? Para ser su novia necesito que confíe en mi, y que vea de verdad que a quien quiero es a él... Además que ahora la que no acaba de confiar soy yo... ¿Quién me dice que no tiene algo con Esther?

—Tengo muchas dudas, Simón. Quiero que confíes en mi, que veas que Villa y yo solo somos amigos, y que de quien estoy profundamente enamorada es de ti... No quiero que me vuelvas a decir nunca más algo parecido, me dolió que creyeses antes a la loca de María, y que encima le dieses juego a Esther, ¿sabes que esa chica va diciendo que tenéis algo? Dime Simón, ¿Alguna vez pasó o pasa algo entre vosotros? —Le suelto, siendo sincera.

—Abi, ahora tengo más claro que nunca que entre tu y Villa, jamás pasó nada, de verdad, confío plenamente en los dos, créeme.
Y respecto a Esther, jamás pasó nada entre nosotros. Te juro que lo hice solo por darte celos, no me gusta nada esa chica y tampoco siento nada por ella, créeme Abi, ayer en la discoteca la rechacé y le dije que te quiero a ti. Perdóname, vuelve conmigo, esto no puede acabar tan pronto, por favor. —me vuelve a repetir Simón.

Y es que la que ahora no se fiaba era yo... Necesitaba pensármelo, así que decidí que lo más fácil era irme al hotel y pensar las cosas.

—Lo siento Simón, pero necesito pensar bien que hacer. —le respondo, me levanto del banco y me voy, dejándolo allí.

Veo que no hace nada, y agradezco que me dé mi espacio y respete mi decisión.
Así que vuelvo al hotel, pero Cam, que es con quien necesito hablar con urgencia para que me de consejo, no está.
Así que me dirijo hasta la habitación de Martín y Villa, necesito hablar con alguien y sé que ellos estarán dispuestos a escucharme y decirme que hacer.

—¿No estabas con Simón? —me pregunta Martín cuando entro a la habitación.

—Si, pero me fui, necesito pensar las cosas.

—Y nosotros pensando que ya le habrías perdonado... —dice Villamil.

—¿Y vosotros como sabéis eso? —pregunto extrañada.

—Simón, nos dijo por el grupo de WhatsApp, que iba a intentar que le perdonases... Pero vemos que no. —me explica Martín.

—Es que no sé que hacer... —les respondo dándoles a entender que me encuentro muy perdida.

—Abi, escúchame, soy su hermano y lo conozco bien, si a Simón no le importaras, si no te quisiera, no insistiria tanto.
Nos contó que ayer se pegó con un hombre que intentó hacerte daño, y a mi me ha sorprendido, ya que mi hermano jamás se pegó con nadie. Si eso no te hace ver que te quiere... —me dice Martín.

—Abi, Martín tiene razón, y aunque creas que es un estúpido, el miedo de perderte le hizo perder la cabeza.  Además se ve que también le quieres, dale otra oportunidad, todo el mundo merece una segunda oportunidad. —me dice esta vez Villamil.

—Es que lo pintais muy bien, pero... ¿Y si me vuelve a hacer daño?

—Lo dejas, tan simple, dale solo una oportunidad, déjale claro eso, Abi te quiere, y sé que lo último que quería era provocar todo esto. —me contesta Villamil.

La decisión poco a poco la tenía más clara, pero ahora solo necesitaba acabar con una última duda, ¿era cierto que entre él y Esther jamás había pasado nada?

—Chicos, ahora me vais a ser sinceros.

—Si claro, ¿que pasa? —me pregunta Villa.

—¿Alguna vez ha pasado algo entre Esther y Simón?

—Jamás, él nunca le da bola, es ella que se monta sus historias, él único que le hace un poco de caso es Pedro, así que ella no es peligro. —me responde Martín.

—Bueno vale, creo que he tomado una decisión. —digo con una sonrisa.

—¿Vas a volver con él? —me pregunta Villa.

—No os pienso decir nada, que después le decís a Simón.

En ese momento, tocan a la puerta, va Villa a abrir y casualmente aparece Simón.

—Chicos vengo aquí ya que Isaza esta muy ocupado en su habitación... —se excusa. —Aunque creo que mejor me voy. —dice cuando se da cuenta de que estoy allí.

—No no, tu no te vas de ninguna parte, ustedes dos tienen cosas de las que hablar. —le ordena Villa y casi lo arrastra hasta mi lado.

—Creo que todo está hablado... Y si ella no tiene las cosas claras...

—Ahora si las tengo. —le respondo mirándole a los ojos.

Veo como su mirada recupera el brillo, esperanzado de que mi decisión sea volver con él.

—Creo que mejor os dejamos solos, vamos Villa. —dice Martín y salen ambos de la habitación.

Nos dejan a solas, y noto como Simón está ansioso.

—A ver, he hablado con ellos, y he llegado a la conclusión de que todos merecemos una oportunidad, pero te aviso que solo vas a tener una más. Quiero que hagamos borrón y cuenta nueva de lo ocurrido, tu dejarás tus celos y yo me olvidaré de lo que me dijiste, te quiero Simón y quiero retomar la relación desde el momento en que la dejamos.

Veo como sonríe y sin pensarlo, me abraza para acto seguido besarme como solo el sabe.

—Te  quiero y no sabes lo que necesitaba esto. —me dice con una gran sonrisa, de esas que solo me enamoran más.

Entonces, ahora soy yo quien le besa, teniendo bien claro que he hecho lo correcto.

Noches de verano.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora