House of Secrets

Capítulo 1

-Bueno chicos, guarden sus celulares que la clase ya empezó- anunció la profesora desde el medio de la sala. Su mirada era inexpresiva pero se le notaba que estaba triste por algo.

-Oye, Thomas –murmuró mi compañero de banco, Derek- ¿Qué es lo que harás después de clases?-

-Ni idea, pensaba pasearme por los pasillos del campus, como siempre- reí.

Últimamente mi vida ha sido un poco aburrida, ya que estaba de internado en un colegio aburrido, lejos de la ciudad. Fueron mis padres los de la brillante idea, como ellos tenían que salir del país por trabajo, no se les ocurrió nada mejor que venir a dejarme acá, como si ya no me pudiera cuidar solo. En mi antiguo colegio, todas las tardes salía con mis amigos a diferentes lugares, al cine, al parque, a la feria, y en ocasiones nos juntábamos a estudiar, eso era divertido, era libertad. En cambio acá uno no puede hacer nada, lo único que me quedaba por hacer después de clases era dirigirme a los dormitorios y ponerme a escuchar música, lo cual no estaba mal, pero era preferible hacerlo con amigos, aquí estaba solo.

Con Derek nos conocemos hace poco, de hecho lo conozco desde el otro día que lo cambiaron a mi habitación, ya que mi compañero de cuarto se había ido a vivir a Alemania con su familia, que suerte la de él.

Yo estoy acá desde hace un año, en ocasiones mis padres me llaman cuando tienen tiempo, pero ya ni me interesa, al parecer ya pude olvidarme de ellos como ellos ya se habían olvidado de mí.

El campus era enorme, pero eso no le quitaba lo aburrido, en un lado estaba la sección de dormitorios, en donde se separaba en dos estructuras, la de niños, y la de niñas. Por el otro lado, estaba el Liceo, enorme y apagado como siempre; y lo demás que queda de espacio, eran puras áreas verdes en donde los estudiantes podían ir a recostarse al aire libre, claro, ya no, estúpido invierno que nos quitaba la libertad.

-Creo que Nicole hará una fiesta en su cuarto esta noche –continuó hablando Derek- ¿Te interesa ir? Dicen que ese cuarto es el más grande de todos debido a una falla en la construcción del campus, es como el triple del nuestro.

-Vaya, eso suena interesante –dije refiriéndome al espacio, no a la fiesta, ya que nuestro cuarto era tan pequeño que con suerte caían dos camas y unos cuantos muebles, esa chica debe de vivir bien- me apunto –comenté en silencio.

-Genial, creo que será como a las diez, pero de todas formas preguntaré más tarde para cerciorarme –dijo mientras sacaba los cuadernos de su mochila- va a ser genial- soltó entre risitas.

Las horas se pasaron muy lento en clases de química, ya que la profesora Clodeth era la más aburrida de todas; le encantaba explicar con calma, tanto que de hecho ella misma se perdía entre sus propias palabras. Volteé la vista hacia el resto de la clase y noté que casi todos mis compañeros estaban durmiendo sobre sus bancos, algunos llegaban a roncar de hecho. Pero al parecer eso ni le preocupaba a ella, ya que continuaba explicando de todas maneras.

-Oye Derek –dije tratando de despertarlo- mira quien llegó.

La profesora tranquilamente se dirigió a la puerta y dejó entrar a una chica, tenía el cabello largo y oscuro, con lindas facciones, era simplemente hermosa. Como por arte de magia todos los chicos que se encontraban durmiendo se levantaron de golpe y empezaron a babear por ella.

-Chicos –anunció la profesora Clodeth- ella será su nueva compañera por el resto del año, su nombre es… ¿Cuál es tu nombre querida?- preguntó.

-Me llamo Emily- dijo con una voz clara y hermosa.

-Hola Emily- dijeron unos compañeros al unísono.

-Cállense babosos -replicó la profesora con una carcajada- Bueno Emily, será mejor que nos cuentes de ti, para que te conozcamos mejor-

-Ya mmm, mi nombre es Emily Mattews, tengo 17 años y vengo desde California a estudiar acá, mis padres andan de viaje así que les pareció una buena idea dejarme en este Liceo mientras trabajaban –típico murmuré- y ahora estoy alojando en el cuarto 531 del edificio gris-

Wow que suerte la ella, recién llegada y obtiene el cuarto más grande de todo el campus; hay chicas que llevan años tratando de alojar ahí, pero de todas formas creo que se lo merece, y terminará siendo una buena compañera para Nicole.

*El timbre comenzó a sonar*

-Bueno chicos –comentó la profesora- nos vemos la próxima clase, estudien-

Todo el mundo salió corriendo inmediatamente por la puerta, tal cual como si no hubiera un mañana. Emily se quedó inmóvil donde estaba, tratando de esquivar a la gente y a la vez pensar a donde iría ahora, se veía tan dulce e inocente.

-Hola- Me acerqué a ella con la mochila colgada a un hombro.

-Hola- respondió sonriendo.

-Mi nombre es Thomas, si quieres te puedo ayudar en algo…- en realidad no sabía qué era lo que estaba diciendo, solo dejaba fluir mis pensamientos.

-Mmm ¿sabes dónde está la cafetería?- preguntó sin ánimo.

-Claro, debes seguir por el pasillo hasta llegar a la sala de computación, luego doblas a la derecha y caminas hasta ver un letrero enorme con el menú del día- sonreí.

-¡Gracias!- dijo y se marchó sonriendo.

Derek se me acercó por detrás dándome unas palmadas en el hombro, con solo verlo sabía lo que estaba pensando, su sonrisa maliciosa lo delataba de inmediato.

Ya eran casi las diez y fuera del cuarto de Nicole había una enorme fila para poder entrar en la fiesta, al parecer esto sería grande. Derek luciéndose como siempre, me tomó del brazo y nos colamos entre la multitud, sin que nadie se diera cuenta nosotros ya habíamos entrado. El lugar era enorme, había unas mesas llenas de comida, luces de todos colores alumbrando ciertos sectores del lugar, las camas apiladas a un rincón y la música no estaba nada de mal.

En la puerta estaba Nicole viendo a quien dejaba entrar y a quien no; a nosotros no nos hizo problema ya que nos conocía muy bien, bueno, en realidad conocía mejor a Derek que a mí, pero de todas formas creo que le agrado. Cerca de la ventana del cuarto estaba Emily mirando hacia el exterior algo preocupada. Me acerqué a ella.

-¿Está todo bien?- pregunté con timidez.

-Claro –sonrió- solo que me siento extraña aquí, no conozco a nadie.

-No te preocupes, solo trata de disfrutar-

Unas horas más tarde la fiesta ya estaba en su punto, todos estaban en medio del cuarto saltando y bailando con la música, mientras que otros estaban en los rincones besándose de una manera carnal. Los gritos se podían escuchar a unos kilómetros de distancia. Me sentía increíble.

Las luces comenzaron a parpadear por encima de nosotros, al igual que la música se empezó a trabar en algunas partes, los gritos se fueron reduciendo a medida que la incertidumbre nos llenaba por completo. Sin saber lo que estaba pasando, las luces de todo del campus se apagaron de repente y nos dejaron sumidos en la oscuridad. Los gritos de unas chicas se esparcieron rápidamente por el cuarto, dejándonos a los demás como presa del pánico, creo que alguien cayó de golpe contra el suelo. Y al parecer a otras personas les estaba pasando lo mismo.

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