Capítulo 2: Cicatrices

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Al llegar a casa llamé a Iri, mi mejor amiga, la necesitaba.

-Iri te necesito- Decía entre lágrimas

-Sofy, calmate ¿Qué pasó?

Se notaba preocupada y era obvio, recién volvía de un viaje ¿Por qué lloraría?

-Me pidió que me casara con él...

Se hizo un silencio de unos minutos, yo no dejaba de llorar y supongo que Iri esperaba mi respuesta.

-¡No te calles! ¿Qué le dijiste?

-Le dije que sí pero...

-¡Ayyy felicidades! Pero... ¿Por qué lloras? ¿Necesitas que vaya?- Me interrumpió con una mezcla de emoción y preocupación

-Por favor-Logré decir entre lágrimas.

No tardó mucho en llegar y vino con helado, sabía cómo levantarme el ánimo. Me conocía a la perfección. Al entrar fue a buscar cucharas a la cocina, yo sólo la miraba desde el sofá sin emitir sonido alguno. Ella se sentó en frente de mí y esperó a que pudiera hablar.

-Fue en la playa, un mantel en la arena rodeado de velas. Fue como el sueño que él tuvo conmigo. Recordé todo cuando volvimos al hotel. No pude estar más tiempo con Julián porque no dejé de pensar en otra persona. ¡Mirá como estoy de nuevo, y de nuevo es por él!

-Euu cálmate, estás con alguien que te merece, que vale la pena, que está a tu altura. Te ama y vos a él ¿Por qué volver atrás?

- Porque un recuerdo me hizo viajar al pasado. Lo amé y vos sabés cuanto, di todo por él, me la re jugué para que me pagara así. Al final todos tenían razón, el primer amor no se olvida así pasen mil años.

-Pero él es un pelotudo que te perdió y ¡Dios! No tiene idea de lo que perdió. Pero vos tenés que seguir y no por esto dejar tu felicidad.

-No Iri, no dejé a Julián. Hubiera sido muy cruel, acababa de aceptar casarme con él. Sólo le dije que necesitaba estar sola en casa.

-Ahh, entonces es mejor así. Él no te buscó, sólo recordaste lo que vivieron y no está mal pero ahora tu vida es otra y tenés mejores recuerdos que esos.

-¿Y estaría mal querer saber qué fue de su vida?

-¿Y de qué te serviría eso? No te dañes más, ya fue suficiente, ahora sos feliz y estás con alguien que te ama y respeta y lo ha hecho por 3 años.

-Lo sé, por eso necesitaba hablar con vos. Sabía que me ibas a hacer entrar en razón.

-Me alegra escuchar eso. Ahora volviendo a lo importante ¿Cómo no me vas a contar ayer lo que pasó?

Me sentía mejor habiendo descargado todo con Iri y la alegría que tenía por mi noticia también me alegraba. Estuvimos juntas toda la tarde, le conté el día a día de mis vacaciones y ella de lo que había sucedido en mi ausencia. Al irse Iri me dijo.

-Te conozco y conozco esa mirada. Todo va a estar bien, te lo prometo ¿Sí?

-Gracias amiga, no sabés lo bien que me hizo contarte todo. Avísame cuando llegues.

-De acuerdo.

La vi subirse a su auto y marcharse. Al estar sola en casa de nuevo sentí que ya todo había vuelto a la normalidad. Encendí el teléfono al cual se le había agotado la batería, y noté que tenía varias llamadas perdidas de Julián junto a varios mensajes en los que me preguntaba ¿Qué sucedía? Y si mi reacción se debía a la propuesta, no dudé un segundo; le había hecho ver algo que no era.

Necio CorazónDonde viven las historias. Descúbrelo ahora