Capitulo I Orígenes

16 3 3
                                    


Eran pasadas las 2 o 3 pm, encontrándome sola en casa, pues hacía una hora antes mi madre junto con papá y mi hermana habían salido a traer los suministros para el resto de la semana. Tanto mamá como papá me conocían a la perfección e inclusive Caroline sabían con exactitud cual era mi rutina diaria, después de tantas negativas como respuestas en periodo de vacaciones dejaron de insistir, dejándome sola por solo algunas horas.


Como todos los días y fiel a mis rutinas decidí salir a tomar una paseo, tome mi morral que se encontraba en uno de los sillones y lo pase por mi brazo, pero justo antes de salir fui directo a la cocina y de uno de los cajones de la alacena saque una pequeña libreta que mi madre acostumbraba dejar para cualquier recado que quisiéramos dejar cuando ella o mi padre no estuvieran. Arranque una de las hojas y comencé a escribir:


"Mamá como no llegaba, decidí salir a dar un pase, saben donde encontrarme".


Los quiere. Zohar


Después de terminar mi recado, lo coloque en la puerta del refrigerador con un pisapapeles, ese era un buen lugar para que vieran mi mensaje. Tome las llaves del perchero y Salí de casa. Comencé a caminar a paso lento, solo fue cuestión de algunos minutos para que llegase a mi destino. Una ves a la orilla del bosque seguí mi trayecto adentrándome con cada paso que daba en aquella inmensidad de tranquila libertad. Posiblemente ya me había adentrado 1 kilometro o más, pues de la casa ya no se veía ni la sombra, todo lo que mis ojos veían en cualquier dirección eran árboles y más árboles. Después de tanto caminar por fin había encontrado el lugar perfecto para descansar y admirar todo lo que me rodeaba. Justo donde me había detenido se encontraba el tronco de un árbol caído, simplemente tome asiento y del morral que colgaba de mi hombro saque un libro que había guardado minutos antes de que hubiera salido de casa.


Ya le había avanzado bastante al libro y por lo tanto el tiempo también, pero no me imagine que fuera tan tarde. El sol comenzaba a ocultarse. Pero en momentos como estos al tiempo era a lo que menos le daba importancia, así que seguí en lo mio. Mi intuición y mis instintos me decían una cosa y la razón otra. Intente seguir con mi lectura, pero algo, no sabría decir que, hizo que desviara mi atención del libro. Algo que se encontraba totalmente fuera de mi alcance se encontraba en medio del bosque y posiblemente muy cerca de mi. El sonido era muy peculiar, sin ninguna duda podía asegurar que eran aullidos y lo primero que se me vino a la mente fueron "Perros". Por alguna razón entre en pánico y eso era raro en mi, pues muy pocas veces me paralizaba del miedo y hoy era una de esas ocasiones. Luego de algunos segundos o tal vez minutos reaccione volviendo a la realidad, enseguida cerré mi libro y lo guarde en mi morral. Comencé a correr lo más rápido que pude, pero en momentos como estos me parecía que no avanzaba nada. Yo seguía en la lucha por salvar mi vida, trataba e intentaba aumentar mi velocidad hasta donde mi cuerpo me lo permitiera. Estaba total y absolutamente segura de que algo o alguien seguían mis pasos, pero en momentos como estos, era demasiado cobarde para retroceder y mirar que era lo que me perseguía. En mi intento por escapar de lo desconocido y a la velocidad en la que iba tropecé con la raíz de un árbol que sobresalía unos cuantos centímetros hacía la superficie. Caí sobre ramas, hojas, musgo, todo tipo de cosas. Tome las pocas fuerzas que quedaban en mi cuerpo, me levante del suelo y continúe corriendo por mi vida. A lo lejos, a no más de 10 o 15 metros de distancia alcanzaba a visualizar la silueta de mi casa, sabía que ya no faltaba mucho para llegar, motivo por el cual aminore mi paso. Ahora que el efecto de la adrenalina había pasado, la mayor parte de mi cuerpo lo sentía adolorido y entumecido, pero hubo otra cosa de la cual me percate, algo tibio escurría por mi pierna, por instinto toque unos cuantos centímetros por debajo de mi rodilla y me di cuenta que mi pantalón estaba rasgado, posiblemente a causa de mi caída, cuando levante mi mano para ver que era lo que escurría por mi pierna vi que era SANGRE, pero no le di importancia. Tal ves solo tal ves, era un simple rasguño, en ese instante lo más importante era que llegara a casa. Ya me había acercado lo bastante, como para ver por completo la casa y afuera de ella se encontraban mis padres y mi hermana sintiendo un gran alivio al instante. Ellos parecían estar tranquilos, pero en cuanto me vieron, su semblante cambio.


― ¡Hija, estas bien! ―Exclamaron mis padres alterados, dirigiéndose en dirección a mi―. Nunca me pasó por la mente que me viera tan mal, ambos se veían realmente preocupados.


―Si, no se preocupen―Respondí dirigiéndome a los dos―. Era inútil ocultar lo de mi caída, pues mis padres no eran tontos y enseguida se darían cuenta.―Fue una caída sin importancia―Continúe, sin darle mucha importancia al tema― Es solo un pequeño rasguño―Finalice, ya al fin junto a ellos―.


―Anda, entremos que el fresco de la noche nos hará daño―Prosiguió mi padre dirigiéndose solamente a mi―. Mamá & Caroline entraron juntas, yo intente hacer lo mismo, pero mi pierna realmente me molestaba. Mi padre debió darse cuenta porque enseguida me tomo en brazos para ayudarme a entrar. Era inútil oponerme, pues en un abrir y cerrar de ojos ya me encontraba entre sus brazos.


Segundos antes de que mi padre cerrara la puerta alcance a mirar en dirección al bosque, pero no se veía absolutamente nada. Papá se dio cuenta, pero no dijo nada simplemente cerro la puerta con seguro y llave.


―Que haces papá―Exclame, una ves dentro de casa―. Casi estaba segura de lo que mi padre se proponía, pero igual deje que continuara. ―Que crees que hago Zohar, te llevo hasta tu cuarto hija―Respondió con toda la amabilidad del mundo―. A él no había quien le ganara, así que permití que me llevara.


―Listo mi pequeña―Murmuro, al empo que me ayudaba para ponerme de pie―Que descanses hija―Finalizo y después deposito un beso sobre mi frente―.


―Gracias papi―Respondí como lo hacia cuando era pequeña―Te quiero mucho papi―Proseguí con el mismo tono de niña chiquita, segundos después bese su mejilla y entre a mi cuarto―. Estando ya sola en mi habitación no podía dejar de pensar en lo sucedido, de algo estaba completamente segura, faltaría más que una simple persecución para que a Katerina Kournicova la tuvieran muerta del miedo. Tarde o temprano descubriría al responsable de lo sucedido. Eran tantas las preguntas que rondaban por la mente de la joven, que no le era tan fácil conciliar el sueño. Si bien aquel suceso poco particular había hecho que aquella jovencilla cambiara su manera de pensar sobre las cosas poco convencionales y miedo era lo que menos tenía, aquella sensación en ella era intriga, sentimiento que se apoderaba por completo de ella.


Tanto pensar en aquello que por el momento no tenía respuesta, la había dejado agotada y no era para menos, había terminado con una leve herida en el pie derecho. Simplemente y sin previo aviso la chica callo en un profundo y acogedor sueño.


You've reached the end of published parts.

⏰ Last updated: Dec 13, 2017 ⏰

Add this story to your Library to get notified about new parts!

Amores que MatanWhere stories live. Discover now