—¿Estás loco?—Susurre sorprendida mirando por la ventana aquel chico que sonreía y me miraba desde abajo.
—Pazzo per te. (Loco por ti)—Respondió dándome una linda sonrisa.
Muchas veces cuando hablaba en italiano trataba de entenderlo y en otras me confundía. Aprendí italiano viviendo con mis abuelos, pero fue solo un año y aun no entendía algunas cosas.
—Cuánto quisiera que fuera real.—Respondí exagerando un suspiro nostálgico y queriendo ser dramática, sabía que aquel hombre si estaba loco, no solo por mi consideraba que lo estaba en general.
—Non mi piaci Erika, ti amo.(Tu no me gustas Erika, yo te amo)—Dijo el chico abriendo los brazos desde donde estaba. Esa era la señal de que esperaba un abrazo y yo estaba ansiosa por darle uno, tal vez un golpe también, pero primero el abrazo.
Baje por aquel árbol que quedaba frente a mi ventana, con cuidado de no tropezarme. Solía hacer eso de niña, pero cuando subí de peso se me empezó a dificultar, ahora era mucho más fácil, aunque seguía siendo difícil por el vestido y porque hace muchos años no lo hacía.
Pero siempre terminaba haciendo todo tipo de locuras por él, tal vez por eso me gustaba tanto, podía salir de mi zona de confort cuando él estaba cerca.
—No quiero que te lastimes así que baja con cuidado Amore mio.—Dijo mientras miraba cada uno de mis movimientos, temiendo con que me resbalara. Su mirada era atenta y sentía que al mínimo movimiento ya estaría preparado para agarrarme y tenerme segura entre sus brazos.
Debo admitir que su español era raro y a veces se mezclaba con su italiano, pero se hacía entender y sonaba perfecto para mis oídos. Era como escuchar una nueva lengua, una lengua romántica y única que se esforzaba solo para que yo le entendiera. Cuando me di cuenta de que me gustaba escucharlo hablar así, supe que todo de él me gustaba y sabia cuanto se esforzaba para que nos entendiéramos mejor, en todo sentido.
Cuando termine de bajar, él se acercó y me rodeo con sus brazos, dio un suave beso en mi cabeza y me dio la vuelta para quedar frente a frente. Por fin pude mirar su rostro otra vez desde cerca. Siempre que estábamos juntos me tocaba mirar hacia arriba ya que era mucho más alto que yo, incluso con tacones no podía llegar a sus labios sin que el tuviera que bajar la cabeza.
Pude sentir su delicioso aroma, no había pasado un mes desde que nos separamos, pero lo había extrañado como si con él se hubiera ido una parte de mi vida. Todo en el me volvía loca, su olor me abrazaba y me calmaba, sus brazos me rodeaban y me sentía protegida, su aura era dominante e incluso intimidaba, pero en su mirada podía ver tanto amor que no le podía tener miedo, era todo lo que alguna vez había soñado para describir al hombre perfecto. Supe que estaba realmente enamorada cuando vi tanto lo bueno y lo malo y solo me gustaba cada vez más.
—¿Qué haces acá Luka?—Pregunte mientras acariciaba su rostro, sus hermosos ojos grises solo se concentraban en mí.
—¿Luka? Acaso ya no soy La mia vita.—Hizo un pequeño puchero con sus labios y no pude evitar derretirme con ternura por su gesto.
—¿Qué haces acá La mia vita?—Sonreí recordando el apodo que hace algún tiempo le había puesto, cuando empecé aprender italiano con él, muchas veces me decía palabra como "la mia vita", tenía que averiguar qué significaba y cuando descubrí que era, decidí que ese sería el apodo para él
—Me escapé de todo el caos que rodea a mi familia, quise venir a verte. No podía soportar más días sin ver tu hermoso rostro.
—No debiste hacer eso, tu padre podría matarte si se da cuenta que escaparte.—Le reproche, de lo poco que sabia su padre era un hombre temido en la isla Sicilia y podría hacerle daño si le desobedecía otra vez. No quería que le hiciera daño por mi culpa.
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LOVELESS: Una chica sin amor
Подростковая литератураElla los veía a todos, pero ¿quién realmente la veía a ella? Erika Sáenz siempre se ha sentido invisible en un mundo que a chicas como ella las han juzgado hasta atormentar su vida. Enfrentando el constante rechazo y la indiferencia de los demás, Er...