Bendita casualidad que pase por esa esquina.
Estabas esperando, ¿al amor de tu vida?
No sé si llegaré a ese nivel.
Pero me encantaría oler tu piel.
Presentarte a un tal Samuel.
Y serte completamente fiel.
Te pregunté: ¿quién eras?
Sin pensarlo: quien tú quieras.
Todo fue muy rápido.
No es raro si descansaba en tu regazo.
Colorea todos los huecos en blanco.
Y rogaba por besar tu mano.
¿Esto es el famoso amor?
Pregunté sin ningún temor.