Me miró perplejo, como si no pudiera creer mis palabras.
─¿Qué es lo que quieres para ofrecerme semejante trato?- su sarcasmo era palpable.
─Que dejes de torturarlo- dije sin inmutarme en lo más mínimo─ Te cambio su sufrimiento por el mío.
El único sonido que salió de sus labios fue el de sus estruendosas carcajadas y así permaneció durante varios minutos hasta que su respiración se volvió a la normalidad.
─¿Estás seguro de eso Aki?, te está saliendo caro el caprichito ¿no crees?
─Estoy seguro- respondí sin rastro de duda en mi voz, sabía lo peligroso que podía resultar si alguien fuera de él se enteraba del trato que estaba proponiendo, pero era lo único que se me ocurría para ayudar al ratoncito.
─Largo de aquí.
─Me iré cuando aceptes el trato- lo conocía, no lo dejaría en paz hasta asegurarme de que mi pequeño castaño estaba a salvo.
─No seas idiota Akihiko, vete ahora mismo y fingiré que nunca te vi aquí el día de hoy.
─Acepta el trato y no me volverás a ver hasta que así lo quieras-. No iba a darme por vencido tan fácil, a él no le hacía gracia perder a su presa y a mí no me la hacía el ver sufrir así al pobre chico.
─No haré eso- se levantó dando un golpe en el escritorio─ No hay una razón lógica para lo que me pides, tú no sabes nada de él y por lo tanto no puedes intervenir en sus asuntos.
─Entonces explícame qué es lo que pasa con él-, me levanté de la misma manera mirándolo amenazante─ ¿qué es lo que hizo que merece todo lo que le haces?, ¿por qué no puedes dejarlo en paz?- Se quedó callado─ Respóndeme, Yamero!
─Nada Akihiko-, soltó de repente─ el mocoso no ha hecho absolutamente nada y por eso sigue aquí- su mirada me era indescifrable, nunca antes lo había visto de esa manera─ Si quieres ayudarlo convéncelo de que acepte el maldito trabajo de una vez, así se ahorran problemas los dos.
─¿De qué trabajo hablas?- espeté impaciente por más información.
─Uno que solo él puede hacer- me inspecciono un instante para luego esbozar una sonrisa ladeada─ ya veo, ¿verdaderamente no te ha dicho nada, no?
─Déjate de juegos y dime qué es lo que quieren que haga.
─Ese niño es más tonto de lo que creía- murmuró sin borrar su sonrisa─ dejando sus debilidades tan a la vista, aunque podría funcionar...
─Explícate- exigí comenzando a perder la paciencia.
─Si logras que acepte el trato dejaré en paz a ambos-. Amplió su sonrisa deformándola a una cada vez más cínica.
─¿Y si no lo hago?- pregunté con tono retador aunque por dentro moría de los nervios ante su respuesta.
─Te tomaré la palabra, ahora fuera antes de que me arrepienta.
Dicho eso me sacó de su oficina, seguía procesando sus palabras mientras caminaba con dirección a la celda de mi mejor amigo; llegué encontrándola abierta por lo que sin más entré viendo como mi amigo acorralaba al chico pelirrojo contra la esquina de la celda. Carraspeé un poco para llamar su atención consiguiendo que se sobresaltara y me dirigiera una mirada asesina.
─No mames pendejo, ¿qué mierda estás haciendo?- gruñó deteniendo su labor.
─Me la debías- me encogí de hombros restándole importancia y tomé asiento en la cama del moreno.
─Pinche Takame, no sé ni por qué te sigo aguantando.
─Porque me amas-. Le guiñé un ojo repitiéndolo con el pelirrojo obteniendo otra mirada asesina de mi amigo.
─¿Ahora qué pinches quieres mamón?- se cruzó de brazos con evidente molestia haciéndome reír.
─Quiero información carnal- saque el frasco que le había quitado a Yalek─ seguramente tu sabes más de esto que yo- se lo mostré sosteniéndolo entre mis dedos.
─Creí que ya habías dejado las drogas carnal- tomó el frasco inspeccionándolo y agitándolo.
─No es mío.
─¿De tu rata?- me lo devolvió con gesto confundido.
─Se lo quité en la mañana y no tengo idea de lo que es-. Volví a revisar el contenido, pero sólo parecía un polvo cualquiera.
─¿Y por qué tendría que saber algo?
─Porque tú lo sabes todo- bromeé─ y si no te lo inventas.
─Ja-ja-ja, graciosito, ¿qué quieres que haga con eso?- me pasó una botella de vodka que no tardé en abrir y tomar un gran trago de ella.
─Pensaba en dárselo a probar a alguien para ver que hace- inconscientemente desvié la mirada al chico que había permanecido en silencio todo ese tiempo.
─Ni lo sueñes- sentenció mi amigo al notar lo que estaba mirando─ si alguien lo va a probar que al menos sea alguien que no importe.
─Okay, tranquilo, no le haré nada a tu pu...-me miró con gesto amenazante─ princesa, no le haré nada a tu princesa- rectifiqué conteniendo la risa.
─Yo digo que le preguntes a tu rata wey-, se relajó sentándose a mi lado─ creo que sólo él podrá decirte lo que es sin necesidad de matar a nadie en el proceso.
─Está bien carnal- me encogí de hombros levantándome y saliendo de la habitación, tenía un rato que el vodka había desaparecido junto con la mitad de una botella de sake─ que se diviertan- volví a guiñar el ojo con expresión pícara y me fui por el pasillo antes de que pudiera reclamarme.
Aún no llegaba a las escaleras que conectaban con el segundo piso cuando el guardia que solía acompañar a Yalek me encaró y antes de que pudiera hacer cualquier cosa su puño se había estrellado con mi cara de forma dolorosa, haciéndome caer de espaldas por mi mal equilibrio debido a mi estado. El dolor en mi pómulo solo logró hacerme reír sin razón aparente, el guardia me miraba contrariado, sin moverse hasta que intenté levantarme cayendo de nuevo casi de inmediato, me ayudo a ponerme en pie y me guio hasta mi celda, ya no reía, dejé que mi cabello cayera cubriendo cualquier marca en mi rostro, me tambaleaba y daba tumbos tirando todo a mi paso. Al llegar lo primero que vi fue a Yalek corriendo para recibirme y tenderme en la cama. Joder, cómo quería a ese chico...
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Hola...
Aquí está el capítulo que prometí ayer...(hoy en la madrugada)...
Si les gustó pueden compartirlo con sus amiguit@s...y si no...pueden compartirlo con sus no amiguit@s y a tomar por saco...
Nos leemos luego...
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Los Recuerdos Duelen [BL]
Novela JuvenilDos chicos entraron a mi vida, demasiado parecidos para ser cierto, sobre todo porque yo vi morir a uno de ellos... "No puede ser, después de tanto tiempo, ambos terminaron en mis brazos; las posibilidades son muy pocas, hay un mundo entre nosotros...