Correspondencia especial de invierno.
Besar tu piel desnuda es una de las mejores cosas que me ha sucedido – te miro dormida a través del espejo que esta frente a la cama –, tu cabello derramado sobre la almohada como una cascada iluminada por los rayos del sol te hacen lucir como una diosa –, no puedo creer lo que acabo de vivir a tu lado, hoy en nuestra noche de bodas nos entregamos al amor y al deseo de una manera tan especial – lanzo un suspiro largo y lleno de satisfacción, cierro los ojos como para recordar –, cuando entramos a la habitación nupcial puede notar tu nerviosismo, tu respiración era algo agitada – sonrío traviesamente – te confieso aunque no lo creas no sabía qué hacer, mis manos temblaban, las palabras no salían de mis labios, me sentí como un adolescente inexperto ¡Pero por dios, era la primera vez que estaba íntimamente con la mujer que amo! – recargo por un momento mi cabeza en el respaldo de la silla segundos después retomo la escritura – te paraste junto a una de las orillas de la cama, estabas sonrojada y también temblabas, no sé de donde saque el valor para al fin acercarme a ti, estaba parado detrás de ti y tontamente te pregunte ¿Estas nerviosa?, a lo cual solo moviste la cabeza afirmativamente – fue en ese momento que sabía que tenía que darme y darte el valor para dar el siguiente paso –, por eso coloque mis manos en tu diminuta cintura y te susurre al oído "yo también estoy nervioso" – luego bese tu mejilla –, creo que eso hizo que rompiéramos la distancia, mis labios comenzaron a besar el lóbulo de tu oreja y luego bajaron por tu blanco y fino cuello, alcance a ver que cerraste tu ojos y pude sentir tu piel estremecida, te anime a darte la vuelta para quedar de frente, te mire a los ojos y me perdí en ellos; ¡Te deseaba Candy!, más de lo que puedes imaginar, busque tus carnosos labios para besarlos y tu accediste de manera inmediata, nos besamos con frenesí, tan intensamente que mi cuerpo comenzó a reaccionar y pudiste sentirlo cuando apreté tu cuerpo contra el mío, mis manos subían y bajaban por tu espalda, no pude evitar apretar tus caderas tú te asustaste un poco ante mi atrevimiento pero aun así me dejaste continuar – mi piel se eriza de solo recordarlo –, luego comencé a desabotonar tu vestido puede sentir el calor de tu cuerpo a través de la delgada lencería que llevabas puesta – comienzo a excitarme de solo pensarlo –, tu vestido de novia cayó al piso, me aleje un poco y admire tu belleza, tus blancos y maduros pechos agitados y como los botones rosas se marcaron en la prenda – sonrío travieso mientras te volteo a ver dormida – me volví a acercar a ti y te sujete con más ansias, busque tus labios desesperado y tú no dudaste en responder a mis deseos, me ayudaste a desabotonar la camisa para dejar mi dorso desnudo y cuando tus manos me acariciaron mi piel los deseos de hacerte mía aumentaron – mi espalda se estremece y sacudo un poco la cabeza para calmar mis ansias de volverte a hacer mía – te quite el corpiño de seda y encaje francés, tus grandes y redondos pechos quedaron al descubierto, no pude más y los sujete con mis manos para apretarlos, tus pezones se endurecieron y quise besarlos, pero en lugar de eso te recosté en la cama y me coloque sobre ti, mientras acariciaba tus pechos y restregaba mi hombría en tu intimidad me anime a besarlos y poco a poco mis labios fueron recorriendo desde tu boca, tus mejillas, tu cuello hasta llegar a las blancas montañas de tu cuerpo, tus manos se aferraron a mi cabello sujetándolo con delicadeza, tus gemidos no se hicieron esperar y eso hicieron que mi excitación subiera más y más, me desabotone el pantalón y como pude me deshice de él, pero aún faltaba esa prenda que nos impedía encontrarnos íntimamente, volví mi boca a tus labios y mis manos se aferraron a tus torneadas piernas – miro como el recuerdo hizo reacción mi hombría –, con habilidad te quite las medias del liguero para luego quitarlas de tus piernas, luego nerviosamente sujete tu braga y la fui deslizando, debo agregar que me ayudaste cuando levantaste la cadera fue más fácil quitar la estorbosa prenda, tímidamente te cubriste con una mano - no puedo negar que ese gesto me hizo sentir incomodo, sonrío juguetón – yo quería admirar tu cuerpo desnudo así que quite tu mano y te dije, ¡No tengas miedo!, luego me percaté de que mirabas mi masculinidad y sin una sola palabra, con una mirada y una sonrisa te anime a que me tocaras, te sentí dudosa por unos instantes así que cerré los ojos un poco para relajarme fue entonces que tu cálida mano acaricio mi cuerpo, yo me estremecí pero no abrí los ojos quise disfrutar las caricias, te sentí temerosa pero con mi mano te mostré como debías de acariciarme, poco a poco fuiste aprendiendo el movimiento y ya no necesitaste mi guía así que solo me dispuse a disfrutar, mis gemidos tampoco se hicieron esperar, luego me di cuenta de que abriste un poco el ángulo de tus piernas, se me ocurrió que mientras tú me acariciabas yo también podía hacerlo así que dirigí mis manos a tu intimidad, tus verdes ojos se abrieron con sorpresa al sentir mis dedos abriendo el virginal jardín de tu cuerpo, aun así me dejaste proseguir con mi recorrido, abrí un poco el portal para encontrar aquel botón rosáceo y delicado - ¡Dios ya estoy excitado! –, con suavidad comencé a jugar con él mientras sentía como te estremecías con cada movimiento de mis dedos, luego pude sentir las gotas de rocío emergiendo de tu cuerpo – ¡te deseaba tanto Candy! – así que no pude más con mis impulsos y me coloque sobre ti, tus piernas se cerraron automáticamente y yo también en automático decidí separarlas con mis rodillas, ¿Tienes miedo?, te pregunte nervioso, tú entrecortadamente me dijiste que sí – yo dude un poco en proseguir, pero creo que viste la duda en mí y agregaste –, "Terry tengo miedo de que esto sea un sueño", te mire sorprendido y tú me regalaste una sonría, pude sentir como relajaste tu cuerpo mientras exhalabas, "Te amo mi amor", esas últimas palabras retumbaron en mi mente y me di cuenta que fue la señal de que estabas lista para mí, separaste un poco más tus piernas y mi hombría busco la entrada a ese delicado jardín, con suavidad comencé a romper el delicado pétalo que habías guardado para mi durante años, al entrar pude sentir un poco de tensión en tu cuerpo, pero no me detuve tus manos se aferraron a mi espalda cuando entre por completo – dijiste ¡Ay duele! –, por un momento me detuve para que relajaras tu cadera y cuando eso sucedió proseguí con el encuentro; los primeros movimientos fueron sutiles, pero conforme la pasión iba subiendo fueron más fuertes y profundos, nuestros gemidos se perdían junto con nuestros cuerpos, tus manos se aferraban a mi cabello y espalda, me pedias no parar y yo como tu fiel esclavo obedecí a tus ordenes, por varios minutos – ja, ja, ja no quiero presumir pero fueron bastantes –, nos perdimos en el embravecido mar del deseo, fue entonces que senti como tu cuerpo comenzó a tensarse y contraerse, sabía bien que pronto llegarías al clímax y decidí que sería de una manera sublime así que no pare y te susurre al oído palabras de amor y deseo –, te pedí, no, no te pedí te suplique que lo disfrutaras y así lo hiciste pude sentir las contracciones en tu vientre y la tensión en tus piernas - ¡Ah, por cierto!, también mi espalda lo sintió intento mirar los arañazos que aun arden, ja,ja,ja,ja es una broma pecosa – pude sentir tu amor derramándose en mi cuerpo, pero no pare los movimientos pues yo deseaba llenarte de mi amor, deseaba empaparte de la lluvia incandescente que corría por mi torrente sanguíneo y pocos segundos después vino el desenlace, me aferre a tu jardín interior, a tu tierra fértil, llenándola de semillas de amor, esperando que prontamente dieran el mejor de los frutos...
ESTÁS LEYENDO
Correspondencia especial de invierno(el mismo café y veinte inviernos)
Short StoryEste es un capitulo especial del fic del mismo café y veinte inviernos, solo que tiene contenido sensual lo puse aparte para poder darle la clasificación correcta, espero les guste hermosas chicas.