Operación J.T.C.

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Un grupo de jóvenes amigos tenían una sencilla tradición, ir a pasar el año nuevo juntos en la cabaña de vacaciones de su amigo, el más rico del grupo, Token. Llevaban alcohol, cachimba y juegos, obviamente, jugar a juegos junto a chupitos y fumar de la cachimba era algo que lo hacía muuucho más divertido.

— ¡Wow, feliz año nuevo, chicos! — Decía un castaño corriendo hacia un grupo de tres compuesto por un rubio, un moreno y un azabache.

— Espero que hayas traído la comida, Clyde. — Expresó el azabache de ojos verdes que fumaba mirando algo molesto por la tardanza que se trajo este estando encargado del alcohol.

— Jo, lo siento, Craig.., es que decidir entre tacos y hamburguesas o pizzas es tan difícil... — Confesó el de ojos color miel mientras se frotaba la nuca con la mano libre.

— ¿Entonces qué trajiste? — Preguntó Token quién llevaba la cachimba escondida en la mochila.

— Pues.., ¡los tres! — Respondió victorioso.

— ¡Gah, qué de grasa, moriremos porque la grasa se nos acumulará en las arterías y nos dará un infarto...! — Exclamó un rubio de ojos azules temblando mientras varios tics comenzaban a apoderarse de él estando encargado de los juegos.

— Tweek, no te ralles, no pasará nada... — Decía en tono suave Craig dándole algunas palmaditas a la espalda de su mejor amigo. — Si no mueres por exceso de cafeína no creo que mueras de grasa. — Se burló.

— ¡GAH!

Y una vez reunido los cuatro amigos, se pusieron rumbo al coche de Token para ponerse en marcha. Media hora de trayecto fue lo que duró hasta llegar a aquella solitaria y lujosa cabaña rodeada de bosque, al principio a Tweek le parecía una locura ya que sería un lugar perfecto para que los del gobierno los secuestraran y matasen o peor aún.., ¡los gnomos pedirían un rescate de miles de millones de calzoncillos a sus padres acabando así con la ropa interior de todo el mundo!, pero, después de haber sido convencido varias veces por Craig, aceptó, y os preguntaréis, ¿cómo milagrosamente lo hizo Craig?, fácil, nuestro querido Tweek había descubierto recientemente una atracción y sentimientos que empezó cómo un accidente, aunque más bien fue cómo una apuesta, propuesta por Clyde.

— Mira, Tweek, que me regalaaaron... —Expresó sacando una entrada de esa feria de café que tanto deseaba el rubio y que por mala suerte, no consiguió.

— ¡NO PU-PUEDE SER, ¿CÓMO LA CONSEGUISTE?!

— Fácil.., con-tac-tos. ~ — Expresó triunfante. — ¿La quieres...?

— ¡Sí, sí, sí...!

— Entooonces.., ¡debes darle un beso a.., Craig!

— ¿¡QUÉ!?

Y después de tanto ver los pros y contras, Tweek, delante de Clyde, obviamente, agarró a Craig que estaba concentrado en encender el mechero para fumarse un cigarro que descansaba en sus labios poniéndolo contra la pared, el cuál se sorprendió por el gesto del rubio, le quitó de un manotazo el cigarro de la boca y estampó sus labios contra los de él en un corto contacto. Separándose rojo cómo un tomate, se dirigió a un Clyde sorprendido arrebatándole la entrada y se fue casi corriendo huyendo. Craig se quedó paralizado y también sorprendido al principio pero el gesto que hizo a continuación este fue algo que dejó incluso más loco a Clyde, CRAIG TUCKER ESTABA SONRIENDO.

— Tweek, ¡Tweek! — Recién le llamaba Clyde alzando su mano delante de su rostro. — ¡Vuelve a la Tierra, qué hemos llegado!

— ¡Gwah, lo siento...! — Se disculpó mientras salía a toda velocidad del auto.

One-shot. ~ Año nuevo, pelo nuevo.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora