[Capítulo 4]✔

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Después de prepararnos durante casi dos horas, nos encontrábamos en el club nuevo que había comentado Cintia. Por lo visto no era la única que se había enterado puesto que el lugar estaba que rebalsaba de gente. Algunos estaban bailando, otros hablando y otros haciendo exámenes de tráquea.

Al llegar a la barra, le pedí un trago al barman y comencé a barrer el lugar con la vista. El ambiente era agradable, de los parlantes sonaba musica electrónica.

Cuando el joven me sirvió mi trago, volví a girarme para contemplar un poco más el lugar.

-Ven vamos a bailar. -Dijo mi amiga arrastrándome a la pista.

Estábamos bailando cuando un tipo se puso a bailar con mi amiga. Para no parecer metida, volví a la barra y pedí otro trago para esperar a que Cin volviera.

-¿Qué hace aquí señorita Green? -Dijo alguien con una voz sumamente conocida detrás de mí.

Al girarme confirmé mis sospechas.

-Señor Alvarado, vine con la señorita Cintia de recursos humanos a festejar el inicio mi cumpleaños.

-Ha. -Dijo mostrándose algo desinteresado.

-Se encuentra en la pista bailando. -Digo señalando hacia la pista.

-Se nota que está bastante entretenida.

-Si, por eso me vine aquí, no quise interrumpirla, pero creo que me iré, ya es tarde y estoy algo cansada. Con permiso.

-Todo suyo señorita Green. -Dijo apartándose con un vaso de wisky.

-Hasta el Lunes señor. -Me despido poniéndome mi campera.

-Hasta el Lunes.

Y sin mirar atrás salí del atestado lugar.

Hacía cinco minutos y aún seguía allí, ya me estaba arrepentiendo de haber consumido alcohol y no haber traído el auto.

Estaba sentada en un banco, esperando a que por obra y gracia del señor apareciera un taxi, cuando sentí que alguien se acercaba. Al girar mi cabeza para ver quien se acercaba, el destino estaba empesinado en hacerme encontrar con mi jefe.

-¿Qué hace aquí todavía? Yo pensé que ya se había ido.

-Es que no traje mi auto debido a que consumí alcohol. Y por lo visto no tengo suerte en que venga un taxi.

-Usted es toda una mujer correcta por lo que veo. -Dice acercándose un poco más.

-Si, se podría decir que si. -Contesté agachando la cabeza.

-Si quiere y no lo considera muy irresponsable, la puedo acercar hasta su casa. -¿Estaba escuchando bien? ¿El mujeriego y despiadado de mi jefe se estaba ofreciendo a llevarme a casa?

-No quisiera causarle inconvenientes señor.

-Puede estar segura que no. Además le debo las gracias por lo de la modelo rusa.

-Pues en ese caso, acepto su oferta. -Digo siguiéndolo.

Al llegar al Bentley último modelo de mi jefe, este me abrió la puerta del copiloto.

-Muchas gracias. -Dije a la par que subía. Apenas cerró el auto, tomé mi móvil de la cartera y le mandé un mensaje a Cintia para que no se preocupara.

Una vez que mi jefe subió del lado del conductor, lo puso en marcha y arrancó una vez que le di mi dirección.

-Espero que no lo tome a mal, pero... ¿Qué hacía en ese club? -pregunto a modo de romper el silencio.

-El dueño es uno de mis mejores amigos, hace poco lo abrió y había ido a conocerlo.

-Ha, la verdad es que el ambiente es agradable y la musica también.

-Le haré llegar tu buena critica. -Dijo sin despegar la vista del camino.

-Es aquí. -Dije una vez llegamos- Gracias por traerme.

-No fue nada señorita Green.

-¿Gusta pasar? -Le pregunto antes de bajar.

-Creo que lo mejor va a ser que prosiga con mi camino. Ya he trasnochado demasiado.

-Oh. Es ese caso no lo entretengo más. -Digo desabrochando mi cinturón- Y otra vez, gracias por traerme. -Le dedico una sonrisa nerviosa y bajo del auto. Apenas entré en la sala, pude escuchar como el auto se alejaba a toda velocidad.

Ok, esa noche había sido de lo más extraña, desde el hecho de cruzarme a mi jefe fuera del horario laboral hasta el punto de que me trajera a casa. 《Sin duda un ovni me raptó y esta que está acá no soy yo. Ok, mejor le calmo.》

Después de desvestirme y ponerme un short y una remera, me acosté dispuesta a dormir hasta tarde.

Estaba quedándome prácticamente dormida cuando mi móvil comenzó a sonar como loco. Al desbloquearlo, vi que era un mensaje de mi jefe. Lo abrí y lo que leí me dejó la boca abierta.

-"Feliz cumpleaños Maite ."

Definitivamente esta no era yo, no podía tener tanta suerte.

-"Gracias Estefan."

Luego de mandárselo, lo apoyé sobre la mesa de luz y caí en un sueño profundo.

Contrato con un demonio.® Parte I,✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora