¿Trabajo Nocturno?

Parte Única

-Que bueno que aceptaste venir con migo Akutagawa-kun -

-No hay problema Dazai-san, solo tengo una duda ¿Por que no trajo a Jinko o a Chuuya-san?-

-Atsushi-kun estaba ocupado en alguna misión y Chuuya estaba ocupado en algunos documentos para Mori-san - 

-Ya veo Dazai-san, ¿A donde vamos?-

-Confía en mi Akutagawa-kun- Ambos caminaron a algún lugar que Akutagawa no conocía, o eso creía -Llegamos Akutagawa-kun -

-Dazai-san-

-No pongas esa cara, vamos te divertirás-

 -Esta bien Dazai-san - Entraron a aquel lugar que desprendía el olor de alcohol y sexo, si estaban en un burdel, pero no cualquier este era solo para personas del bajo mundo. Dazai tenia reputación por decirle a algunas chicas si querían cometer suicidio doble, estas huían espantadas pero al ver que solo era un cliché del mismo se acercaban e incluso se le ofrecían  

-¡Dazai-san!- Una de las chicas estaba encandilada al castaño, su voz lastimo los tímpanos de Akutagawa al ser demasiado aguda - Hoy viene acompañado Dazai-san-

-¿Cual es la especialidad de la noche Mai-chan?-

-Mmmm, déjeme ver ....... Oh al parecer llego a tiempo para la presentación estelar de los Na-chan -

-¿Na-chan?-

-Si, ambos son chicos pero son lindos que atraen gente. ¿El lugar de siempre Dazai-san? -

-Si, gracias Mai-chan - Entraron, la música resonaba por todo el lugar, el olor a alcohol era fuerte, y el olor a sexo de la parte de atrás era mas grande adentro. Caminaron hasta el lugar asignado, sin duda era justo en frente del escenario. Lentamente algunos tubos bajaron del techo y las luces cambiaron al igual que la música, una lampara iluminaba el escenario en espera de ambos chicos. De un lado salio un peli zanahoria con un mini short y una camisa de estudiante amarrada a la cintura, sus labios estaban pintados de color rojo intenso y su maquillaje era bien definido. Llevaba unos botines negros que le hacían ver mas alto y dejando que su cabello se mediera de un lado a otro, con una sonrisa en el rostro apunto al otro lado del escenario, del lugar salio un albino con una falda que tapaba lo suficiente, medias a la par y una camisa como la de su acompañante. Sus labios eran decorados con lip stick transparente y su maquillaje era ligero al contrario del peli naranja. Tacones negros con suela roja era el único ruido presente al igual que los botines caminando a aquellos tubos.

Los presentes ni creían que los ángeles que estaban justo a unos metros eran hombres al igual que ellos, sin duda era un desperdicio pero valía la pena verles cada noche que se presentaban. Al llegar al frente de aquel escenario saludaron a su publico y empezaron su rutina junto con la música, movimientos suaves que poco a poco subían de tono, el dúo sin duda llamaba mucho la atención y  como no,  aveces llegaban a parecer pareja, se besaban  frente a todos y se tocaban el uno al otro. Los dos que habían llegado sin duda estaban perplejos, justo frente a ellos estaban nada mas y nada menos que Nakajara Chuuya y Nakajima Atsushi, ahora entendían el Na-chan. Los nervios subían lentamente  al ver quienes estaban abajo de ellos, no era peor que mala suerte, pero valdría la pena ver sus caras al bajar lentamente. El peli naranja bajo lentamente abriendo sus piernas a la par de aquel objeto, lentamente se arrodillo y se acerco al castaño - ¿Por que solo ver cariño? - Su voz era seductora y sus ojos mostraban lujuria, sin duda una vista tentadora.

El albino al ver lo que su compañero hacia decidió tomar venganza también, bajo del tubo a espaldas del publico y se recostó en el escenario frente al moreno  - ¿Acaso soy suficiente?- En ese mismo instante daba la imagen de un ángel que deberían corromper. Al no ver respuesta de los mayores, se levantaron y siguieron con aquel baile que cautivaba a mas de uno. La música estaba a punto de terminar, cuando repentinamente un estruendo se hizo presente, en el disturbio solo se escucho '¡BOMBA!' y todos salieron. Chuuya tomo al menor y lo bajo del escenario, unos segundos después el también bajo. Salieron lo mas pronto posible a pesar de llevar tacones, los gritos y algunos heridos les hicieron huir, si la policía llegaba y descubría a un miembro de la mafia y aun agente sin duda pensarían mal.