Capítulo 20

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— De cualquier manera, abogacía me pareció una buena opción; Alan me dijo que deseaba estudiar medicina ¡postularemos para la misma universidad! —dio un gritito emocionado.

Carmen caminaba a un lado de Darwin, le había pedido su compañía para comprar una maleta grande para un viaje improvisado. Iba a viajar con su novio, Alan, para ver el nuevo departamento en el que vivirían juntos para su estadía en la universidad. 

No quería decirle nada a la chica, pero el mismo Alan estaba casi tan emocionado por ello, él también le pidió compañía para salir pero Carmen le exigió más. La relación de ellos dos era tan linda, inocente y perfecta; sentía los terribles celos crecer en su estómago. Ellos podrían ir a la universidad juntos, compartir sus experiencias y todo lo que conllevaba. 

Él, por su parte, debería esperar un año entero para poder ir con Gumball. Estaría un año atrás y con horarios distintos. 

Sus hombros cayeron por la tristeza. 

— ¿Qué opinó tu madre cuando se enteró? —quiso seguir la plática buscando esconder su repentino cambio de humor.

Carmen ocultó su cara entre sus manos, su rubor era más que evidente.

— Le gustó la idea, hemos sido novios desde hace mucho tiempo. Ella cree que nosotros... que vamos a... ¡ah! La simple idea me pone nerviosa, ¡cree que vamos a casarnos! 

El menor detuvo su camino. 

Casarse.

Claro que iban a casarse, eran una linda pareja, Alan era muy noble y Carmen una chica muy inteligente. Ambos compartían el prototipo de relación perfecta, un compromiso era algo más que predecible entre ellos; se podía considerar un hecho.

— Te apuesto a que Alan ya está haciendo planes, si fuera tú iría pensando mi respuesta desde ahora —apuró el paso, cada palabra en la conversación le recordaba la plática que tuvo con Gumball esa mañana. 




— Entonces, ¿te pasó algo? —volvió a preguntar una vez más, recargado en el colchón aún estando sentado en el piso.

Gumball, desde su cama, negó con un leve movimiento de cabeza; descansaba la misma en sus brazos. No tenía más que una hora de haber despertado.

— No es nada, sólo es el sueño —se rió, necesitaba cambiar el tema inmediatamente.

— Llevas así desde ayer en la noche, ¿te molestaste? ¿estás enfermo?

Darwin llevó la palma de su mano hacia la frente de su novio, no sentía el calor exagerado de la fiebre, ni los ojos se notaban irritados. Comenzó a palpar sus mejillas y cuello para estar más seguro, finalmente Gumball gruñó en exasperación. 

Atrajo a Darwin por los brazos hasta dejarlo sobre su regazo, pecho contra pecho sin ninguna segunda intención. 

— Ayer hablé con Penny —confesó de la nada, Darwin sintió como se la dejó ir toda.

En seguida se separó del mayor, quedó erguido lastimando sus costillas.

— ¿Disculpa? 

— Fuimos pareja para un proyecto de aula, nada más. Pero el proyecto era sobre los planes de vida y ella me hizo preguntarme sobre mi futuro. No te alarmes. 

Estiró los cachetes del anaranjado, notó como su expresión se suavizaba hasta ser una más serena. Como disculpa Darwin dejó un cortó beso en sus labios. 

Una palabra: ADOLESCENCIA.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora