Capítulo 23: Angel of Death

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Las frías tierras del sur se habían cubierto de una capa de nieve desde las montañas cercanas, hasta la mediana metrópolis que se encontraba allí, pueblo donde la población procuraba avanzar en su día.

En aquella ciudad se encontraban varios grupos de cazadores, pero en este invierno era muy pocos los que se atrevían a salir al bosque en busca de algún monstruo o bestia a cazar. Por lo que la mayoría de ellos se basan más en la realización de misiones.

Pero siempre habría algún grupo que decidiera ir al bosque para realizar su típica cacería, aunque en verdad tenían sus propios motivos para ir.

Uno de esos grupos se encontraba en la parte más profunda del bosque donde solo algunos de los miembros realizaban la verdadera actividad, mientras que uno de los jóvenes se encontraba en una parte alejada del resto de sus compañeros, realizaba sus propios experimentos.

El joven se encontraba sentado sobre el tronco de un árbol mientras frente a él una especie de energía se concentraba sin tomar una forma definida, pero poco a poco aquella energía tomo el diseño de una espada curva cuya hoja tenía un hermoso diseño.

- Cada vez tu progreso es mejor de lo esperado – le hablo un pelirrojo detrás de él – aunque no entiendo ¿qué planeas hacer con ella? Si tú casi no usas armas

- Aunque no lo creas Vermell estoy logrando una reputación entre los vendedores armas – exclamo el joven, mientras que el arma creada caía en sus manos –

- ¡Wow! Espera – hablo otra voz que provenía de otro muchacho – tus armas no son para nada normales, a ti no se debería permitir vender esas armas

El pelinegro volteo a mirar a quienes habían aparecido en el lugar, dos jóvenes tocaban con cierta extrañeza las armas que portaban en sus manos.

- Si eso creen entonces porque no se deshacen de ellas – dijo el chico completamente serio

- Estás loco estas son unas excelentes armas – dijo el mayor de ellos – Daniel nosotros solo pensamos que no deberías vender las armas que produces tan fácilmente

El chico en cierta parte sabía que sus amigos tenían razón, y sentía que debía tener cuidado con cada acto que realizaba.

- Les tomare en cuenta – dijo Dan mientras guarda la espada – por cierto ¿Dónde están las chicas?

- Están por allá – señalo un hombre lobo a sus espaldas – no es que quiera ser cruel pero no aguanto cuando las chicas se ponen a conversar entre ellas – añadió el lobo con voz cansada

Todos los hombres del grupo se habían reunido donde se encontraba Daniel, y no es como si no tuvieran nada que hacer sino que la verdadera razón por la que salían al bosque era para entrenar y mejorar sus habilidades de cada uno.

- Eso no me importa – el rostro de Vermell demostraba su molestia y aburrimiento - ¿Cuál es la razón por la que me llamaras aquí?

- Quiero que me enseñes a usar [la puerta del dragón] – exclamo el pelinegro absolutamente serio

El pelirrojo lo miro con extrañeza por breves momentos como sino lo que hubiera escuchado fuera algo de lugar.

- Pensé que ya lo habías aprendido – le respondió Vermell indiferente por lo dicho

- ¿a qué te refieres? – exclamo molesto Dan - ¿Cómo se supone que aprenda algo que no me has enseñado

- Es porque los que crearon [la puerta del dragón] fueron los "Fan" y "Ophis" pensé que lo aprenderías de sus recuerdos

Dragon's: Poder y FuerzaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora