Llegadas estas fechas, Ceci había de reunirse con su familia en Nochevieja. Y como en todas las reuniones, se armaba la marimorena en el mal sentido de la palabra. Que si la mujer de su hermano ponía mala cara y no saludaba con afecto según su hermana Bea. Que si su sobrino Nicolás, hijo de su hermana era un diablo y todos nos quejábamos de lo mal enseñado y malcriado que lo tenía por ser hijo único. El caso es que siempre terminaba o llorando su madre porque se le había quemado el pavo o a gritos por cualquier estupidez.
¿Dónde quedó el espíritu navideño? Ella estaba soltera y sin compromiso. Vivía muy lejos de todos ellos y lo único que deseaba era verlos y pasar un buen rato. No amargada y con tiranteces entre ellos. Así que hoy les esperaba una buena sorpresita. Tenía un plan. Sonrió con malicia. Cuando llamó al timbre salió a su encuentro su sobrina María.
-Hola tía. ¡Qué cargada vienes! ¿Tienes complejo de Papá Noel?
-Anda ayúdame. Llama a Nicolás también.
-Ay no, tía, a ese plomizo no. Qué luego la lía.
-Por eso quiero que lo llames. Tú vete con Lucía a tu cuarto. Toma, esto es para ti.
-¡Oh, tía, millones de gracias! ¡Es un libro! ¿Es el que creo que es? -Al ver el guiño de su tía Ceci, gritó como una loca y comenzó a dar saltitos. Luego llamó a su primo-. Mocoso, tía Ceci quiere verte.
El niño se acercó veloz para dar un beso a su tía.
-Ven Nico, ¿Quieres pasar un buen rato?
-Sí, tía.
-Pues espérame en la cocina.
Entró a saludar y como era costumbre sus hermanos ya estaban discutiendo. Ceci saludó efusivamente pero su madre comenzó con su cara de acelga pocha para advertirla que llegaba en mal momento. Dejó sus cosas y entró en la cocina. Para mantener ocupado a Nico le había comprado un delicioso brownie. El niño se quedó poniéndose de chocolate hasta las pestañas.
-Familia, hoy he hecho este bizcocho. Quiero que lo probeis. Es una receta nueva para mi restaurante y necesito me digáis que os parece. Lo he bautizado "tiritos de nieve".
-¿Ya estás con tus inventos, hermana? Umm lleva azúcar glasse. ¿Por eso ese nombre tan ridículo?
-Sí, sobre todo tomaros ese polvito - se rio Ceci. Uno a uno fue probándolo. Su madre comenzó a hiperventilar, y de pronto comenzó a tirarle los tejos a su padre de forma descarada. Su padre comenzó a huir entre risitas,(parecían dos adolescentes), su hermana comenzó a reírse y no podía parar, su cuñada se puso a cantar un villancico mientras su hermano les hacía un stripteas. Su cuñado se subió a la mesa y contaba chistes. Todo un Belén. Ceci no podía parar de reír. Esas navidades iban a ser épicas. Creo que las recordarían toda la vida.
ESTÁS LEYENDO
Relatos Cortos
AcakUna selección de relatos cortos que nada tienen que ver entre sí. Puedes disfrutar de pequeñas lecturas que van desde el más absoluto terror a la más pura diversión, pasando por el amor.