❝ Aullando a la Luna ⌜ ᴅᴄ ⌟

XXIV

JASON

Tenía once años (Y medio) de edad cuando supuso que hacer eso, le haría ganarse el respeto de las tres mujeres. Que bien le habían quitado el traje de Stray por una imprudencia, donde casi Batman les atrapaba. ¡No había sido su culpa!

O eso lo veía él así.

Como sea, le aburría quedarse encerrado en casa, por lo que esa noche, mientras no había nadie, salió de allí, vistiendo solamente una chamarra con capucha roja y un par de jean azules, junto a unas zapatillas medio desechas. Y una adquisición –Robada– que hizo en el último taller donde compusieron el auto que las Sirens de Gotham, habían "comprado" a un alto precio.

No se atrevió a vagar por los techos, ya que usualmente Selina se dedicaba a hacer sus rutas entre estos. Era algo tarde, pero no lo suficiente como para no poder divertirse. Iba silbando, golpeando con el torniquete algún cubo de basura o concreto.

Crime Alley, aunque había pasado años desde que dejo de vivir allí, seguía siendo su lugar preferido. Se llevaba bien con las prostitutas y sus hijos, a quienes cuidaba para conseguir dinero y comprarse comida, chillie dogs por montón y claro, para poder adquirir una credencial en la biblioteca y sacar libros para leer.

Era buen niño. Pero también, no.

Silencio su chifle, cuando al girar por una de las esquinas, vio lo que ciertamente reconocía. Leía los periódicos, lo había visto desde los lugares más oscuros mientras esperaba su señal... el batmobile de Batman...

Una sonrisa maliciosa se acrecentó en su rostro. Esos neumáticos le darían bastante dinero, pero planeaba conservar uno, y llevarlo como trofeo ante aquellas tres féminas. Paseo su lengua por su labio inferior y se impulsó hasta llegar a este. No perdería tiempo. 

—¿Qué estás haciendo?

Mierda.

.

.

.

"¡Pies, para que los tengo!"

Tenía las peores de las suertes. Sí. Debía de ser eso.

Y ahora, solo debía de esperar. ¿Sería llevado a la guarida del murciélago de Gotham, donde moriria? ¿Sería rápido o lento? Se supone que Batman era un héroe... pero lo había atrapado robándole los neumáticos y luego de amarrarlo de pies a cabeza y vendado los ojos y boca. Ok. Iba a morir.

O tal vez iba a ser torturado. ¡Uno nunca sabe!

—¡Por todos los cielos! —Sintió como removían la venda en sus ojos y logro ver a un hombre de avanzada edad preguntándole quien era, a la par que le quitaba lo otro de la boca.

—¡Por favor!, ayúdeme a salir de aquí. —Tal vez se trataba de una buena persona, o algún otro capturado por Batman. Por lo que esperó paciente en lo que desataba a sus tobillos y muñequeras tras la silla en la que estaba obstaculizado.

—Alfred. —Tembló ante la voz del hombre. Era jodidamente enorme y poseía una voz aterradora.

—¿Me podría explicar que es esto? —El anciano sonaba algo sorprendido. Trago saliva, los dos se conocían, rayos. Estaba en problemas.