Prólogo

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La noche estaba próxima a caer, por más que corría, solo había bosque a su alrededor

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La noche estaba próxima a caer, por más que corría, solo había bosque a su alrededor. A su espalda había dejado la prisión, llena de caminantes. Lo que alguna vez considero como un lugar seguro, un hogar, ya no existía más. Se había esfumado. No estaba segura si los demás habían sobrevivido, pero esperaba que así fuera.

Durante la pelea, Lena se había separado de Carl, tratando de llegar hacia Maggie para ayudarla. Pero nunca logro llegar a ella. Todo fue un caos. No hubo más opción que correr hacia al bosque salvando su trasero.

En el camino se cruzó con Ryan, un chico de woodbury, que no debía de tener más de 16 años. Corrieron por horas, alejándose considerablemente del lugar. 

"Debemos buscar a los demás" Ryan jadeaba sin control, a la vez que se detenía a un lado de un árbol.

"Si volvemos seremos comida" Lena trataba de recuperar el aire, nunca había corrido tanto." lo más probable es que ellos ya estén lo suficiente lejos de ahí"

"¿Entonces qué hacemos?"

"Continuar, no podemos quedarnos aquí, tenemos que buscar un lugar para pasar la noche" Lena camino hacia el lado contrario al humo y gritos que a su espalda resonaban.

***

Habían pasado algunos días desde que lograron salir del bosque. Ryan estaba herido, tras una caída en su última huida, se había fracturado una pierna. Haciendo más lento su andar. 

Con cada minuto su camino se hacía más tortuoso. Un grupo de caminantes los seguía desde hace horas. Estaba cansada. No podría avanzar mucho si continuaba cargando parte del peso de Ryan, la estaba retrasando. 

Lograron encontrar una pequeña cabaña, y entraron con los caminantes tras sus pies. Lena colocó a Ryan en un gastado sillón que estaba en lo que parecía ser una pequeña sala de estar, mientras buscaba algún mueble para trancar la puerta. 

Una vez resguardados, procedió a revisar la pierna de Ryan. No se veía nada bien. Parecía que la herida se había infectado, estaba roja e inflamada, y no paraba de supurar un líquido blanquecino que empezaba a oler horrible.

"Esto no se ve nada bien Ryan, creo que está infectada. Necesito limpiarla y tenemos que encontrar algún antibiótico pronto."

Buscando en cada uno de los cajones de lo que consideraría la cocina, encontró algo de alcohol y un trapo. Pero no había nada de medicamentos. Se acercó a Ryan y empezó a verter un poco de alcohol en la herida, frotando con el trapo, tratando de quitar todo lo sucio de ella.  

Ryan comenzó a gritar del dolor, y cada vez sus gritos aumentaban más. Hubo golpes en la entrada. Los caminantes trataban de entrar. Y si él no guardaba silencio, pronto estarían muertos. 

Con la mayor rapidez posible termino de limpiar y vendar la herida con un poco de tela de una camisa vieja. Sus gritos habían cesado, pero no los golpes en la puerta. Estos cada vez eran más insistentes. 

"Van a entrar Lena, ¿qué hacemos?" el rostro de Ryan había perdido por completo su color, una mueca de pánico era lo único visible en él.

Minutos que parecían horas. Minutos en los que la puerta iba cediendo al peso que había detrás de ella. Lena era consciente del problema frente a sus ojos, Ryan no podría correr con la herida que tenía, y ella sería comida de caminante si lo ayudaba.  

Pero no podía dejarlo, no así. Si ingresaban los caminantes su muerte sería dolorosa, sentiría como su piel es desgarrada y arrancada de su cuerpo. No era capaz de dejarlo sufrir de esa manera. La única salida era darle una muerte piadosa. 

Lena se puso de pie y camino hasta ponerse detrás de Ryan, saco un pequeño cuchillo de su bota. Coloco la palma de su mano izquierda sobre la frente de Ryan y la empujo bruscamente hacia atrás, y de un movimiento rápido, corto su garganta. 

La sangre brotaba a raudales del cuerpo que yacía sobre el sofá frente a ella. No quería matarlo, pero no encontró otra opción. La adrenalina aún corría por sus venas, al igual que la culpa comenzaba a apoderarse de ella.

No tuvo mucho tiempo para lamentar lo que había hecho, la puerta había cedido completamente y los caminantes entraban a la pequeña cabaña. Lena no alcanzó a tomar absolutamente nada, y solo pudo correr hacia la puerta trasera. Estaba atascada. Retrocedió un par de pasos y corrió lo más rápido que pudo. Un golpe sordo fue lo que lleno de ruido el lugar.

 El cuerpo de Lena había dado de lleno contra la puerta logrando así abrirla. Se levantó y no hizo más que seguir corriendo. Lo único que la acompañaba era el pequeño cuchillo con el que le había quitado la vida cobardemente a Ryan.

Se encontraba sola, completamente sola.


Lena nunca había tenido que matar a alguien, pero desde que la muerte volvió a andar entre los vivos, no tuvo otra opción. Era ella o los demás.

 Y Lena no pensaba morir todavía. Lena era una sobreviviente, aunque eso le costara su humanidad.

 Lena era una sobreviviente, aunque eso le costara su humanidad

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Perdidos en el cielo. (Daryl Dixon)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora