costumbres de matrimonio

pan salado y un sueño profético

-Qué demonios es esto?-preguntó Shun entrando a la cocina de su casa y viendo el desastre que había en ella.

-hola Nii-san-le contestó su hermana con una gran e inocente sonrisa mientras trataba de ocultar una charola detrás de ella.

-Nada de "Nii-san" qué le hiciste a la cocina?-

-solo...trataba...una nueva receta?-

-así? entonces no te molestara que pruebe un poco- dijo mientras la apartaba y tomaba una de las ¿galletas?, aún cuando su hermana trató de detenerlo lo probó. Se arrepintió al instante cuando un fuerte sabor a salado le invadió el paladar. Tragó apenas y se fue a la heladera por una botella de agua.

-Qué es eso Ruri?!! Es muy salado!!-

-Intente advertirte Shun!!!, no era para ti!!-

-Entonces para quién era?-

-Para mi y las chicas-

-Qué?-

Vio como su hermanita suspiraba y desviaba la mirada.

-Es lavash, un pan armenio, se usa para encontrar a tu media naranja-

-Ah?-

Su hermana volvió a suspirar y le devolvió la mirada.

-Rin leyó sobre eso en una revista, es un pan tradicional que después de comerlo te hace soñar con la persona con la que te casarás-

Shun la vio con los ojos bien abiertos hasta que apartó la mirada y se llevó la mano a la frente. Esto era clásico de Ruri, siempre probando métodos para encontrar el verdadero amor.

-Y el desastre en la cocina?-

-Fue más difícil de lo que pensé?-le contestó poniendo su carita más adorable. Shun suspiró nuevamente y después de decir un simple "limpia" salió con rumbo a su habitación.

-A dónde vas Nii-san?-

-A dormir-

-No quieres algo de comer?-

-No, ese... como se llame me quitó el apetito-

le contestó sin frenar su caminar. Sin embargo el brazo de su hermanita lo frenó en seco.

-Espera Nii-san, tienes que saber algo-

"Ahora qué?" se dijo a si mismo

-Qué Ruri?-

-Se que no crees en esto, pero si llegas a soñar con alguien que te de un vaso con agua, me lo dirás?-

-A que viene eso?-confundido le preguntó

-Es que según con la tradición, después de comer el pan si sueñas con alguien que te da un vaso de agua esa será la persona con la que te casarás-

Se le quedó mirando unos segundos hasta que solo le respondió con un "si como sea" y entró a su habitación para dormir un poco

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Los rayos del sol le dieron en la cara, despertándolo. Se removió entre las sábanas y se dio vuelta en la amplia cama.

"Amplia?"

Ese hecho lo despabiló al instante y lo hizo incorporarse lo mas rápido que pudo. Su cama era de una plaza y si apenas se volteaba de seguro caería al suelo.

Parpadeó un par de veces aclarando su visión y examinando en detalle en donde se encontraba.

Era una habitación grande totalmente blanca, la cama donde había despertado era de doble plaza con un colchón muy suave y unas sábanas igual de blancas que la habitación.

No tuvo mucho tiempo de preguntarse qué hacía ahí porque la puerta se abrió repentinamente y un hombre de su misma edad, cabello gris con unos lentes rojos entró por ella. Vestía unos pantalones blancos, un suéter azul y un larga bufanda roja.

-Veo que ya despertaste-el extraño comentó mientras ajustaba sus lentes con una mano.

Ni siquiera pudo articular palabra del shock que tenía

-eh?-

-Nos quedamos sin pastillas para el dolor, Nakashima las traerá en breve por el momento aquí te traje agua- le dijo en un tono monótono mientras lo miraba directamente con unos penetrantes y hermosos ojos violetas. Sin pensarlo aceptó el agua y la bebió en unos cuantos sorbos. Cuando terminó se llevó la mano a la cabeza inconscientemente.

-hmp capaz esto te enseñe a no excederte con la champaña-comentó el pelo canoso con un tono irónico. Lo cual le hizo merecedor de una mirada fulminante. Aquel hombre solo le devolvió la mirada con una sonrisa engreída.-Sin embargo si aún te duele la cabeza creo que puedo... ayudar a distraerte-

Luego se acercó hacia él y le acarició la mejilla antes de juntar sus labios.

Después de eso su cuerpo se movió en automático, correspondiendo el beso mientras iba en aumento. De un momento a otro se encontraba nuevamente tendido en la cama con aquel hombre encima suyo que ahora lo tenía acorralado contra el colchón mientras atacaba sin piedad su cuello. Podía escucharse a si mismo gemir con las atenciones que ese hombre le daba y podía ver como sus brazos se aferraban a su espalda, atrayendolo más y más.

Pero cuando sintió un traviesa mano aventurarse por debajo de su remera, por fin despertó.

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Se levantó agitado, con la cara completamente rojo y con unas gotas de sudor cayéndole por la frente.

Relajó su respiración y volvió a recostarse pensando a qué carajo venía aquel sueño. Sin embargo, su línea de pensamiento fue cortada al darse cuenta de cierta incomodidad al sur de su anatomía.

Echó un vistazo debajo de la sábana y masculló "mierda"

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A la mañana tenía la vista vigilante de su hermanita sobre él durante todo el tiempo que estuvo preparando el desayuno. Por como lo miraba casi estaba seguro que le había crecido otra cabeza en la espalda. Cuando se volvió insoportable a confrontó

-Qué Ruri?-

Pareciera que dijo algo incorrecto porque su adorable hermanita rodó los ojos

-lo olvidaste, tenías que decirme sobre tu sueño-

"Otra vez con eso"

-Yo nunca prometí nada-

-no importa!!! Y? funcionó? Soñaste con alguien que te entregó un vaso de agua?-

Ante esas palabras, la memoria de aquel apuesto peligris volvió a su mente... junto con lo que pasó en el sueño, tornandole las mejillas de un color rojo carmín.

Aún cuando era obvio se negó a darle la respuesta que ella quería.

-Nooo..- Como se lo esperaba Ruri ni se la creyó, pero en vez de explotar en un gritillo de alegría le regaló una mirada pícara, acaso era tan obvio lo que había soñado?

-entonces si funciona, me muero por probarlo con las chicas, pero primero... quiero que me cuentes todo sobre mi futuro cuñado-

Le dijo con una sonrisa angelical a lo que solo constetó

-cállate y come Ruri-