games, insomnia and kim seokjin ❀ sujin

[único]

—Él habla con el aparato —se quejó Yoongi, mientras sostenía un café bien cargado ese lunes justo después de la culminación de todas sus clases—. Cuando está perdiendo, se toma un instante para hablar y decir cosas como «vamos, juntos podemos. Ganaremos esto». Es exasperante.

—Sin embargo es capaz de mantenerse entre los cinco mejores lugares de su clase —acotó Jungkook, su mano reposaba suavemente sobre la cabeza esponjosa y naranja de Jimin, quien se encontraba dormido sobre la mesa, como ya se le había hecho costumbre. Jungkook lo miró con enternecida ternura, sonriendo—. ¿No es Jimin la cosa más linda mientras duerme?

Yoongi rodó los ojos, meneando su café que ahora estaba un poco frío.

—Si, Jungkook, Jimin es lindo mientras duerme, y mientras come, estudia, camina, baila; Jimin en todas sus presentaciones, ¿no? Pero aquí el punto es mi queja acerca de que sufro de insomnio debido a que mi compañero es un vicioso de Mario Bross y habla con el aparato y no me deja dormir.

—Cierto, cierto —manifestó Jungkook, con una sonrisa suave en los labios; todavía seguía en su tarea de acariciar el esponjado cabello de su dormido somos-algo-en-proceso-o-algo-así—. Tu compañero, el único chico que nunca se ha llevado un insulto de tu parte aunque no te deje dormir, y más de una vez se ha metido en tu cama porque «tengo miedo de las noches lluviosas, Yoonnie», cama que es como un santuario para ti, la misma cama en la me senté sólo dos segundos antes de recibir un golpe de tu pequeño y blanquecino puño, sip, ese mismo compañero.

—Cállate.

Yoongi se escondió entre sus propios brazos tratando sin éxito de conseguir un poco de paz, pero sabía que muy probablemente no lo lograría, primero porque pasó de quejarse, a ser acusado de favoritismo por parte de su hermano menor, y segundo porque en medio de la cafetería no podía cerrar los ojos y descansar, esa habilidad, (conjuntamente con la de dormirse en un autobús y despertarse no menos de una cuadra antes de su destino) sólo la podía llevar a cabo Jimin.

Por otro lado Yoongi debía sólo quedarse en silencio y quejarse en su mente acerca de su precaria situación. Tenía demasiado sueño, y durante las noches, cuando se suponía que debía dormir, ocupaba sus horas mirando a Seokjin jugar por horas y horas Mario Bross, el clásico, el viejo y tradicional Mario, el que tenía mil y un mundos por explorar. Lo peor, lo realmente malo de la situación es que Yoongi no podía ser el Yoongi que estaba acostumbrado a ser, (el enojón que gritaría si algo no le parecía) sólo porque Seokjin era algo así como su crush.

Sip, Min Yoongi tenía un duro y arraigado encandilamiento por Kim Seokjin. Sucedió desde el primer momento en que ese desastre ambulante entró a su habitación, con una sonrisa nerviosa porque había roto el manillar de la puerta, y con muchos «losientolosiento» porque al entrar al lugar, con su enorme bolso de viaje, tumbó unos cuantos libros que estaban perfectamente ordenados en el escritorio de Yoongi.

Un desastre sí. Un jodidamente hermoso y adorable desastre.

Yoongi tenía debilidad por lo adorable, por Seokjin, porque era más alto que él, perfecto para esconderse en su cuello, tenía un olor a frutas que le embelesaba cada que entraba a la habitación, una piel que cuidaba mucho, y unos labios por lo que más de una vez se desveló (bueno, él ya estaba desvelándose debido a que Seokjin no lo dejaba dormir con sus ruidos locos, pero se entiende el mensaje).

No importaba todo lo exasperante que podía ser el chico, todo lo hablador que solía ser en las noches explicándole a Yoongi en qué lugares estaban escondidos los hongos verdes que significaban más vidas para Mario (es decir, más oportunidades de seguir jugando), no importaba que Yoongi se estuviese muriendo de sueño cada mañana, al final de la noche, Seokjin se acostaba con una sonrisa en sus labios y le susurraba un «buenas noches, Yoongi-yah» que luego hacía que definitivamente Yoongi no pudiese cerrar los ojos.