They just still in love » Larry Stylinson - 2da parte

¿Qué tan profundo es tu amor?

5.

Tres semanas, tres semanas de mierda habían pasado desde que Louis y Harry habían "llegado" a tal acuerdo.

Los cruces de miradas en la universidad no faltaban pero eso no bastaba para que uno de los dos, o mejor dicho Harry, le pusiera fin a esto.

Los comportamientos que tenían eran de adolescente de 15 años, histeriqueos, histeriqueos, ¡y más histeriqueos!

Harry condució su mano que llevaba una taza de té hasta su boca, realmente estaba consciente de que no había más líquido en ella pero le dió igual.

—¿Más té?

Preguntó el morocho mientras blanqueaba sus ojos y negaba con una sonrisa.

—Encantado, señor Kompany.

Estiró su recipiente para que su compañero de estudio le compartiera más de aquélla bebida.

—Entonces, ¿cuál es el significado de pedagogía? 

Era la quinta vez que el de rulos le explicaba al concepto a su compañero de estudio pero una más no le haría mal a nadie.

—Eres muy lento para estar en primer año —era la primera vez que Harry podía sentirse mayor en su vida y eso lo enorgulleció, no iba a dejar pasar ésta oportunidad para no burlarse de la otra persona—. La palabra pedagogía tiene su origen en el griego antiguo paidagogós. Éste termino estaba compuesto por paidos que se refiere a los niños y gogia que quiere decir algo así como llevar o conducir. Por lo tanto, el concepto hace referencia al esclavo que llevaba a los niños a la escuela, algo estúpido el concepto, ¿no crees?

El de orbes verde elevó la mirada para posarla en su confundido compañero pero no se percató de que éste, antes lo había estado viendo muy fijamente.

—Nunca había notado tus hoyuelos, me gustan.

Contestó, parecía estar en algún tipo de trance o algo así. 

—¡Wedan, estamos estudiando!

Rió luego de lanzarle con un cubo de azúcar y cubrió su rostro con el cuaderno que tenía en sus manos, estaba sonrosado. ¿Qué no era que sólo Louis lo lograba?

El timbre sonó, sacándolos de las risas. Y sonó, y volvió a gritar con desesperación una y otra vez.

—Será mejor que abras la puerta.

Indicó Wedan.

—Será mejor que cuando yo vuelva, hayas aprendido el concepto de pedagogía.

Al parecer, aquélla puerta conducía al paraíso porque al abrirla se topó con unas orbes azules idénticas al mar, eran tan perfectas, conocía aquéllos ojos más que a la palma de su mano, eran esos que le daban las miradas confortables de esas que le hacían sentir tan bien pero que de hace tiempo no la veía tan cerca.

Ninguno de los dos dijo nada, las manos no se tocaban, sus respiraciones chocaban y sus miradas seguían conectadas. Era una escena que valía la pena ser presenciada, dos almas perdidas volviéndose a reencontrar y con un mismo sentimiento de por medio.

Un escaso"Louis" se oyó de los labios de Harry pero el otro se apresuró a tomar sus labios, no importaba si era correspondido, le importaba demostrar el amor que había estado ocultando durante veintiún largos días.

Bajó las manos a la cintura del chico más alto para acercarlo más a su anatomía, se sentían felices y completos luego de tanto tiempo.

Loius quería hablar pero no sabía por donde comenzar, las palabras nos lograban salir de su boca y es que era un momento que había ansiado por mucho tiempo aunque sonara como una exageración.