BABYGIRL » duamila

Pretzels

Caminamos por varios minutos por el sendero hacia arriba para llegar a la colina, las chicas hablando animadas hablando del próximo viaje con su padre.

-Papá nos dijo que vamos a estar en Miami por dos semanas pero el permiso con nuestra madre es por una semana-.

-Si ustedes lo saben, ¿no se lo piensan decir?-pregunté.

-No, no, es agradable estar aquí pero a mí me gusta más la playa, la brisa del mar, el surf-habló Sarah más convencida, ahora entendía el bronceado que tenía en la piel.

-Yo solo quiero estar con papá algunos días, no lo hemos visto en casi dos meses-aquello me sorprendió.

-¿Su madre va ir con ustedes?-.

-No, ella y papá son distantes, creo que solo hablan por nosotras-una de las hermanas me contestó.

Sarah iba a comentar algo más, pero miró hacia adelante y nos señaló el lugar que esperaban ver, el Gran Molino se encontraba frente a nosotras, cerca de la entrada había una camioneta azul un poco antigua.

-Vamos, vamos, Shawn está ahí-Sarah habló con más emoción que antes.

-¿Cómo lo saben?-.

-Por su camioneta, ha estado reparando ese molino desde que llegamos aquí-Rosie sujetó mi mano para que las acompañara y no tuve más opción que seguirlas.

El lugar era más pequeño por dentro, tenía una escalera de madera en forma de caracol que llevaba a la parte superior. Varias cajas se acomodaban en una esquina, y aunque era de día, había luces en el interior.

-Mendes, ¿cuándo tendremos agua para el jardín?-.

Un chico alto y castaño apareció por las escaleras, tenía una sonrisa en su rostro que lo hacía ver más joven.

-Hola chicas, de acuerdo con mis cálculos, en un par de días o una semana como máximo, me faltan algunas piezas por comprar pero las conseguiré cuando vaya a la ciudad mañana-limpió sus manos con una tela que llevaba en la parte trasera de su pantalón y bajó las escaleras.

Tenía que admitir que el chico si era guapo, pero no me atraía como lo hacía cierta mujer.

-Shawn, creo que no conoces a nuestra nueva vecina, ella es Dua-.

-Encantado-se acercó a saludarme con la mano, sonriendo al verme-de la familia Lipa, ¿cierto?-.

-Si-respondió más rápido Sarah que yo.

-Ahora que lo recuerdo, eres la chica que vi en el supermercado con la señora Cabello-las chicas inmediatamente me miraron.

-Sí, hace unos días fui a comprar con ella porque...estaba perdida por el sendero, ella me encontró, y la acompañé en la ciudad-intenté explicar, cuidando cada palabra que decía.

-Perderse aquí es muy fácil, no te culpo...-miró hacia arriba y cambió de tema, agradecí que lo hiciera- ¿les gustaría ver el avance en el molino? Ya casi está todo listo-.

Él habló de todo lo que necesitaba para la reparación, yo no entendí mucho y creo que Sarah y Rosie tampoco, pero parecían estar escuchándolo con más atención. Ellas se encargaron de hacer preguntas y mantener la conversación con el chico hasta que llegó el atardecer. Debíamos regresar a casa.

-Podría llevarlas de regreso, yo igual debo estar en casa antes de las 6-.

-Chicas, ¿quieren caminar o regresamos con él?-.

-Caminaré, así tengo más tiempo para ver el paisaje-Rosie comenzó a reír por mi respuesta, aunque lo decía en serio ella pareció escucharlo de otra manera.

-Es broma, vamos a ir contigo-Sarah respondió por las tres y nos obligó a subir a la camioneta para estar lo más pronto posible de regreso.

Al llegar a casa, vi que en la entrada de la residencia Cabello había un automóvil deportivo estacionado y aunque ya suponía de quién era, las chicas lo confirmaron.

-¡Papá llegó antes!-.

Se despidieron del chico antes de bajar corriendo de la camioneta, tal vez sus gritos de emoción hicieron que su madre abriera la puerta para recibirlas casi de inmediato, un hombre se encontraba detrás de ella, emocionado por abrazar a sus dos hijas. Maldije internamente.

La señora Camila me miró desde la puerta, yo aún adentro de la camioneta.

-Hasta mañana-se despidió Shawn con un beso en la mejilla.