Después de todo, todos tenemos nuestros momentos de maldad

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Adam:

Aparque mi auto frente a mi casa. Era extraño volver después de tanto tiempo, de pronto sentí como si ese lugar ya ni siquiera me perteneciera. Aun recordaba cuando compré esa casa junto a Taylor, los sueños que había tenido respecto a cómo sería mi futuro con ella desde el momento en que nos mudamos juntos.

La noche había cubierto de estrellas el cielo alejado de la cuidad, no podía esperar a que fuera mañana para ver a Taylor.

Una luz se encendió en el segundo piso, y pude adivinar que se trataba de Eiza. Como si mis pensamientos de volvieran realidad, una chica se asomó por la ventana, sus ojos se iluminaron al verme.

Me apresuré a entrar antes de que la chica me interceptará afuera. Me tranquilizó el encontrar mi hogar tal y como lo había dejado, las fotografías de las ecografías de Taylor seguían sobre la repisa, todo estaba exactamente como lo recordaba.

Excepto por la chica que bajó corriendo por las escaleras y se tiró en mis brazos, para luego estamparme un beso en los labios. –Te extrañe tanto...— gimió al darme otro beso

—Yo... ehm... También te extrañé— dije con incomodidad, soltándola. —¿No ha llegado nada para mí?— miré la repisa del recibidor donde normalmente dejaba el correo recibido

—¿Cómo qué?—me miró aun sin perder ese brillo en sus ojos

En ese momento entendí que Taylor no había enviado la invitación tal y como lo había prometido, pero le resté importancia, ya hallaría la manera de ir.

[...]

Taylor:

Selena ajustaba el escote de mi vestido. –Todos morirán al verte— aseguraba mientras reacomodaba la tela sobre mi pecho

—Sigo creyendo que es muy revelador— me quejé, mirándome al espejo. El escote dejaba ver mucho más de lo que hubiese deseado. Mi vientre sobresalía aún más debajo de una fina tela rosada del vestido.

—Tonterías, imagina cuando Calvin te vea... morirá— exclamó Selena fascinada

—Uhm...— Me miré al espejo contemplando totalmente mí figura, ciertamente mis pechos lucían muy bien. –Supongo que necesitaré pruebas de que algunas vez mis pechos fueron tan grandes— terminé cediendo entre risas

—Sí, además si no te decides por Calvin igualmente invite a Joe— mi amiga me guiño el ojo antes de tomar en sus brazos a uno de sus bebes que había comenzado a llorar.

—¿Tú que?— escupí atónita

—Invite a Joe, creí que querrías que lo invitará... después de todo tú y él se han vuelto tan cercanos— continuó diciendo mientras mecía a su bebé en sus brazos

Instintivamente me asome hacía el salón, la mayoría de los invitados ya habían llegado y se había distribuido por todo el lugar. Divisé a Joe sentado en la barra, en lugar de su uniforme de doctor traía puesto un atuendo de lo más casual, se veía demasiado bien con su cabello rubio perfectamente peinado.

Más allá en la entrada, Adam llegaba junto a Ellie cargado de dos enormes cajas decoradas con un papel brillante y ostentosos moños.

—¡Sel! ¿Qué haré, con Adam y Joe aquí?— la encaré, ella seguía acurrucando su pequeño sin preocupación

[...]

Cuando comprendí que no podía ocultarme toda la fiesta salí, recibí un millón de felicitaciones, regalos en gigantescas cajas perfectamente forradas y caricias en mi barriga de embarazada.

Mine (TAYVIN) 2da temporadaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora