Lágrimas de Guerra

~Capitulo unico~

Creo que antes mi mayor sueño fue haberle pedido a las estrellas que me dejaran vivir un día más y al vez era mi mayor sufrimiento porque veía a  las personas morir y marcharse sin mi, ¿Porque?,  estoy celoso de que sean felices sin mi, ¿Porque?, yo también quiero ser feliz.

¿Cuando comenzó esta guerra sin fin?

A mis cinco años...estaba parado frente a la puerta de mi hogar un hombre.

-He venido por el niño-

-Por favor, no se lo lleve-lloraba mi madre-

-He venido por el niño-volvio a repetir-

-Por favor no se lo lleve-suplico-

-Lo siento-se disculpo y la apartó-

Yo estaba asustado, solo sentí una fría mano en mi brazo, me jalaba y arrastraba con el, no opuse resistencia, no llore, no grité, solo lo seguí con la esperanza de que no lastimara a nadie más.

-¿A dónde vamos, señor?-pregunte-

-A la guerra-contesto-

-¿Que es la guerra?-volvi a preguntar-

-Un suicidio, no verás el sol otra vez-respondió-

-Esta bien, señor. ¿me dejaría hacer algo antes?, por favor-

-Hazlo rápido-

-Mamá, papá, hermana, los amo pero ahora debo irme a la guerra, el señor dice que moriré pero no importa porque yo los amo y aquí-señalo mi corazón- los llevaré, prometo que nos volveremos a ver en otra vez en una nueva vida, los amo, mamá, papá, hermana, lo extrañare mucho-

Sonreí, tome la mano del mayor y lo  seguí por la puerta...me fui a la guerra para no volver, me fui con el-

El entrenamiento era duro, día y noche, los golpes, maltratos, a nadie le importaba que fuera un niño de cinco años, ellos solo eran usados por las escuadras como peones, asegurando el camino a costa de su vida, podían ser usados para robar documentos pero no tenía derecho a volver con las manos vacías, luchar y sobrevivír era la única opción, no existía otra forma de valerse que la de levantarse cada día y ver el sol.

Las noches frías de invierno eran peores, estaban preparados esa noche para salir, armados, solos y a su suerte estaba un grupo de cincoañeros, como era de esperarse siempre estaban los que lloraban y se rehusaban a ir por otro lado estaba Yuuri impecable, sin haber derramado ni una sola lágrima, listo para partir, listo para morir, los hombres se alistaron y con sus armas empujaron y apuntaron las niños para que comenzar a moverse por el terreno, sino había movimiento resonaba el cielo por un disparo en silencio y un cuerpo en el suelo, avanzaron a paso lento por el camino minado, llegando hacia varias hombre que dormían y los que no su cuerpo ya no existían las bombas se habían encargados de hacerlos desaparecer sin haber despertado a nadie, lentamente y en orden colocados por detrás, un cuchillo, un corte, una muerte, un llanto de  desesperación para Yuuri no era nada, solo hizo lo que consideraba correcto, no tenia miedo, solo quería terminar con esto.

Corría por el campo, soñaba que estaba lleno de flores con muchos colores y distintos aromas, corría seguido de mi familia, mi padre sonreía y le decía a mi madre:

-"Cariño, no te parece que ya es hora de volver" -

Mi madre reía alcanzando a mi hermana, respondía:

-"Aún no déjalos jugar un poco más"-

Entonces yo sonreía y me lanzaba a los brazos de mi padre y el me alzaba al aire pero entoces volvía a la realidad al campo cubierto de sangre, lágrimas amargas caían de los ojos de inocentes, de un niño, de un amigo, de un hermano, de un padre, de una madre que lloraba por aquel cadáver tan frío y blanco o un herido de gravedad o un enfermero o el hambre cualquiera cosa que fuera a los hombre y mujeres de traje con armas no les importaba, un disparo, dos, o tres, había que matarlos, había que matarlos a todos