Rojo Relativo [GTOP/Baeri]

Epílogo

Rojo Relativo

Por Katsumi Kurosawa

Epílogo

Youngbae se retorció incómodo. SeungRi no regresaba y Jiyong estaba despidiendo esas deliciosas feromonas.

Sus colmillos ya no estaban retraídos. Sus ojos estaban rojos por el deseo de sangre... no podía lastimar a su mejor amigo y menos en ese estado.

─Yo no deseo a Ji... no deseo a Ji de esa forma, soy sólo un vampiro con sed... yo... ─bebió de su bolsa de sangre, pero los deseos no se iban.

Sus hijos estaban en la guardería y él apenas había regresado de la universidad ya que las últimas tres clases fueron canceladas por una muestra cultural en la que él no apeteció entrar, más que con una canción muestra que sería exhibida en el álbum de su grado.

Estaba lleno.

Dejó la bolsa de sangre en el refrigerador y de camino se encontró a Ji.

─Hola Bae... ─le saludó sonriendo─ No sabía que vendrías temprano también. Yo estoy muy cansado con el embarazo, así que... uff... no quise quedarme... el proyecto de mi clase fue la película así que ¿Para qué me quedaba?

─Jennie está en la guardería también... ¿Verdad? ─susurró sin aliento, Ji se veía precioso en una camiseta holgada y unos jeans rotos que seguro tenían un elástico en la cadera para no apretar su vientre. Lo había encontrado violable cuando no se le notaba el embarazo y lo más perturbador era que seguía deseándolo aún con el abdomen a punto de reventarle.

─Sí... es un alivio tener esa guardería para bebés vampiro... los cuidan y alimentan bien y nosotros descansamos un rato ─sonrió y entró a su habitación seguido de Youngbae.

─Jiyong... ─susurró el rubio salivando─ Creo que... estoy perdiendo el control...

Ji le miró con inocencia. Sin embargo, la conclusión llegó a su mente de inmediato.

─Tengo miedo... ─sus ojos estaban color rosa y su pecho se agitaba.

─No puedes hacerme nada, Youngbae ─le dijo tranquilo─ Soy el rojo relativo, no puedes hacerme nada sin mi permiso ¿Sabes?

─No sabía... ─echó la cabeza para atrás llenándose del delicioso perfume de su mejor amigo─ Pero eso me tranquiliza un poco... sin embargo esta sed no se va, Ji... me desespera...

─Es porque no es sed de sangre sino de feromonas... ─sonrió dulcemente─ Ven...

Jiyong se recostó en su cama y le pidió a Youngbae ir con él. Debía estar putamente loco...

Se recostó a su lado, pero Ji le pedía acurrucarse entre sus brazos... como cuando eran niños y el menor lloraba porque extrañaba a su madre.

Dubitativo, se acercó al diminuto cuerpo y lo estrechó entre sus brazos aspirando el dulce aroma.

─Hueles tan bien... ─susurró acariciándolo.

─Gracias... alimento a los cachorros de vez en cuando así que lo que te pasa es normal Youngbae... ─acarició los mechones rubios sintiendo el olfateo de su mejor amigo por todo su cuello.

─Sí... siento que estoy tranquilizándome... ─musitó y ronroneó feliz hasta que se quedó dormido en los brazos del pelirrojo.