Saltó por cuántos edificios le fueron posibles, trepó cuántas paredes, absurdamente decoradas, pudo y caminó por el tiempo necesario. Dar un paseo nocturno siempre le ayudaba a despejar su mente cuando tenía demasiados problemas. Especialmente en aquellas fechas, dónde nunca nada parecía estar bien.
Su padre era por demás frío como el clima de ese momento, no importaba el día o la hora; Gabriel Agreste siempre estaba ocupado, aún si la situación ameritara un poco del consuelo paternal. Adrien solo era su hijo, al que usaba para impulsar su marca, al que ponía de ejemplo, al que olvidaba en Navidad.
El tiempo era horrible. El pronóstico, aunque no afirmaba que fuera a nevar, advertía a la población púes después de muchos años, estaban llegando a temperaturas muy bajas. El uso de abrigos y guantes era el tema principal en los noticieros.
Probablemente si anduviera por las calles de París en su estado civil, ya le habría dado hipotermia. El traje siempre le brindaba una protección, fuera de lo físico, una emocional y por eso, aunque no lo dijera, quería tanto a Plagg. Siempre allí, con olor a queso apestoso, pero allí a fin de cuentas.
Estar por París a esas horas no le traería la solución a su vida, pero no perdía la fe. Buscaba algo, lo que fuera para llenar ese vacío en su corazón. No quería sentirse solo... Ya no más. Estaba cansado de ser olvidado de aquella forma por su padre; Él especialmente debería ser quien lo llamara para entablar alguna incomoda conversación, pero ni siquiera hacía el intento.
Observó la ciudad con gran tristeza. Por ahí había cientos de familias disfrutando de la cena, juntos. ¿Y él? Estaba solo en casa, en su familia y en París. Casi podía ver a Alya jugar con sus hermanas, esperando la cena que su madre y su padre se habían encargado de preparar para aquella noche... A Nino con su familia... A...
-¿Chat Noir?- una dulce voz, amortiguada con el helado viento, llegó a las orejas del portador de la mala suerte, e inmediatamente volteó en busca de aquel magnífico sonido.
Por su mente pasó que Ladybug estaba en algún extraño paseo tal cómo él, y se encontró muy confundido cuando encontró a Marinette en el techo de un edificio con una manta encima.
Se dirigió a ella con cautela. No tenía por qué estar allí. Debería estar en casa, calientita y con su cariñosa familia, compartiendo algún delicioso postre de la panadería que tenían, no en el techo de un viejo edificio que bien podía estar siendo usado por vagabundos.
-¿Qué estás haciendo aquí, Marinette?- preguntó preocupado, estaba haciendo un frío espantoso y no creía que aquella manta la cubriera. Tal vez no era experto en telas, pero esa pijama, estaba seguro no calentaba.
Ella rió.- Estaba mirando el paisaje. Me gusta inspirarme aquí.- le mostró su libreta de diseños y entonces lo notó.
Llevaba un lápiz 4H de Royal & Langnickel RART200 apoyado en la oreja izquierda. En la mano derecha un lápiz 2H Faber Castell 9000 y tenía la nariz ligeramente manchada de carboncillo, lo que cubría de forma tierna su nariz enrojecida por el frío.
Sus pecas resaltaban en aquella situación y eso, aceleró el corazón del muchacho sin poder explicarlo. Parecía tan frágil en aquella postura, que temió por un segundo que ante su imprudencia alguien pudiese lastimarla.
-Hace una bella noche ¿No lo crees?- le preguntó, volviendo la atención a su libreta de dibujos. No quería asustarlo, parecía triste e ideó la forma de mantenerlo con ella en lo que recuperaba su humor. Además...Tenía que hablar de algo seriamente con él, a fin de cuentas no estaba allí solo porque sí.
Era consciente del estado triste en el que estaba su compañero desde hace días, pero aquella noche, no había ningún intento por ocultar su profundo dolor y eso lastimó a la de ojos azules.
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Tú Eres Lo Que Busco
Fanfiction*-*-* Marinette es un estuche de monerías y eso lo terminó descubriendo Adrien una madrugada helada de Navidad. *-*-* Historia original: Ganadora de Relatos de Navidad, editorial París. @ParisCDH Shipp: MariChat, Adrinette y levemente Nathnloe. Los...