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Cuando mis pies finalmente aterrizan en la tierra mojada del campo de fútbol, caigo en cuenta de que no me quiero separar de sus labios. La respiración de Hunter es agitada, la mía también. Sus ojos por ni un momento me dejan de ver. Sus labios están rojos y su cabello desacomodado y también mojado. Yo supongo que estoy igual o incluso, peor.
—Disculpa...— Murmura y tratando de hacerlo lo más bajo posible, carraspea. Toma una respiración profunda para controlarse.
Tardo varios segundos para contestarle de vuelta, mi voz no sale y mi corazón late a mil por hora. —Nos dejamos llevar.
¿Qué mierda acabábamos de hacer?
—Lennon— Hunter se apresura a decir cuando estoy a punto de marcharme. Maldigo por lo bajo. —Quería pedirte una gran disculpa por... Uh... Bueno, Todo. No lo hice consciente y jamás quise humillarte, solo fue que se me salió la situación de las manos— Finalmente declara y yo asiento sin querer hablar. Los ojos de Hunter me miran impacientes, esperando respuesta por lo cual opto por contestar.
—Esta bien. Solo... ¿podemos olvidar todo?— Al parecer mi pregunta lo sorprende ya que alza una ceja yo me apresuro para caminar e irme finalmente de ahí. Hunter me toma el paso y comienza a caminar a mi lado.
—¿Qué cosa exactamente tenemos que olvidar?— Pregunta y ruedo los ojos.
¿en verdad pregunta eso?
—Absolutamente todo. Desde la pequeña zorra igualada hasta él beso— Volteo a verlo. Se queda estático en su lugar.
—Disculpa pero yo no olvidaré nuestro beso— Se cruza de brazos y los flexiona sobre su pecho. ¿A este que le pasa?
—¿Porqué no?
—¿Porqué no?— Se burla y rueda los ojos. Asiento, sin entender su molestia. —Porque me gusto— Dice, comienza a acercarse y se queda a unos centímetros cerca de mi. —Y no me digas que a ti no porque lo disfrutaste, lo vi en tus ojos y lo sentí en tu cuerpo— Eso lo susurra en mi oído. Mi piel se eriza y mis ojos se obscurecen. —Deja de tener miedo por una vez y dime lo que sentiste...
Sus palabras son un gran impacto y me afirman que Hunter me observa y no sólo por fuera sí no también por dentro. Le ruego a Dios para que no me deje caer en la tentación cuando sus suaves labios colocan una sonrisa pícara que promete y deja mucho a desear.
—No digas idioteces. Sabes que me gustó— Me sorprendo cuando mi voz sale ronca. Su sonrisa se hace más grande. Tomo aire.
—Pero esto se termino y no hablo exactamente de tu teatro, hablo de estos juegos— Continuo.—¿Qué? ¿Cuáles juegos?— Esta confundido. Se aleja de mí y entonces me doy cuenta de que había estado aguantando la respiración.
—Este tipo de juegos— Nos señalo a los dos.
— Estamos jugando con fuego y yo no me voy a quemar— Niego lentamente, hace una mueca de confusión, no entiende lo que le digo.—No nos quemaremos si nosotros no lo permitimos— Me toma de la mano y me jala a él cuando trato de irme, otra vez, inútilmente.
—Entonces tenemos que dejar de hacer esto— Me alejo.
—Basta no lo permitiré. Te deseo y se que me deseas— Sus ojos buscan los míos con la mirada, como si fuera a encontrar la verdad dentro de ellos, mi deseo oculto.
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American Football
Подростковая литератураCOMPLETADA Jamás, nunca en tu vida, ni por maldito error se te ocurra mandarle pack a un extraño por Omegle porque en una de esas terminará siendo el capitán de fútbol de la escuela, por supuesto el chico más sexy de todo Denver y finalmente utiliz...