JASON
Había pasado la mejor noche de su vida, de sus once años de vida; la cama en la que había dormido era mucho más suave que el colchón en el que dormía en el almacén y el hecho de que nadie lo despertara, era mejor aún. Hizo toda la pereza posible mientras rodaba por la gran cama, hasta que la necesidad de usar el baño lo abordo.
Otra cosa nueva, baño, había un baño personal y tenía una gran bañera. Había deseado tomar una relajante mojadura allí, pero no tenía más ropa que la que llevaba y ciertamente, aun no estaba seguro de irse o quedarse.
Fue hasta que salió del cuarto y busco las escaleras, que su olfato capto el característico aroma a bacon y huevos. Bajo con lentitud, llegando hasta la cocina donde se encontraba el señor Pennyworth.
—Buenos días, joven Jason.
—Buen día... —Miró distraído como el hombre dejaba aquella comida en un plato.
—Acompáñeme al comedor. —Dijo, y él negó. No le agradaba comer en ese lugar tan enorme y solo.
—¿Puedo hacerlo aquí? Por faaaaaaa. —Alargó lo último en un sonido de súplica, viéndolo a los ojos. El anciano lo sopeso un poco y con un asentimiento, dejo el plató allí. Jason sonrió amplio, tomando una banca antes de que el otro lo hiciera y se sentó.
Devoró el plato como poseso, y es que sabían mejor que los extraños desayunos que Pamela hacía. Pamela...Oh diablos, esas tres estarían preocupadas por él.
—¿Pan? —Sus ojos fueron a la canasta ofrecida. Tomo dos. Luego pensaría en qué hacer para irse.
—Muchas gracias. —Se miró frente al espejo, las ropas le quedaban un poco grandes, y el pantalón...
—No se preocupe por la talla, joven Jason. Una vez que sus ropas estén limpias, podrá cambiarse. —Suspiro, dándose otra rápida mirada. Le sorprendía que tuvieran ropa de niño allí. ¿Habrían tenido uno? Era lo más sensato. Aunque este de seguro había tenido unos cuantos años de más.
Usaba una camisa deportiva manga corta, que tenía el escudo de la escuela privada de Gotham. Le quedaba casi como pijama, para que mentir, y los pantalones que ni se diga, había amarrado el cordón pero seguían cayéndosele poco a poco.
—Um... ¿Tal vez unos elásticos? —Miro al mayordomo a través del espejo y se encogió de hombros.
Lo vio dirigirse de nuevo al closet que él no se había atrevido a tocar y vio otras pocas prendas allí. Tal vez... podría husmear un poco después.
—Pruébese esto. —Frunció el ceño, esos pantaloncitos eran muy... ¿Pegados? —Son joggins, cortos, prácticos para hacer ejercicio. De seguro le quedan.
Con un suspiro tomo la prenda y se quitó los que tenía, para luego ponerse esos. Sí, podían pasar por calzoncillos elásticos aunque un poco más... largos. Solo unos centímetros.
—Estos están bien, muchas gracias señor Pennyworth.
—Puede llamarme solo Alfred, joven Jason.
—Entonces solo llámame Jason. —La mueca que le dio el hombre solo le hizo reír.
La mirada de Wayne no podía ser más graciosa, incomoda y alterna —Esa es...
—Sí, amo. No tenemos más y aunque le queda algo grande, le queda.
—¿Y su ropa?
—Doblaba en la cama. Le gusto estar con las piernas al aire.
—Oh venga, estoy usando estos. —Se levantó la camisa para enseñar los pantaloncillos, que solo hizo que Bruce Wayne casi se ahogara con el vaso de agua que había procedido a beber. Sí, se río por eso —Que recatados.
—Um. —Acepto la servilleta dada por Alfred y luego asintió —Bueno, me alegra saber que estas aquí.
Se elevó de hombros —No tengo a donde ir. —Mentira —Además, Alfie cocina de maravilla. Le pedí que me enseñara.
—¿Alfie?
—Ya le dije al joven Jason que solo le enseñaría a hacer cosas pequeñas.
—¿Nade de cuchillos o fuego? —El mayordomo asintió y él se cruzó de brazos con un puchero. El magnate se aclaró la garganta.
—Llevaré a Jason a la cueva. Volveremos para cenar, Alfred.
—De acuerdo. —Los dejo solos en el despacho del otro y Jason se acomodó casi en el borde de la silla donde había estado casi acostado.
—¿Iremos a la cueva... Batman?
—Así es. —Saltó emocionado, acelerando al mayor para que se moviera. Sí, le había agradado al final y no se veía tan malo como las chicas decían. Era amable.
Una vez allí no dudo en casi rodar por todos lados, fisgoneando, observando. Poniendo sus manos en todo el vehículo —Creo que estoy enamorado.
—¿De un auto?
—No conoces el amor que siente un hombre con un auto.
Lo escuchó reír fuerte y sonrió para sus adentros, bajándose de la capota —Es porque no has conocido lo demás.
—¡¿Hay más?!
—Sh, calma, Jason. Es un secreto. —Arrugo la frente. Sí todo era un secreto, ¿Por qué lo llevaba allí? —Qué estaré dispuesto a compartir, solo sí, te interesa este cargo. —Oh, esa mirada. La había visto en algunas películas. Quería comprarlo.
Se cruzó de brazos, elevo la barbilla y una ceja —En ese caso, hablemos de negocios.
El azabache mayor solo camino hasta una de las zonas que no había visto, allí habían unos cuantos trajes. Lo siguió sin espera y se detuvo al ver aquel traje colorido, que bien reconocía gracias a los viejos diarios — ¿Qué piensas sobre Robin, el chico maravilla?
Sus ojos se iluminaron y comenzaron a hablar.
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❝ Aullando a la Luna ⌜ ᴅᴄ ⌟
Novela JuvenilAU;Werewolves. Los Grayson eran una familia casi desconocida, extraña y curiosa, sin duda alguna. Dick Grayson posee un secreto, que solo otros tres lo comparten. Su lobo exige cosas, y desea más. Y la aparición de un viejo enemigo de la ciudad, ap...