¿Acaso eres mío?
Pues lamento decir que
no te quiero para mi,
no con propiedad,
no como la niña proclama
la rosa roja como suya.
Yo te quiero para compartirte,
como para que seas de mis labios,
como para amarnos en mi cama,
como para que seas mis noches,
y mis días de miedo o alegría.
Te quiero no para que seas mio,
sino para que seas de mis hijos,
nuestros hijos;
sino para que seas de mis nietos,
nuestros nietos.
Yo no te quiero para mi,
como yo no quiero ser tuya,
como si necesitara dueño,
¡no! No, no...
Yo solo te quiero como amigo,
yo solo te quiero como amante,
yo solo te quiero como compañero,
tanto como quiero se
tu amiga, tu amante y tu compañera.
Así que no eres mio, ni de nadie,
Así como tampoco soy tuya, ni de nadie.
Pero nuestro amor ha de ser nuestro
hasta el ultimo de nuestros latidos.