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Yoongi no podía más. Estaba cansado de todos esos ensayos que parecían no tener fin; el dormir hasta tarde por corregir hasta el más ínfimo detalle, el estrés en el que se veía sometido cada que pensaba en la respuesta que tendrían los fans a su trabajo de meses...

Si bien el saltarse comidas y recortar sus horas de sueño sumado las arduas coreografías lo tenían exhausto físicamente, él necesitaba de algo más... a alguien, para ser más específicos.

Porque sabía que dormir doce horas en su mullida cama no se comparaba con estar abrazado en una incómoda posición con la persona que lo había inspirado a escribir letras tan cursis que le daba vergüenza admitir y tan profundas que incluso él quedaba sorprendido.

Caminó con pesadez por los pasillos de la compañía hasta que lo divisó. Muy a diferencia suya, lucía sereno, imperturbable. Estaba sentado sobre un sillón marrón con las piernas estiradas a lo ancho, sus ojos se encontraban cerrados mientras su cabeza se movía ligeramente al ritmo de alguna canción que sonaba a través de sus auriculares.

Yoongi no se lo pensó dos veces y se dirigió hasta él con paso decidido. En ese momento no importaban todas las personas del staff que corrían de un lado al otro, o Tae, Jungkook y Jimin haciendo escándalo al fondo, o Namjoon mandándole una infinidad de mensajes preguntando por su paradero.

Se imaginaba que a pesar de su tranquila expresión Hoseok estaba pasando por mucho. Desde el trabajo que implicaba el comeback hasta las constantes críticas de las que era víctima día a día. Y eso sin sumarle el hecho de su noviazgo clandestino con un miembro de su misma banda.

Hoseok tenía que calmar sus impulsos muchas veces. Era irónico, pues muchos podrían asumir el comportamiento de ambos en su estado de enamoramiento; dirían que Yoongi es del tipo que ama en secreto y que Jung era mucho más expresivo, pero la realidad era muy diferente.

A Yoongi no le importaba una mierda lo que los demás dijesen sobre él la mayoría del tiempo, pero a Hoseok sí. Al Hoseok que se veía constantemente atacado por sus propias fans, al Hoseok que le temía al qué dirán, al Hoseok sensible que debía proteger su corazón, al Hoseok que estaba muy asustado por lo que desencadenaría con una revelación de ese tipo.

El ahora rubio se posó frente a su novio, quien simplemente levantó la mirada y le regaló una sonrisa sin mostrar los dientes. Yoongi señaló algún punto en del sillón y el menor se recorrió para que pudiese acomodarse a su lado.

No obstante, Yoongi no tenía intensiones de sentarse. El mayor se acomodó de una manera en la que quedó recostado sobre el cuerpo del más alto y escondió su cabeza en su pecho.

Hoseok quedó helado, pues no sabía cómo reaccionar con todo el mundo viéndoles. Llamó su nombre varias veces, pero el otro hacía oídos sordos, mientras se abrazaba más al cuerpo de Jung.

Después de varios intentos fallidos se dio por vencido e ignorando a su alrededor, rodeó los hombros del contrario y comenzó a acariciar el cabello teñido de Yoongi; pasaba su mano suavemente por las sedosas hebras, tomando mechones de vez en cuando y enrollándolos en sus dedos. A Hoseok le encantaba jugar con su cabello y sabía que el mayor también amaba que lo hiciera, por lo que sonrió mientras observaba su delicado rostro y cómo poco a poco su respiración se iba calmando y su agarre se volvía más flojo.

Hoseok tenía miedo de no ser lo suficiente para Yoongi; que algún día se cansase de su inseguridad y terminara por botarlo. Pero cuando compartían momentos como ese, en el que las palabras sobraban y bastaba con tenerse el uno al otro para sentirse en paz y con calidez en sus pechos, una chispa de esperanza se instalaba en su cuerpo diciéndole que al final, todo resultaría bien. Porque lo que ellos tenían era lo correcto. Porque su interior se estremecía ante la persona que se encontraba enrollándolo en sus brazos, porque, efectivamente, Hoseok estaba seguro de amar a Yoongi más de lo que su desdichada mente podía imaginar.

Conforme pasaba el tiempo, Hoseok se relajaba más y más hasta el punto de quedarse dormido. Sus brazos quedaron sobre la espalda del mayor y su celular seguía reproduciendo la playlist con canciones inéditas que Yoongi le había hecho.

Namjoon entró corriendo con desesperación, pues llevaba un buen tiempo buscando al de rubia cabellera. Sus ojos miraron con ternura la escena frente a él.

Sabía que no era lo correcto para el grupo, que aunque no se lo hayan dicho formalmente tenían algo, que debería reportarle eso a la gente sobre él. Pero también estaba consciente de las repercusiones que podría tener el separar a personas que estaban destinadas. No tenía mucha ciencia, sólo era así.

Porque Namjoon sabía que en el mundo de mierda en el que viven, en la industria musical en la que se encuentran, en un país como en el que están, Yoongi y Hoseok se habían conocido; estaban enamorados y eso es lo correcto.


F I N

Lo correcto [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora