Ardillas y caracoles

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"¡Hyung!" gritaban desde el otro lado de la puerta por décima ocasión.

Yoongi llevaba ignorando a Taehyung durante aproximadamente quince minutos, estaba sorprendido de la perseverancia -o estupidez- del menor que, insistente, tocaba el timbre como si su vida dependiese de ello.

Con un pesado suspiro, Yoongi se levantó de la silla que decía "SUGA" en la parte trasera y caminó con lentitud hasta encontrarse frente al objeto de plástico que lo separaba de su ruidoso amigo.

Y aún estando a nada de abrirle, decidió probar su suerte.

"¿Tae, eres tú?" fingió sorpresa.

"¡Hyung!" chilló el castaño con emoción. "Llevo horas llamándote".

"Oh, ¿en serio?" soltó con nerviosismo. "No te había escuchado... estaba muy ocupado, eh, en una canción, lo usual..."

Tae chasqueó la lengua y apretó los labios pensando que en el futuro quería ser tan trabajador como su hyung, esos sí eran hombres.

"¿Podrías abrir la puerta?" dijo después de unos segundos.

Yoongi rodó los ojos, lo último que quería hacer era ver a ese mocoso sinónimo de ruido; necesitaba de silencio para trabajar en su santuario, si no fuese así, probablemente estaría sentado sobre las piernas de Hoseok, pero Yoongi tenía una enorme facilidad para distraerse.

"No me he rasurado, niño; no puedo dejar que me veas así" y no era una mentira, el rubio no había visto la luz del sol en unos cinco días, por lo que su estado no era el mejor.

"No importa, es sobre Hobi hyung" respondió con un puchero.

"¿Hobi?" chilló, maldiciéndose al instante. Se suponía que los miembros aún no sabían de su relación. Aclaró su garganta e intentó mantener un semblante serio a pesar de no estar frente a Kim. "Eh, ¿qué ocurre con Hope?" soltó avergonzado, estaba actuando como un pendejo.

"Jiminie lleva buscándolo desde hace una hora para enseñarle una coreografía que se le ocurrió mientras comíamos helado" anunció con diversión pensando en lo tierno que lucía el mayor con la nariz llena de vainilla. "Oh, y necesitamos ir al centro comercial".

Yoongi rodó los ojos, pensando que ese par de estúpidos debieron buscar bajo una roca y por eso no lo hallaban. Jimin y Taehyung eran inteligentes, pero les gustaba jugar a que eran idiotas la mayoría del tiempo.

"¿Ya buscaron en su habitación?" preguntó, y aunque fuera un lugar estúpido en el que era casi seguro que estaría, tenía que cerciorarse de que los niños habían hecho revisión para no perder más su tiempo.

"Sí" dijo Tae con tristeza, preocupado por el paradero de su golden hyung.

"Bien" gruñó el mayor, dirigiéndose a su computador, en el cual que encontraba su móvil.

"¿Podrías abrirme, hyung?" chilló Tae.

Yoongi se maldijo por dentro, pero al encontrarse sin otra opción acató lo que su -usualmente callada- consciencia le dictaba como 'no tan grosero'.

Quitó el seguro y observó el preocupado rostro del moreno.

Taehyung olvidó su preocupación al encontrarse con ese lugar tan cool -adjetivo que él y Park comenzaron a repetir en lugar de daebak-.

"Woah, qué cool" dijo señalando un cuadrito con muchos botones y luces.

"No toques nada, mocoso" lo amenazó el rubio mientras buscaba al desaparecido entre sus contactos.

Un salvaje 'SeokSeok🌞❤' apareció en la pantalla, y vacilante -porque esperaba que el menor no viera la cursilería con la que había agendado a su bonito novio- presionó el botón de llamada.

Efectos secundarios [Yoonseok]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora