Cuando llegó a la agencia el hambre que minutos antes experimentaba había desaparecido. Su estómago se había cerrado al leer la nota de Nathan clavada en aquella flecha.
Apenas probó bocado de su cena y cuando terminó se fue a su habitación alegando dolor de cabeza.
En realidad aquello no era del todo mentira. Sentía que su cabeza iba a explotar en cualquier momento incapaz de contener tantas preguntas sin respuesta. Se dejó caer sobre la cama ocultando su rostro contra el colchón.
Durante toda la cena había estado ausente sopesando la idea de ir o no al encuentro con Nathan. Su cerebro le decía que era una locura, pero algo en su interior la animaba a salir a averiguar aquello que Nathan quería que hablaran.
Conocía el lugar de encuentro, aquello no había sido complicado de averiguar, así que poniéndose de pie, se abrochó la cremallera de la chaqueta hasta el cuello y guardó su móvil en el bolsillo para que pudiesen encontrarla si la pasaba algo.
Abrió el balcón de su habitación y tras suspirar aún indecisa miró una vez más hacia el interior de la habitación. Joan se enfadaría si llegara a enterarse de algo de eso y lo último que quería era lastimarle. Sacudió la cabeza para eliminar cualquier remordimiento de ella y saltó por el balcón.
Cayó sobre el césped del patio interior con delicadeza ya que el aire amortiguaba su caída. No quería encontrarse con ninguno de sus compañeros en el camino de salida así que esa era su mejor vía de escape.
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Llegó al museo Colípteo poco después. No había dudado que el lugar al que se refería Nathan en su nota era aquella galería de arte. Era la primera vez que se veían después de dos años y Gabby sabía que desde ese momento él la había reconocido.
Miró a su alrededor desconfiada y algo hizo que se dirigiese a la puerta de servicio por la cual ella y Joan habían entrado al museo haciéndose pasar por repartidores.
Lo que más extraño le resultó fue encontrársela abierta. La empujó con una mano y miró a su interior cautelosa. Dentro el silencio y la oscuridad se apoderaban del espacio. Subió las escaleras intentando no hacer ruido y cuando llegó a la buhardilla se la encontró iluminada por la misma bombilla sucia de la última vez.
En el interior los únicos pasos que se escuchaban eran los suyos, el único corazón que se oía latir era el suyo y sentóa la sangre bombear de forma acelerada detrás de sus orejas.
-Debo reconocer que me sorprendió que usaras técnicas de seducción para arrebatarme el cristal- comentó una voz detrás suya.
Gabby se sobresaltó y cuando se giró encontró a Nathan saliendo de la esquina de la estancia, donde una pila de cajas le proporcionaban un escondite perfecto.
-He cambiado, ya lo sabes- respondió Gabby que tardó algo en reaccionar. Aún le costaba mantener la compostura delante de aquel chico.
-No pensaba que tanto- observó él intentado acercarse a ella que retrocedió cuando vio sus intenciones de acortar distancia. El arquero frunció el ceño y dejó de avanzar-. Ahora que no tienes nada que robarme prefieres quedarte alejada.
Gabby apretó la mandíbula molesta y observó como su gesto arrogante aparecía de nuevo en su cara.
-¿Por qué me has llamado?- preguntó cansada de soportar sus burlas.
-¿Por qué has venido?- respondió con una pregunta que buscaba confundirla.
Nathan se paseó por la buhardilla pero manteniendo la distancia para evitar que se alejara. La sala seguía igual de repleta de cajas que la última vez pero permitía una pequeña movilidad.
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Impossible (Nante #1) ©
Science FictionSinopsis Siempre han existido sucesos extraños a nuestro alrededor, sucesos a los que nunca hemos prestado mucha atención. Apagones, inundaciones, lluvias torrenciales imprevistas en pleno verano, comportamientos extraños... Muchos sucesos a los que...