[Capítulo 6]✔

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Cuando se hicieron las tres y media, salí rumbo a la terminal a recibir a Analia.

Estaba parada en el anden, cuando un colectivo frenó y comenzaron a descender pasajeros una vez que abrieron la puerta.

-¡Maite! -Grito mi amiga entre la gente.

-¡Ana! -Grite en respuesta.

Luego de acercarme y abrazarnos durante un momento, la ayudé con el equipaje y nos pusimos en marcha hacia casa. Se quedaría unos días.

-¿Cómo arrancaste tu cumpleaños sin mi? -Preguntó una vez que subimos a mi auto.

-Saliendo a bailar, cruzándome con mi jefe y acabo de aceptar ser su novia.

-¿Qué? ¿Son novios? -Analía estaba atónita.

-Si, pero debes jurarme que no dirás nada a nuestros padres, no quiero que se enteren aún.

-Sabes que soy una tumba.

Durante el trayecto le conté toda la charla que mantuve con mi jefe esa misma tarde.

-Ay amiga, la verdad que con lo guapo que es tu jefe es que hasta yo habría aceptado si me lo hubiese propuesto a mí.

Analia lo conoce luego de haber ido a mi trabajo en una de las tantas visitas que me hizo desde que me mudé a la cuidad.

-Yo sigo creyendo que es una locura.

-Relajate Mai, vas a ver que cuando quieras van a terminar formalizando. ¿Hacia donde estamos yendo?

-Antes de ir a casa debo pasar por otro lugar antes.

Y sin explicarle más, me dirigí rumbo al centro comercial a buscar que ponerme para la noche siguiente.

-Ese es precioso Mai. -Dice Analia.

Había elegido un vestido suelto, en color vino con mangas tres cuartas, era ideal para una cena con la familia de mi falso novio.
Luego de pagar, nos pusimos en marcha rumbo a casa.

Lo que quedó de la tarde nos la pasamos de charla en charla.

-¿Cómo has estado? -Me pregunta Ana sabiendo a lo que se refiere.

-Bien, a veces los extraño un poco, pero se que me cuidan. -Le respondo con una media sonrisa.

Cuando era una niña, con mis padres tuvimos un accidente, un camionero ebrio colisionó contra nosotros en contramano. Mis padres habían muerto en el accidente cuando yo tenía once años. Al ocurrir esa desgracia, apenas salí del hospital, los padres de Analía me habían adoptado y me recibieron como a una hija más, desde entonces Ana y yo eramos como hermanas.

-Papi y mami te extrañan- Dijo Ana abrazándome fuerte- Me pidieron que te diera ese abrazo.

-Gracias Ana. No se que haría sin ti y tu familia. Ellos han sido muy buenos conmigo.

-Ellos te adoran Mai. Es más, me exigen que te diga que cuando tengas vacaciones vayas a verlos.

-Ten por seguro que lo haré, los extraño mucho.

Luego de recordar un poco mi pasado, nos pusimos a cocinar.

-Mmmm, Maite, huele riquisimo. Amo cada vez que preparas tacos.

-Amas la comida en general Ana. -Digo riendo a la par que un repasador colisiona en mi cabeza.

-¿Cómo está Cintia? -preguntó tomando un poco de jugo de naranja.

-Bien, hoy nos espera en el club que fuimos ayer.

-Genial. Extrañaba salir de fiesta. Entre la pasantía y los estudios no tengo casi vida social.

-Aprovecha entonces. -Digo levantando mi vaso a modo de brindis.

Una vez terminamos de cenar, nos internamos en el cuarto para comenzarnos a preparar para iniciar con mi "festejo de cumpleaños en toda regla" como decía Analía.

De mi ropero elegí un jeans claro ajustado, una blusa color celeste y unos estiletos color nude.

Cuando terminé de vestirme, Ana me formó bucles en las puntas de mi pelo y me maquilló.

Una vez terminado el trabajo, contemplé mi imagen en el espejo, realmente me veía bonita.

-Ahora si, terminé. Mandale un mensaje a Cin y dile que en cinco salimos.

Tomé mi móvil e hice lo que Ana me dijo. Luego de tomar mi cartera y mi campera, salimos a la calle.
Subimos al auto y nos pusimos en marcha.

Al llegar al club, le mandé un mensaje a Ana avisando que ya habíamos llegado.

-¡Hey! ¡Maite! Por acá. -Escuche a Cin llamándome.

Al escuchar la voz de Cintia, nos acercamos a donde ella estaba.

-¡Ana! Que gusto verte. -Dijo Cin saludándola.

-Lo mismo digo. -Contesta Analía con una sonrisa.

Luego de un rato de esperar, nos dejaron entrar.

La música sonaba demasiado alta, buscamos una mesa desocupada y luego de sentarnos, una moza nos tomó el pedido.

Contrato con un demonio.® Parte I,✔Donde viven las historias. Descúbrelo ahora