- 21 - NO HAY FINAL PARA ESTA HISTORIA QUE HA EMPEZADO

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Estuvimos allí toda la noche. Malú me llamó por la mañana para preguntarme que qué había pasado y se lo conté todo. Por suerte comprendió que no había dormido fuera por que si, sino por la niña, con lo cual tuve suerte y no se enfadó. 

Por fin localizamos al médico que había atendido la noche a anterior a Aurora. Nos dijo que no era nada, simplemente que ella se estaba tomando una medicación, no se exactamente para que enfermedad, que como el día anterior no se la había tomado le había provocado un desmayo, pero que era totalmente normal. 

Ya con esto y después de un rato volvimos a la habitación a buscarla y parecía estar bien. Nos contó que le pasaba bastante a menudo cuando se olvidaba de sus pastillas o no comía suficiente como para poder tomarlas. Le pedí a Teresa que la llevara a su casa otra vez y Martina fue con ellas. Como ya estaba todo solucionado yo me fui otra vez a casa. 

Cuando llegué Malú estaba esperándome en el sofá.

-Siento no haber venido anoche cariño, te lo compensaré.

-Se que lo harás.- sonrió

-¿Tienes algo que hacer hoy?

-Pues... si. Había pensado quedar con alguien. 

-Ah... en ese caso...  esto... bueno...

-Dani, eres tu. ¿Estás tonto?- Sonreí. 

-¿Yo? ¿De verdad?  ¡Que bien!- dije haciendo el tonto- ¿A donde te apetece que vayamos?

-Puees... podíamos ir a algún sitio bonito donde estemos tu y yo solos, no se...

-Mi casa- reímos- No, venga, en serio... ¿Que tal si vamos a la playa? 

-No Dani, hoy hace un día precioso, no podemos ir a la playa.- La miré extrañado y como se dio cuenta de que no entendía nada me lo explicó. - A ver, Dani. Si hace un buen día, el resto de la gente también quiere ir a la playa, pero si hay gente en la playa nosotros no podemos ir ¿entiendes?

-¡Ah! Si, si...En ese caso vamos a la piscina.- La miré con una sonrisa pícara y sonrió. 

-¿Es una piscina sin gente?

-Es una piscina privada.

-¿Y de donde piensas sacarla?

-Cariño, uno tiene sus contactos...-Sonreí

-Venga, sorpréndeme. 

-Eso haré.- Sonreí-  Vete a tu casa y coge el bikini y algo de ropa de recambio.

-¿Y por qué no espero a que estés tu y ya vamos juntos a mi casa?

-Porque aún tengo que hacer un par de cosas. Hazme caso anda, vete a tu casa que yo te recojo ahora.- Le guiñé un ojo, me besó y se fue.

Hice un par de llamadas y ya estaba todo listo para poder irnos. Ahora si, cogí mis cosas y las bajé al coche. Antes de irme a casa de Malú pasé por la floristería y compré, no rosas, sino pétalos, tanto rojos como blancos. 

Cuando llegué a casa de Malú estada esperándome en la puerta. Subió al coche y nos fuimos. 

Parecía una niña pequeña, se pasaba el rato prrguntando que cuanto quedaba y a dónde íbamos. 

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