Abro mucho los ojos cuando acabo de escuchar y noto la mirada de Brendon, cómplice, abriendo también los ojos y conteniendo una risa apretando los labios, esperando mi reacción.
-En serio....-consigo decir muy torpemente.
-Sabía que te gustaría-añade, triunfal.
-No puedo ir a besarte ahora mismo ¿no?-casi suplico, a lo que él se ríe.
-Mejor que no, aunque no estaría mal una sesión de besos después-sugiere.
Se apagan las luces del jet y empieza a moverse. Nos vamos. Le doy la mano y noto como nos elevamos hacia el cielo, que ya está negro.
Le aprieto la mano más fuerte y miro por la ventana. El Skyline de Londres se ha convertido en una diagonal luminosa y noto que el avión gira. Una sensación de vértigo me sube del estómago al adaptarme a la altura y cierro los ojos.
-¿Tienes miedo?-oigo que me pregunta.
-Sí, es sólo, la... altura- respondo tomando una bocanada de aire.
Paso unos minutos con los ojos cerrados hasta que oigo el ruido que nos permite desabrocharnos los cinturones por estar ya en una posición estable. Le suelto la mano y me libero del cinturón, todavía un poco aturdida y estiro las piernas al máximo que puedo.
-Que sepas que hay tripulantes de cabina para lo que necesitemos-me informa Brendon.
-¿Y si quiero mimos?-pido yo, intentando ser adorable.
-Ah no.-sentencia- Esto ya es cosa mía.
Sonrío y me levanto. Intento desentumecer las piernas yendo hacia el sofá pero empiezo a notar que es demasiado tarde para mí y he dormido muy pocas horas.
En vez de sentarme otra vez me estiro sin estar demasiado incómoda. Es blando y noto como cada vez me pesan más los párpados.
Entra un poco de luz por la ventanilla enfrente mío y abro los ojos a duras penas. Miro un poco alrededor y tengo una manta que me cubre buena parte del cuerpo. Veo a Brendon con el codo apoyado en uno de los asientos, comiendo una manzana y mirándome.
-Buenos días.-sonríe entre mordiscos.
-Buenos días-mascullo yo rascándome los ojos y estirándome- ¿Cuántas horas he dormido?
-Unas cuatro... o así.
-¿Tú no has dormido?-pregunto.
-No-sacude la cabeza- después el jet lag me va a pegar fuerte- se queja.
Me destapo y me incorporo. Mi espalda ha sufrido más de lo que creía cuando me estiré. Brendon se sienta cerca de mis piernas y me da un beso corto en los labios.
-Y por la manta-interviene-te tapé ya que te pusiste a temblar de frío mientras dormías.
-Gracias-le susurro con una mirada tierna- ¿Cuántas horas de vuelo quedan?
-Unas cuatro, por ahí.
Suelto un quejido y recuerdo que dejé los libros en la maleta. Mierda. Me suena el estómago, hace horas que no como nada.
-Creo que comeré algo, a ver si me voy a desmayar.
-Hay fruta por ahí, si quieres desayunar.
Asiento con la cabeza y él se va a jugar una partida con una consola que hay en el avión, por lo que oigo, debe estar jugando a un videojuego de tiros.
Paso por detrás hasta la mesa donde hay el cuenco con frutas. Cojo un plátano y me apoltrono en uno de los asientos, que tiene oferta de películas y series. Mirando por el menú de películas me doy cuenta que hace demasiado que no miro un capítulo de Da Vinci's demons.
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Victorious (Brendon Urie y tú)
Fiksi PenggemarT/N trabaja en un late show en Londres. Al llegar al trabajo, un día se encuentra que le toca estar codo a codo con el cantante de Panic At the DIsco, Brendon Urie. T/N no quiere sentir nada por un famoso, pero no será tan fácil como piensa. No se a...