Capítulo 36. (El mejor día)

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- ¿Ya lo pensaste? - Preguntó Leo.
- ¿El qué? - Contesté dudoso. Camino a las canchas de entrenamiento en la escuela.
- El irnos..
Voltee a ver a Leo, enserio quería que nos fuéramos, su idea loca y repentina, resultó no serlo tanto.
- Pareciera que huyes.. - contesté algo intranquilo.
Soltó una pequeña sonrisa para el.
- Ok dan, lo que tú quieras.
- Pero si no he contestado nada.
- Exacto. Dijo en seco.

Quedamos en silencio, esperando a que el semáforo cambiará a verde. Una señora con una mirada tan especial y una sonrisa humilde, junto con una cubeta llena de rosas, se acercó.

- ¿Gustan comprarme una rosa para que le lleven a sus novias? - Dijo la señora entusiasmada y sin quitar su sonrisa.
- Él es mi novio. Y si, quiero un ramo. - Contestó Leo, Sonriente.
- Woo. En ese caso, les regalo uno más. Son ustedes valientes.
- ¡Gracias! - Contestamos los dos.
La señora se fue tras recibir el dinero que le dió Leo por las rosas.

Leo junto los dos ramos de rosas y me los dió, Junto con un beso. Luego me miró, y solo dijo..

- Vámonos, este fin.. solo este fin. - Me miró con ojos suplicantes, y como no, no me pude resistir.
- ¡Está bien!

Y volvimos a besarnos. Poco después llegamos al entrenamiento.

- ¡Hey! Qué bueno verlos juntos. Aunque no me sorprende ya. - Dijo Nick.

Evan se veía algo serio. De hecho ni siquiera se acercó a saludarnos. Leo corrió a cambiarse.

- Hmm.. ¿Qué le pasa a Evan? - Le pregunté a Nick.
- No lose, desde que llegué al entrenamiento ha estado raro.. - Contestó frío.
Nick le soltó un chiflido haciendo que Evan viniera y justo Nick se fue.
- ¿Qué pasa contigo? - Le pregunté.
- Nada. - Dijo sin más.
- Si es por qué no te contesté el mensaje, lo siento. Estaba con Leo. - Dije alegré.

El continuó frío.

- De a cuerdo. ¿Qué te molesto?
- Que no soporto a la gente mentirosa. Pensé que eras sincero, y yo.. nosotros y me refiero a Nick, Sam y los chicos. Te emos brindando nuestra amistad. Y.. que.. será mejor que ya no te acerques a nosotros.
- ¿Qué? No estoy entiendo.
- Me dijo Chris todo lo que pensas de nosotros. Que somos unos frikis, nerds, Pues venga tío, que al final.. tus únicos amigos que te quedaban eran estos "frikis".

Trague en seco. Nunca escuché a Evan tan decepcionado.

- ¿Qué no dirás nada? Tenía la esperanza de que lo negarás. Al final de cuentas tus amiguitos Chris, Andrés,  Guille y  tú son tal para cual. No te admires tanto. - Me miró de pies a cabeza y luego se marchó.

Bajé la mirada, no me atrevía a mirarlos. Cómo pude ser tan gilipollas. Leo regreso y justo empezó el entrenamiento. Estuve más que fatal.

- Venga Daniel, que si le echas un poquito más de ganitas, cómo Leo en la cama no estaría nada mal, Capitán. - Dijo José junto con una carcajada.

Digo, yo ya enojado desde la mañana por qué José no sé le despega a mi novio, Chris le dijo eso a mi amigo, no lo pensé ni dos veces para quitarme este enojo. Mi cuerpo estaba sobre el de José y aproveché para pegarle unos cuantos puños de repente sentí que alguien me tomaba  fuerte por la cintura y me quitaba con fuerza era Chris, en cuestión de segundos el plan había cambiado ahora José estaba sobre mí, Vi a poca distancia a Leo pelear con Chris también, algunos chicos los separaban. Luego comencé a ver borroso, los golpes ya ni los sentía, logré ver cómo Leo corría hacia mi, cierto o no. Leo siempre era mi héroe.

Escuchaba ruidos de cajones abriéndose y cerrándose al igual que el refrigerador, los ruidos por más mínimos que fueran los escuchaba a tope. Un zumbido agonizante punzo en mi cabeza al lograr abrir los ojos. Intenté pararme, pero alguien me detuvo.

- ¡Hey! ¡Hey! No te pares. Toma, era Leo puso una pastilla en mi boca y me dió de beber el agua como un bebe.. luego puso una bolsa de hielos debajo de mi ojo izquierdo.

En sus ojitos, bellos ojitos pude notar la tristeza y enojo que sentía. No decía nada y yo tampoco.

- Detesto verte así. - Dijo al fin. Lo peor es que no pude ayudarte. Cuando quité a Chris de ti, yo solo me defendí y cuando voltee a verte ya estabas inconsciente. No te hago bien. Tu vida era bastante simple y perfecta. Yo solo te la arruine.
- No..
- Daniel no digas que no. Es así. Tu a mi, me haces más que bien, pero yo a ti no. Y así esto nunca va a funcionar. Cómo va a funcionar si no puedo cuidarte.

Me paré, quedando sentado enfrente de el.

- ¿Te quieres callar? Qué no ha sido culpa tuya. Ahora tenemos dos opciones. Y creeme me duele mucho condicionar esto. Pero es así, o te quedas y continuamos con esto, enfrentando lo que sea, todo por nosotros y nuestro amor. O te vas, huyendo y creyendo que me haces un bien como siempre y terminamos pero esta vez en definitiva. 

Leo agachó la mirada. Yo sentí como un dolor recorrió toda mi garganta hasta llegar a mi estómago.

- Luchemos. - Contestó al fin, después de varios segundos. Dándome un beso.

De repente sentimos un frío intenso. Leo bajo dos gorros y una sábana, puso una película de miedo.

Cuando se sentó en el sillón junto a mi, me puso un gorro de los que llevaba, gris y con un pompón en la parte superior. Leo ocultaba una risa. Cabe percatar, que traía el ojo izquierdo morado y sin poder abrirlo de lo hinchado que estaba. Luego dijo.

- ¡Te ves hermoso! - soltando al fin una carcajada. Yo hice lo mismo.

Después de unos minutos, estaba recargado en su hombro, estábamos cobijados viendo la película. Voltee a verlo, era tan perfecto, lo amaba.

- Vámonos. Le Dije
- ¿Enserio? Dijo alegré soltando una grande sonrisa.
- Si. Le contesté sonriente.
- Ok. Prepararé todo para el fin. Dijo besándome una vez más.
- No solo el fin. Solo.. Vámonos tu y yo.
- ¿Hablas enserio dan? - Le brillaban los ojos de una manera única.
- Muy enserio. Estoy listo.
- Me haces más que feliz. Arreglaré todo. ¿Nos vamos el domingo te parece?
- Si.
- Te amo. Dijo alegré.
- Yo te amo a ti, contesté. Y le besé. Entregándole todo de mi.


Mejor Juntos [COMPLETA] (EN EDICIÓN)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora