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Iba con la caja en la mano. Bueno no caja exactamente estaba decorada con tonos de celeste y blanco.

Las habitaciones tenían letreros afuera. Y pude ver la de él chico.

"Hoseok"

Respire profundo y toqué.

No salió nadie... Insistí.

- Jung kook te dije que no molest.. - dijo el mayor sin terminar la frase.

Me miró con asombro. Y me dio una cálida sonrisa.

- Hola, Min Hwa... ¿Cierto?- sonreí.

Yo nunca sonrío. Pero su sonrisa fue tan sincera que no pude negarme a hacer lo mismo.

- Si... Yo... Que.. quería disculparme por lo de la comida, yo la preparé y...

- Shh, calla, la comida estaba muy buena y no es tu culpa, solo que mi estómago no me acompaña del todo- me interrumpió, le miré a los ojos.

- le traje un pastel... Lo hice yo - le entregué el pastel y lo abrió apresuradamente.

Se escapó una ligera risa.

- Que linda eres... ¡Y es mi favorito! - casi grito esa frase - ¿es ópera de mango no? - asentí.

Dejo el pastel en un mueble y me abrazó.

Solté un quejido. Apretó mi espalda y dolió.
Se sentía bien, pero dolía... Y no me soltaba...

- ¿Qué pasa aquí? ¿Porqué tanto ruido? - citó el otro joven saliendo de la habitación correspondiente.

Hoseok me soltó al instante.

- ¿Min Hwa? - exclamó extrañado.

Me sentí extraña por alguna razón, la cual desconocía.

- Buenas tardes Jeon Jung kook - dije sin interés.

- Lo siento, no quiero causar revuelo, ya... Debo irme - dije girando sobre mis talones.

Alguien me tomó de la muñeca.

Jung kook.

- Disculpe debo irme - me solté, me apretaba.

- Deja las formalidades niña - volvió a tomarme de la muñeca, pero su hermano lo detuvo.

- Kook no seas grosero, dejala - le quitó la mano casi de un empujón.

- Pero.. ella..

- Nada de peros... No la trates así - le dio una mirada de fastidio.

El contrario se enojó soltando un "idiota" y se encerró en su habitación.

- Disculpalo, te acompaño a la puerta.

La señora Jeon nos miró con felicidad y ternura.

- ¿Te gusto mi Hoseokie? ¿No es maravillosa? - dijo con alegría.

- Si, me encantó y se ve deliciosa - respondió el chico y la señora lo miro con el seño fruncido.

- Haber hijo... ¿Como que se ve deliciosa? - el nombrado se rasco la nuca y entendió la señal.

Se escapó una risa y negó muchas veces con la mano.

- Mamá, no mal entiendas me refería al postre... Qué el postre se ve delicioso, ¡enserio! - me reí para mis adentros, yo no mal entendí.

- Ahhh, lo siento los años me tienen así, yo me refería a la joven Min - dijo relamiendose los labios.

- Yo debo irme - se me hacía tarde.

Atrapada por El CastañoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora