El amor igual que el mar. Muerto.

17 0 0
                                    

Tanto yo como ustedes haremos de cuenta de que esto es un cuento, aunque no parezca, aunque no tenga nada que ver. Estamos acostumbrados a que un cuento comience con la frase “Erase una vez”, pero este no, este es diferente, no lo escribí yo, lo escribieron los sentimientos que alguna vez salieron de mi. Esta vez los protagonistas no serán un príncipe y la criada de un castillo, o en su defecto un sapo y una princesa, esta vez los protagonistas serán un amor que se ilusiono, una tristeza que se mantuvo y una soledad que jamás murió.

Es difícil dejar ir un amor, aquel amor verdadero, aquella persona que sentiste amar como a nadie, aquella a quien hiciste EL AMOR DE TU VIDA, aquel amor loco por quien hiciste cosas que jamás pensabas, aquel amor que por más que pase el tiempo no olvidaras.

Este principio no es como cualquier otro…. Este es el principio y el final, el nacimiento y el asesinato de mi alma en vida.

Te conocí y como dice más de una frase  “no pensé que te convertirías en algo tan importante”. No fue una aventura de amigos mas, esta fue la mejor, mi mejor aventura.

 Un día mas en la historia de mi calendario logre verte y desde ese instante supe que algún día tendría algo cercano contigo; no dije nada, solo pensé y me di cuenta que mas allá de tu dulce mirada había un sufrimiento largo por amores imposibles. Deje pasar los días y cuando por fin pude hablarte, tenerte frente a frente; pasó…. No sé cómo, no sé cuando, ni sé en qué momento solo se que desde ese día mi corazón solo se encargaba de gritar tu nombre y mi mente de recordarme que TU, la chica sencilla, de ojos lindos y de sensual caminar me traía loco. Desde entonces empezó esa corta y larga historia llena de finales y comienzos extraños.

Con solo un cruce de miradas pude sentir que tu sentías lo mismo; algo que hasta el momento no era amor, pero era una atracción que iba más allá de desear los besos y abrazos del otro, llegaba hasta el punto de estar dos en una cama haciendo el amor. Te deseaba tanto hasta empezar a pensar en tenerte un momento a solas, solo tú y yo demostrándonos en una noche cuanto nos gustábamos.

No creo que para ese entonces tú sabrías que me gustabas, pero tú y tus miradas coquetas y encantadoras hacia mí, colocan al descubierto todo lo que sentías. Con tu dulce coquetear, me sentía en las nubes al verte; tus labios, tu cuerpo y esos ojos que me encantaban me dejaban como nave en pleno despegue.

Llego el día en que tome la decisión de contarte lo que sentía, sentía que no aguantaba, sentía que si no te decía YA te perdería y no quería correr el riesgo. Llego el momento justo, la oportunidad. No quería pasar el “oso” primero quería confirmar que en si tu sentías algo por mí. Dije:

—Si a todos nos gusta que cuando nos dicen “Te quiero” lo demuestren, ¿en qué manera te gustaría a ti que te demuestre lo que siento?

De manera muy particular me respondiste:

—Con un beso —

Era la mejor y  más hermosa mueca que había visto hacer en mi vida, tus labios hacían juego perfecto con las palabras que quería yo escuchar en ese momento. No supe que hacer, quede en shock como cinco minutos y aunque moría de la emoción, solo respondí:

—Está bien—.

Al día siguiente tuvimos que vernos, pasaste por mi lado con una picardía que sin duda me dejo sin palabras. Llegaste donde yo estaba, un lugar solitario, no había gente en si era el lugar perfecto para que pasara lo que tanto anhelaba, besar tus labios rojos que parecían rosas en el amanecer; no sin antes pedir a Dios que me diera la oportunidad de corregir tu camino y borrar aquel sufrimiento por un amor no correspondido. Te bese, no sé que mas ocurrió en ese momento, solo sé que al tocar tus labios sentí que no quería volver a besar nunca más otros que no fuesen los tuyos. No pude sentir más nada es ese momento, solo eso… Que serias la mujer que amaría por el resto de mis días. Si, sé que soy un tonto al pesar en eso tan de prisa, pero sentí algo dentro de mí que no lo había sentido jamás, y aunque había besado a otras chicas antes, esta vez fue diferente muy diferente, lo sé porque mi corazón me lo susurro.

Inicio un romance lleno de dudas al principio, para entonces yo estaba enamorado, no sé si tu, pero con tus TE AMO me conformaba, con solo verte y hablarte y que tú me respondieras con un beso en la mejilla y un susurro de: Te amo en el oído me bastaba para pensar que eso era lo que quería sentir en mi vida entera, ese escalofrió y esas ganas de besarte, abrazarte y hacerte mía ya eran incontrolables.

Era un AMOR PROHIBIDO, por eso y por muchas cosas no podríamos demostrar amor delante de la gente, no podía besarte en frente de nadie y poder gritar con orgullo: tengo a la mejor mujer del mundo como novia. Pasaba el tiempo y así mismo mi amor crecía y crecía como rio en tiempos de lluvia y tus besos cada vez eran más sensuales y aunque no tenían voz yo podía sentir que de alguna manera me amabas más que ayer.

Manos cruzadas a escondidas, te amo al oído, besos cortos con personas distraídas y aquel corto romance que nos dejo locos al uno por el otro. Nos amábamos, eso lo sentía. Mirarte a los ojos era perderme en un mundo donde solo existía el amor, un mundo donde solo existíamos tú y yo. Besarte era sentir de todo, era viajar al infinito y entregarte a ti el poder de regresarme. No sé si estaba vivo o muerto, solo sabía que estaba en frente de esa PERSONA DE MI VIDA.

Justo cuando sentía quererte y amarte como a nadie, en ese momento que sentía hacerte mía; comenzó esa parte que no quería: LA DESCONFIANZA, esa corta o larga parte por las que todas las relaciones pasan. Unas se acaban y otras se fortalecen; no es fácil, pero solo el amor verdadero logra romper este y otros obstáculos.

Sentía que no entregabas todo de ti como antes, llegue al punto de pensar que alguien te gustaba; no quise dar más espacio a esos malos pensamientos e inclusive preferí callar y seguirte amando de igual manera, aunque de tu parte no lo recibiera.

Los días bellos y alegres pasaron a ser noches de lágrimas e insomnios. Los  “te amo” cada dos minutos; pasaron a ser “te quiero” vacios. Promesas, lágrimas, sonrisas… En fin tantos momentos que marcaron mi vida no fueron más que eso: Promesas que nunca se cumplieron, lágrimas sin fondo y sonrisas que el viento se llevo. Un día tuvimos que vernos, pero no era un encuentro como los otros en los que deseábamos vernos y besarnos hasta que nuestros labios se cansaran; antes de yo poderte decir algo, antes de que incluso te pudiese decir: Te amo; dijiste:

— ¿Terminar la relación? ¿Te sientes bien conmigo? ¿Te  noto extraño, que te pasa? ¿No me quieres? ¿Tienes a alguien más?—

Esas preguntas me amargaron el momento y en vez de responder, te hice otras:

 — ¿Recuerdas nuestras conversaciones, nuestras promesas, mis TE AMO, los recuerdas? Prometí nunca dejarte y hasta ahora estoy más que convencido de no hacerlo. Como dejar ir a quien le dio vida a mi vida, como dejar escapar libremente de ella quien al entrar le dio sentido, NUNCA.—

Llego la noche de ese Enero que me cambio de camino, de pensamientos; aquella noche que sin motivos me hizo querer esperar otro tren. Como siempre tu voz hermosa, esa misma que me enamoro, esa que antes hacia conjunto con tus labios para decirme TE AMO esta vez dijeron TERMINAMOS. Ese instante, ese pequeño instante basto para que mi mundo se derrumbara, me sentí en aire, me sentí ahogado, me sentí muerto.

Así mismo como la lluvia se olvida de la tierra en verano, así mismo me olvidaste. Mas nunca me llamaste, me entere de tus nuevos amores, pasaron noches y largos días sin sentido. En mi cabeza no cabía  mas que no fueran tus recuerdos.

Como olvidar los besos, las caricias, las lagrimas, los abrazos y TODO lo que hasta ese día llevábamos. Esa rosa que tú misma decidiste cortar.

Miles de preguntas invadían mi mente. ¿Qué paso? ¿En que falle? ¿Qué dije o que hice mal? ¿No llene sus requisitos? ¿Por qué ya tiene una relación, así de poco signifique para ella? Preguntas que en esos días me hacía y aun me las hago porque ni tu ni nadie las aclaro.

Han pasado más de dos años y de ti no volví a saber. Ni una llamada, ni un texto; más nunca NADA.

Algún día de estos dos años de olvido me di cuenta de que no podía seguir sufriendo por alguien que no me valoraba a mi; mucho menos mis lágrimas.

Y hoy después de tanto, estoy aquí en esta habitación, con este papel y un lápiz de compañero; sin poder retener las lágrimas al recordar esos momentos, escribo esto que quizás nunca leerás.

TU el amor de mi vida hasta que muera aquí en la tierra y mas allá, en la eternidad.

Firma: La soledad.

Has llegado al final de las partes publicadas.

⏰ Última actualización: May 20, 2014 ⏰

¡Añade esta historia a tu biblioteca para recibir notificaciones sobre nuevas partes!

El amor igual que el mar. Muerto.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora