CAPÍTULO 14

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La luna alumbrando en lo más alto del cielo, pero rodeada de una espesa neblina le daba al ambiente un aura misteriosa, no era una noche normal. Las hojas de los árboles se mecían al compás del viento, como siguiendo una extraña melodía que solo la oscuridad de la noche podía comprender.

El sonido de la puerta lo hizo voltear en dirección del sonido. Había estado esperando alguna noticia desde hace semanas, y al parecer ya habian llegado.

"Adelante" indico con un tono frío y seguro. Frente al mandato un hombre entro por la puerta

"Ya estan aquí señor" dijo seriamente

"Perfecto, hazlos pasar" dijo inmediatamente, mientras sacaba un cigarro del cajón de su escritorio.

El sonido de unos pasos algo inseguros en el pasillo le indico que no serían noticias agradables después de todo. Al parecer esto no terminaría bien

"¿Esta todo listo?" pregunto su voz gruesa, sin levantar la vista de su escritorio hacia los dos muchachos que acaban de llegar. Un ligero atisbo de un acento italiano podía ser percibido en su manera de hablar.

"Si señor, la carta fue enviada según sus propias instrucciones" Intervino el primero de los muchachos, su mirada fija y retadora posada en él, como si estuviera confiado de haber hecho su trabajo bien -vaya osadía- pensó para si mismo mientras botaba las cenizas de su cigarro en un cenicero de cristal, su mirada atenta en ambos muchachos.

"¿Y tu Taner, no tienes nada que decirme?" dijo firmemente, esta vez desviando su mirada únicamente hacia el otro muchacho que hasta ese momento se había mantenido en silencio.

"Si claro señor, desde.... desde que los Salvatore recibieron la carta salieron de viaje, nuestras fuentes dicen que desde entonces han estado buscando por diferentes partes del mundo el paradero de Stefan y Elena. Sin embargo aún... aún no han dado con ellos" dijo Taner, si mirada fija en el piso, como si supiera que si levantaba la mirada podría perder la vida.

"¿Entonces eso es todo?" pregunto el hombre mientras sacaba otro cigarrillo más y lo encendía

"Si señor, fue lo mejor que conseguimos" dijo el primer hombre confiadamente

"¿Me estás diciendo que en cuatro semanas esto fue lo mejor que conseguiste?" Pregunto impaciente el hombre, sus dedos golpeteando la madera del escritorio frente a él.

"En efecto señor, en todo este tiempo nosotros somos los que mejor información le hemos traído, nadie del equipo llegó tan lejos como nosotros"

"¡No juegues con mi paciencia! Gritó fuertemente el hombre golpeando con ambos puños la mesa frente a él "¡Especialmente con algo tan importante como esto!"

"Lo... Lo siento señor. No fue mi intención hacerlo molestar" dijo tartamudeando el muchacho, perdiendo recién la sonrisa sarcástica y confiada que hasta ese momento había tenido puesta en el rostro.

"¡Mirame cuando te hablo! gritó el hombre fuertemente, sus facciones desencajadas producto de la rabia y la cólera "¡No trates de hacerte ahora el humilde, cuando hace tan sólo unos instantes tenias una sonrisa de suficiencia en tu patético rostro!

Ambos hombres se quedaron quietos, con la mirada fija en el piso. La fricción de la madera de la silla contra el piso les indico que su señor se había parado, sin embargo sus sospechas fueron corroboradas cuando un par de zapatos de charol negro aparecieron en su campo de visión frente a ellos.

"Creo que les hable muy bien a ambos que si había algo que no soportaba era la altanería... Pero, al parecer no les quedo muy claro, y creo que eso merece un pequeño recordatorio ¿verdad?" Dijo en una voz tan calmada que lo único que hacía era producir más miedo.

Bᴀᴄᴋ Tᴏ Tʜᴇ Sᴛᴀʀᴛ (Editando) Donde viven las historias. Descúbrelo ahora