Agosto 12 de 2439 17:21 horas (viernes)
Observaba el árido paisaje de su alrededor, desolación era la única palabra que venía a su mente, mientras más veía más le costaba creer que alguna vez ese horrible lugar estuvo lleno de vida, dirigió su vista al cielo, el único testigo de la triste historia de la tierra y de... La humanidad o al menos lo que quedaba de ella, suspiro bajo su vista al libro entre sus manos, era antiguo pero sus imágenes aun se conservan, el profesor creía que tenia entre docientos cincuenta y trecientos años pero no podían saber con exactitud pues estaba escrito en un idioma muerto, unos de los tantos idiomas que desaparecieron por la guerra, la más terrible y larga guerra en toda la historia, la que por poco y termina con todo, las grandes naciones se destruyeron entre si llevándose consigo otras tantas más pequeñas. De las miles de millones de personas que ocuparon la tierra ahora solo unos cuantos miles vivían en ella, dio la vuelta a la página, cuanto deseaba leer el texto de aquel libro pero no podía, soltó otro suspiro con su mano derecha toco la fotografía que la página contenía, era una montaña de un hermoso color verde aun desde la distancia en que esta fue tomada se distinguían perfectamente los árboles, no sabía de que era el libro pero le gustaba.
Tantas habían sido las veces cuando de pequeña fantaseaba correr por un extenso campo cubierto de flores, y de más plantas, con árboles por doquier, con animes saliendo de entre la vegetación hasta cierto punto salvaje, incluso creía que hubiera sido feliz con ver insectos sobre las hojas de las plantas, pero no podía ser, campos así ya no existían desde hace mucho tiempo, aveces deseaba haber nacido en el pasado, y ver las maravillas que antes existían, pero no se podía porque tuvo la desgracia de nacer en un mundo casi muerto, suspiro de nueva cuenta, cerro el libro y estiro sus pies y sus brazos los dirigió hacia atrás para sostenerse y así sin pensar más en lo no fue para ser visto por sus azulados ojos, se quedo viendo la tan triste escena de una tierra seca, sin vida.
Sentía como se acercaba un gran dolor de cabeza, paso su mano izquierda por sus corta cabellera castaña, en un gesto de cansancio y casi desespero ¿Cómo es posible?, siempre es lo mismo, ¿Es qué acaso soy su niñera?, ¿No debería ser ella quien cuide de mi?, digo ella es la mayor o ¿Es que acaso he estado equivocado toda mi vida y soy yo el mayor?... En cuanto te encuentre juro que te ahorco ¡lo juro!, giro su cabeza buscando con la mirada a la causa de su irritación y nuevo dolor de cabeza, sin ser capaz de encontrar a quien buscaba, camino calle tras calle, estaba a punto de terminar de cruzar la última parte de Tierra Alta sección de la ciudad donde él junto a su dolor de cabeza, como comúnmente llama a su hermana, viven.
- ¡Ax! - se detuvo al escuchar que le llamaban, giro sobre si mismo para encontrar la mirada color miel de quien hasta el momento había sido la causa de sus suspiros, noches en vela y de más cosas que hasta hace dos años cuando la conoció, solía llamar romantiasquerosas, observó como la dueña de sus sueños de cabello rojizo como el fuego y piel blanca como porcelana hermosas y finas facciones se acercaba - Ax ¿la encontraste? - pregunto ella sacando de su ensoñación al menor, haciéndolo recordar la razón de su irritación
- No - contesto con molestia - ¿Los demás la han visto? - se acerco a la mayor con la esperanza que le diera una respuesta satisfactoria
- Ninguno - negó con la cabeza al mismo tiempo que con sus manos agarraba sus caderas - Ahora que recuerdo, ¿no llevaba consigo aquel libro? - observo pensativa al castaño
- ¿Qué libro? - cuestiono el menor observando algo más que el rostro y cuello de la pelirroja
- Ya sabes... Ese libro... El que le regalo tu papá antes de... Del accidente - hizo señas con las manos tratando de darse a entender mejor
- ¡El libro! - exclamó como si hubiese hecho el mejor descubrimiento del mundo, con gran agilidad dio media vuelta y hecho a correr
- ¡Ax espera! - grito la joven levantando su brazo derecho
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Un viaje del destino
Romance"No me importa si crees en mis palabras o no, lo único que quiero es que me escuches, el lugar donde nací, un país sin nombre hace mucho que eso dejo de importar, todo fue arrasado por la guerra, la peor de todas y la más larga también, los pocos qu...