Prólogo.

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Prólogo: Me gusto el beso

Charlotte:

Desperté, sobresaltada. Oí un ruido. Mi celular vibraba, así que decidí echarle un vistazo ¿¡LAS DOCE DEL MEDIODÍA!? ¿Cuánto tiempo había dormido?

Resoplé y corrí los mechones de cabello que caían sobre mi cara. Coloqué mi mano en mi frente. Estúpida borrachera. Estúpido Jacob. Estúpido Max. 

Max era el idiota de mi ex. Me había cortado y por su culpa estoy recostada en la cama con borrachera. ¡Bien Max!

Volví a resoplar. Tome una corta y caliente ducha. Me puse mi ropa y camine a la cocina del pequeño departamento. 

Tome una taza de café, calmando así el dolor. Recorde inútilmente que era sabado y no trabajaba. ¡Sí!

El sonido de Let  it be de los Beatles interrupío mi pensamiento.

¿Lots? ¿Estás allí? —preguntó la voz de Jacob.

—Aqui estoy, cómo siempre... —mascullé. Al rato fui interrumpida por su voz.

Oh, que bueno. ¿Borrachera? ¿Lo recuerdas? Fue una gran noche. 

—No, no lo fue. Pero...

¿Pero...?

—Aún me siento mal por lo de Max.

Creo que... debemos hablar.

—Bueno —mascullé levemente. 

Te espero en el café de Beth a las cuatro. Adios —dicho esto corto la llamada, sin esperar mi respuesta. 

—Vale... —respondí a la llamada ya terminada. Guardé mi celular y corrí a buscar dinero. Cincuenta dolares. Perfecto, al menos podría pagar un poco del café.

Tomé mi mochila cubierta de pins y la colgue sobre mi hombro. Saque un poco más de dinero, cién dolares. Debía comer. Moría de hambre.

Camine hacia mi restaurante preferido y comi lo que siempre ordenaba. Pagué, eran solo cincuenta dolares. Luego de eso, me pase por unas tiendas y, a las cuatro en punto me encontraba en el café de mi mejor amiga, Beth.

Saludé a mi rubia amiga y ordené un café. Leería mientras Jacob no estaba aqui. Me gustaba pasar el rato así. Saqué un libro de mi mochila, un lápiz y un cuaderno.

Comenzé a dibujar unas finas líneas que se transformaron en un dibujo. Eran unas pequeñas aves volando. No me consideraba una artista, pero; para eso estudío artes ¿verdad? Sonreí a Beth cuando colocó el café a mi lado. Dejó junto a éste unos muffins y beso mi mejilla en forma de saludo. 

—Hey, ¿Qué hay Barney? —soltó Jacob. ¿Barney? ¿Y a este qué le pico? Fingí una sonrisa, y golpeé su hombro fuertemente—. Yo también te quiero —arrojó un beso al aire y soltó un aire de superioridad. Idiota.

—¿Qué me querías decir? —solté de la nada. El semablante de Jacob cambió a serio.

—Puede esperar —murmuró tieso, levantando la mano a Beth. Le ordenó un café negro y Beth se lo trajo gustosa. Le sonreí a mi mejor amiga, e intercambie unas palabras con ella. Platicamos un rato, hasta que Jacob se digno a hablar.

—Beth, ¿nos dejarías hablar? Debo decirle algo importante —murmuró esperando que Beth asintiera. Beth asintío afligida, besó mi mejilla y guiño un ojo a Jacob (todo antes de retirarse, es mágica).

—Bueno, recuerdas ayer...

—¿Si? —solté en pregunta. 

—Pues, nos besamos, y...

—¿De enserio crees que eso significó algo? —el chico asintió—. Oh, vamos. Necesitábamos un beso y estábamos borrachos. 

—Pe-ero me gustó —exclamó Jacob. Diablos, estoy en graves problemas.

 Todo es tú culpa, Max. Y ahora debo lidiar con Jackson y con la estúpida ruptura. 

Something that we are not {soon}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora