Carne Humana

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¿Qué carajos haría trabajando a solas con Lay? Suho temía a muy pocas cosas, pero formar equipo con Yixing era algo que aún tenían que negociar seriamente sus miedos y él. Es verdad, habían pertenecido al mismo equipo desde siempre, pero nunca habían tenido la oportunidad de realizar una misión solos. 

De una cosa estaba seguro: sería imposible mantener su mente y su corazón fríos. No podría conseguirlo mientras permaneciera al lado de quien lo volvía loco tanto en el buen sentido, como también en el malo.

Bastante le había costado controlar su pequeño cuerpo de púber cuando éste comenzó a experimentar esa cosa cruda y extraña llamada amor, sin contar que también tuvo que lidiar con esa vergonzosa situación llamada erección involuntaria tan propia de la edad; y todo por culpa del odioso Yixing. Para él era algo degradante, tanto, que prefería cortarse la cabeza antes que hablar de lo que sentía.

Desde entonces procuró repeler a su compañero todo cuánto le fue posible. Ocultó todas esas cosas que tenían en común. Él era alguien tosco y grosero, pero con Yixing lo era el doble, ya que, a diferencia del resto, con él se comportaba así apropósito. 

Debido a su triste y dura infancia, Junmyeon no sabía mucho de amor, no obstante, con el pasar de los años él había logrado tomar consciencia de que se estaba haciendo viejo y, claramente, nunca aprendería a amar perdiendo el tiempo con infinitos compañeros sexuales. Para empezar, ninguno de ellos había conseguido sacar de su cabeza al cretino de Lay. Bastardo. Lo odiaba por ser tan noble, amable y hermoso, y por tenerlo enamorado de una manera tan absurda. 

Pero, por mucho que el Rey blanco lo reprendiera, Suho seguiría prefiriendo lo seguro, y lo más "seguro" era mantener a Lay a no menos de un metro de distancia y, si se acercaba más de eso, estaría más que justificado tratarlo como basura para alejarlo.

Había cosas que un Alfa no se podía permitir, y entre ellas estaba enamorarse.

La tribu a la que fueron enviados tenía su asentamiento al pie de la cordillera y cerca de un lago que desde siempre los había favorecido con el abundante regadío para sus tierras fértiles. Eran un pequeño poblado nómade que se había establecido junto a un pequeño cuerpo de agua a la espera de que el verano se fuera para poder migrar, pero eso nunca sucedió, y se volvieron sedentarios. De ellos se sabía muy poco, exceptuando el hecho de que eran gente poco culta, de costumbres muy primitivas y con cierta afición por la carne humana. Esa era la razón de por qué no se habían hecho tantos amigos en esas tierras.

—Alto ahí—ordenó Lay. Forzó a su caballo a cruzarse delante del caballo de su compañero para que éste no pudiera seguir avanzando—. ¿Hueles eso? —susurró dando un respingo para olfatear el entorno.

Suho gruñó y, de mala gana, olfateó el aire también.

—Huele a... ¿bisontes? —comentó, notando que a varios metros de ellos había una manada de animales pastando.

—No~, tonto —le parecía ridículo que Suho creyera que ese olor se debía a una manada de animales que estaba a poco menos de un kilómetro.

—No sé qué hueles y no me interesa —espetó el guerrero con fastidio y tiró de las riendas para continuar su camino.

—Suho —insistió Yixing, volviéndose a cruzar en su camino. Antes de que Junmyeon le volviera a gritar comenzó a buscar algo en su bolsa de viaje hasta dar con lo que quería—. Toma, bebe un sorbo de esto—le pidió, lanzándole una pequeña botella con un extraño y poco apetitoso líquido verde.

—¿Cómo sé que no me vas a envenenar? —dijo Suho, ocultando una sonrisa burlona sin éxito mientras observaba el líquido a través de la botella de vidrio.

ÁNGEL NEGRO [EXO FANFIC AU]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora