El viaje

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Miré a la Vale. Estaba sentada, igual que yo, pero ella estaba durmiendo. Tenía la cabeza apoyada en la maleta y los pies arriba de la silla. Estábamos esperando a que nos hicieran abordar el avión. Eran las cinco de la mañana y el aeropuerto estaba casi vacio. La Vale, mi mamá, la tía Stefani y yo eramos las únicas en ese sector; a lo lejos se veían unos guardias no más. El Renato me había dicho que se iba a despertar para saludarme por Whatsapp, pero parece que se había quedado dormido.

Vuelo con destino Bogotá, por favor abordar el avión. Repito, vuelto destino Bogotá por favor abordar el avión.

La Vale saltó en la silla y se paró de una. Mi mamá se arregló la ropa y yo tomé la maleta. No podía estar más contenta. Al fin ibamos a tener el viaje.

- Mis niñitas se cuidan mucho por favor- la tia Stefani se empezó a despedir de cada uno. Con la Vale se le salieron unas lágrimas a la pobre, pero sabía que era porque jamás había viajado sin que ella la acompañara.

- No te preocupi Stefi, si vamos a llegar bien- mi mamá le dio un abrazo-te llamo cuando llegue haya. Yo cuido a tu hija.

-Si confio en ti oh, esque me da pena porque no la voy a ver en harto tiempo- le dio unos ultimos besos y empezamos a caminar rumbo al avion. 

Estaba caga de miedo a la hora de subir. Ya había andado en avión otras veces, pero seguia dandome miedo. A parte eran 6 o 7 horas de viaje arriba de un avión, y me daba paja de solo pensarlo. 

Subimos y el avión se puso en vuelo sin ninguna dificultad. Mi mamá estaba asustada, la caché, pero no le dije nada porque segun ella era porque nosotras la poniamos nerviosa. Cuando el avión se estabilizo en el aire las azafatas empezaron a repartir cositas y con la vale nos pusimos a comer mani como hueonas.

- Oye anais, ¿a qué hora vamos a llegar a Bogota?

- Como a las diez de la mañana de aqui- mire mi telefono- o puta, las ocho allá.

- Que paja igual

- Si, pero igual lo vale ene. A parte vamos a llegar a dormir yo creo.

- Obvio po- asintió- a todo esto, ¿hay playas en Bogotá?

- No se si haya justo donde vamos, pero alrededor igual hay.

- A buena, ¿nos quedamos en un hotel?

- Nop.

- ¿Entonces?

- Cuando lleguemos allá vas a cachar-me reí.

- Anais, miren por la ventana.

Miramos y les juro que fue la hueá más hermosa que había visto (después del Renato, y Justin Bieber, claro). Se veían puras nubes, nada más. Me gustaban esos paisajes, porque aunque eran super sencillos, te daban cualquier calma hueón.

- Que lindo mami...

- Si, quiero puro llegar y poder ver toda la cultura que hay. Dicen que es tan lindo...

- Y de más hay minos ricos- me dijo bajito la Vale. Me cague de la risa y me hice la loca cuando mi mamá me preguntó de qué me estaba riendo.

Unas horas después nos despertamos. Habíamos aterrizado y nos estaba esperando un taxi abajo. Bajamos super rápido y nos subimos al auto. La casa donde nos íbamos a quedar quedaba como a quince minutos del aeropuerto, asique no teníamos que viajar tanto. El caballero nos ayudo a bajar todo y a meterlo a la casa. Cuando terminó mi mamá le pagó y el viejo culiáo se fue.

- ¿Quieren dormir otro ratito o nos vamos a pasear altiro? Vi hartos restaurantes y lugarcitos donde podemos comprar cosas de comer.

- Yo quiero dormir otro rato tía- dijo la Vale.

Más hueona y no nazco; Chilensis.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora