Jamás me había llamado la atención la idea de escribir mis memorias en un diario íntimo. Antes de convertirme en vampiro, fui realmente miserable por lo que nunca pensé en plasmar tales sentimientos. Tras convertirme en lo que soy, cambié y maduré mucho, lo que me gustó, pero, tampoco sentí la necesidad de escribir.
Sé que Elena lo hace, pero, sé también cuánto daño se hace a sí misma por lo mismo. Las palabras duelen, y más si las puedes leer cada vez que abres un cuaderno.
Los sentimientos están sólo dentro de mí. Prefiero eso, a tener un respaldo bajo mi almohada que me recuerde siempre mis errores.
Pero, esta vez, sí necesité desahogarme de alguna forma. Tenía demasiada tensión, culpa y estrés acumulados dentro de mí.
Habían dos culpables: Yo misma... Y el híbrido que tanto había estado detestando desde su aparición en Mystic Falls o, al menos, fue lo que fingí hacer.
Klaus Mikaelson.
Recordaba a la perfección mi graduación, tal como su aparición triunfal y, lo más importante, a tiempo, salvándome la vida ante el ataque que estaba a punto de hacer una de las brujas a las que había matado con tal de salvar a Bonnie en esa masacre meses atrás. Tras cortarle la cabeza, lo que fue realmente perturbador a pesar de todo de lo que ya había sido testigo desde mi conversión, me sonrió, de esa manera tan particular, con la que sólo necesitaba levantar un poco las comisuras de sus labios. No necesité decir nada; él pudo ver en mis ojos la palabra "Gracias" perfectamente.
Me había prometido que Tyler podía regresar a Mystic Falls. A pesar de que ya hace mucho estaba consciente de lo enamorado que estaba de mí, supe que esa era su mayor demostración.
En ese momento, además de su declaración "Él es tu primer amor, yo intento ser el último; no importa cuánto cueste", supe que significaba demasiado para él, pero, a pesar de que lo quería, y sí, quizás también estaba enamorada de él aunque se lo negara hasta mi propia sombra, estaba decidida a seguir luchando por Tyler, tanto como Klaus quería luchar por mí.
En ese entonces estábamos bien con Tyler, claro. O al menos yo lo creí así.
Más tarde regresó a romperme el corazón. Él no lucharía más por lo nuestro, al creer que Klaus siempre estaría rondando para estropear nuestra felicidad y tenernos como marionetas de acuerdo a sus deseos.
Terminé con él. Lo amaba, pero, no dejaría que siguiera ilusionándome al irse nuevamente y regresar cuando se le antojara. Su odio por Klaus, además de su orgullo, era más fuerte que su amor por mí.
Fue en ese mismo momento, supongo, cuando mis sentimientos por Klaus dejaron de permanecer ocultos sin que yo me diera cuenta.
Pero fue realmente en el minuto exacto en el que sentí su presencia en el bosque de Mystic Falls, cuando ya no tuve intención de negar nada.
"Hola, Caroline" pronunció, tan sereno como permanecía siempre, o la mayoría de las veces, que estaba conmigo. Su timbre de voz tan particular seguía intacto en mis recuerdos, al igual que su acento británico. No había nada diferente en él, y eso me gustó.
Había ido allí por Katherine; el clásico Damon de siempre le confesó su trágico final, por lo que Klaus llegó a Mystic Falls a deleitarse con ello. No pude correr de mi cabeza la idea de que su amor por mí, el cual siempre pretendí no corresponder ni por un segundo, se había esfumado. Me ofendí.
Pero me recordó a Tyler, el maldito rompimiento y su estúpida venganza y mi hostilidad hacia Klaus fue totalmente verdadera.
"Le di a escoger entre su estúpida idea de venganza en contra de ti o yo. Escogió mal" le respondí con enojo. Me miraba impaciente. Por primera vez, se presentaba frente a mí con seriedad y no de la forma en la que afirmaba que me subestimaba y que, por cierto, le causaba gracia.