Capítulo XXX

351 18 10
                                    

Zed P.O.V

Volví a despertar. No sé el tiempo que tardé en quedarme dormido nuevamente. Solo sentía cansancio y el desagradable dolor de las heridas. Al abrí los ojos, pude ver en la habitación a Damien sentado al lado de la cama, a Itziar junto a él y a Talon apoyado en el marco de la puerta. Logré incorporarme con dificultad. El anciano y la mujer se miraron, asintieron con la cabeza y se marcharon sin decir nada, aunque pude ver el rostro de Itziar apenado. 

Una vez cerraron la puerta, Talon se quitó la capucha y comenzó a acercase a mi. Yo, mientras tanto, me senté en el borde de la cama y me puse una camisa.

- Zed...- pronunció Talon seriamente - Debemos hablar.

- ¿Sobre? - pregunté desinteresado.

- Todo.

- Si por ti fuera, 'hablar' sería matarnos.

- Sin duda. Pero esto es serio.

- Adelante - me levanté para ponerme a su altura, fijando mis ojos en él - Te escucho.

- Se trata de Ahri...

Ni siquiera percibía el tiempo pasar mientras Talon me explicaba la situación. No supe reaccionar. Desde luego, lo único que tenía claro, era que mi mundo se había desmoronado por completo. Era una sensación extraña, jamás me había ocurrido algo así. Comprendí que desde el día en el que Itziar me escribió mi vida cambió. Pero nunca pensé que fuera de esa manera...Nunca creí que pudiera sentirme traicionado por una persona a la que le mostré algo más que cariño. 

Las palabras de Talon me pesaron una a una. Sentía como me hundía, pero no sabía si era en decepción, libertad, dolor o pena. 

- Lo siento, Zed - me miró y se fue.

Una vez oscureció, subí al tejado. Me quedé mirando las estrellas, pensando que debía hacer ahora. ¿Una nueva Orden o una vida totalmente distinta? Estaba confuso, perdido, ¿qué era lo correcto? 

Oí como las tejas sueltas se movían, giré la vista y pude ver como Itziar se sentaba a mi lado, apoyando sus manos detrás de su espalda, quedando casi tumbada. Contemplaba el cielo nocturno y no pronunció palabra.

- ¿Esperas qué diga algo? - dije sin ningún tono en particular.

- Si y no - cerró los ojos y sonrió.

- ¿Qué quieres?

- ¿Qué pasa? ¿No puede estar una vieja conocida contigo sin tener que pedir nada?

- ¿Qué quieres? - repetí con alzando una ceja.

- Preguntarte que harás ahora.

- No lo sé.

- Comprendo...En cualquier caso puedes quedarte aquí hasta que tengas claro lo que hacer.

Miré a Itziar y sonreí levemente. En el fondo le agradecía que me permitiera quedarme en su corte y mucho más que me mantuviera con inmunidad. Pero aún así, no me sentía cómodo aquí. Lo mejor era volver a la Orden e intentar reconstruirla. 

Al día siguiente, me preparé para abandonar aquel lugar. Damien se negó a quedarse, según él estaba en deuda conmigo - no se muy bien por qué, la verdad - y quería seguir permaneciendo a mi lado. Discutir con el anciano era como hacerlo con la pared, así que no me opuse a su decisión. Itziar nos despidió diciéndonos que cualquier cosa que necesitáramos, ahí estaría ella para ayudarnos. Tras agachar la cabeza en señal de respeto, finalmente el viejo y yo nos fuimos.

Tiempo después y sobre todo gracias al ingenio de Damien, lo que antes eran las ruinas de la Orden se habían transformado en un modesto hogar donde vivir, algo parecido al anterior edificio que antes se encontraba allí. 

Guardé mi armadura. Pensé que dejando durante un tiempo al Zed que siempre había sido, me ayudaría. Cerré los ojos y suspiré. De repente, resonó por toda la Orden una gran explosión. Sonreí y solté una pequeña carcajada.

- ¡Viejo! ¡Prepárate a morir! - grité y me desvanecí, dirigiéndome en dirección al anciano.


Fin ~


Breathe (3º Temporada 'Y De Repente Tu) - League of Legends FanficDonde viven las historias. Descúbrelo ahora