Hasta los huesos

Promesa

Su conciencia se había disipado un momento dejando sólo ese cascarón hueco a la vista de sus compañeros, se movía por inercia y la forma en como sostenía su arma seguía siendo inquietante.

- Deberíamos irnos...- Todos observaron al rubio, algo había cambiado en él. No dijeron nada solo avanzaron hacia la salida.

Noctis observó consternado la espalda de su compañero mientras pensaba que Prompto, su Prompto, había muerto y el que se encontraba frente a él no era más que un vestigio ... Tan sólo un muñeco sin vida corrompido por aquel demonio que una vez más le había arrebatado a alguien que amaba.

Un extraño sonido interrumpió sus pensamientos, fue aquel mismo ruido que había escuchado antes de haber perdido sus poderes, sin más, todos lo siguieron hasta dar con un camino sellado con la tecnología del imperio.

Prompto pudo notarlo, aquello que había hecho aquel brujo antes de la llegada de sus compañeros no había sido lo último, aún quería exponer su gran vergüenza, su mayor temor, la realidad de su efímera existencia. Apartado del grupo observó cómo intentaban abrir aquella entrada sin éxito alguno. Sin más se aproximó, sentía que ya no podía perder nada...

- Sé cómo abrirlo- descubrió su muñeca mostrando aquello que había estado ocultando por tanto tiempo, la aproximó al escáner de la entrada dejando que esta se abriera. Sentía la mirada del príncipe sobre él, así que habló antes de que preguntara. - Los infantes tienen unas marcas de identificación... Como la mía...

- No lo había notado...- Mintió, años de convivencia con el rubio le habían permitido conocer todo de él, o al menos eso había pensado.

- si... el caso es que... soy de Niflheim... No es algo que pueda ir diciendo a la ligera en Lucis... Pero ustedes son los únicos amigos que he tenido... Ojalá todo volviese a ser como antes- El vestigio de lo que había sido se asomó por un instante en esa realidad al haber hablado sobre su pasado. Noctis lo sintió presente y tratando de recuperar a su amado rubio se animó a hablar aún con aquella desconfianza que Ardryn había implantado en su mente. - ¿Qué más da dónde hayas nacido?

El corazón del rubio se apretó con dolor dejándole saber que aún se encontraba con vida. Escuchó a Ignis y Gladio de fondo, sin embargo no les prestó más atención, su conciencia se había perdido hasta el momento en que sintió un fugaz y cálido toque sobre su hombro.

- Vamos- Dijo el príncipe mientras alejaba la mano que había puesto sobre el hombro del rubio. Y Prompto, aún quebrado, lo siguió.

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Habían avanzado hasta llegar a un lugar de descanso dentro de aquella fortaleza. Prompto había tomado asiento en una de las camas que ahí se encontraban, no decía nada, sin embargo Noctis pudo notar los movimientos ansiosos e inquietos que realizaba. Iba a acercarse, quería aclarar todo lo que tenía en mente, sin embargo no se sentía capaz de poder hablar con él después de haberle fallado de forma tan garrafal y más aún al sentirse, muy en el fondo, traicionado por haber desconocido la procedencia del rubio durante tanto tiempo...

- Necesito una ducha...- El rubio se levantó sin darle tiempo de terminar de analizar sus pensamientos.

Noctis observó cómo su oportunidad se fue al carajo cuando Prompto se levantó dirigiéndose a las duchas. Decidió esperar recostado en el mismo lugar donde antes había estado el rubio, se perdió un momento para encontrarse una vez más al escuchar la voz de Ignis.

- Noc... Prompto no está bien....

- Lo sé... - No quería hablar de eso, quería evitar el tema con ellos dos, ignorarlo de ser posible, pues se sentía responsable de todo el sufrimiento que el rubio había pasado. Además aún si una parte de él quería traer al rubio que amaba de vuelta, otra aún lo culpaba, al igual que a sí mismo, de forma indirecta por la muerte de Luna... De igual forma la semilla de desconfianza que Ardryn había sembrado en él aún se encontraba fresca. Su cabeza era un lío y no debía dudar en una situación donde Ignis, Gladio y el resto del mundo dependían de él.