V I E R

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Tres de la madrugada. YeBin se había levantado en dirección al baño, arrojándose a si misma sobre retrete, vomitando cualquier sustancia en su estómago. TaeHyung también se había despertado, mareado y con dolor de cabeza. Estaba preocupado por la condición de su amiga porque sabia se había sobrepasado con las bebidas. Poniéndose de pie, caminó hasta la puerta del baño apoyándose en el marco; observaba a la pobre chica con dolor en su mirar, se sentía culpable. Se acercó a ella arrodillándose y colocando sus manos sobre sus hombros, haciendo mimos sobre estos, pero en cuanto tocó su piel sintió miedo, YeBin estaba helada. La chica había dejado de vomitar, pasando una mano sobre sus labios para limpiar cualquier resto de saliva; sus ojos entrecerrados con unas levemente marcadas ojeras buscaron los del chico pasando posteriormente a atraparlo entre sus brazos sin quitar la vista y mantuvieron el abrazo por unos segundos. TaeHyung se puso de pie y luego tomó a la chica en brazos, la colocó sobre la cama de la habitación, la cubrió con las sábanas más gruesas y encendió la calefacción. 

—Todo está bien, yo te cuido ¿sí?

~

Al amanecer, ninguno de los dos salieron del hogar —ni de la cama—, a pesar de que estaban a mitad de la semana. Se dignaron a levantarse horas después del medio día, después de asearse y salieron a una cafetería a almorzar. Caminando de regreso a casa, admiraban el paisaje. Ambos eran tan cercanos, pero solo uno analizaba su relación constantemente. Bien, TaeHyung en serio buscaba mirar a YeBin más allá de como una amiga, pero sabía que era un peligro tan solo hablarle sobre el tema, así que su plan era vivir con ella para toda la vida sin ningún compromiso, ninguna ley que la mantenga atada a él, pensando que todo sería perfecto por siempre. Él esperaba que ella se enamorara de él, o que si ya lo estaba, que ella se le confesara. 

—¿Cuál es el plan de hoy? Perdimos las clases y no me apetece ir al trabajo.— la chica miraba hacia el frente, mientras caminaba a la par del chico.

—¿Que te parece quedarnos en casa? Supongo que no te despediran por faltar un día al trabajo...— TaeHyung sugirió con una leve sonrisa formulada por la idea de pasar tiempo con su preciada amiga.

—No es mala idea, ¿y si llamamos a tus amigos?— la sonrisa del chico se esfumó y frunció el ceño demostrando confusión. ¿Por qué querría YeBin estar con los amigos de TaeHyung? ¿Acaso se había encariñado con ellos? Una sensación de ardor se hizo presente en el pecho del chico, sentía que era un peligro tener las miradas de sus amigos sobre YeBin, pero solo se limitó a asentir ante la propuesta de la chica.

Así sucedió, los amigos se reunieron en el pequeño departamento. Compartieron entre ellos, conversaron, jugaron video juegos y ordenaron dos cajas de pizza. Solo quedaba un último pedazo y las personas dentro de la casa estaban teniendo una guerra.

—Yo pagué la maldita pizza, así que el último pedazo es mio.— el pelimenta —YoonGi— exigía la última deliciosa y algo fría rebanada de pizza. Nadie quería ceder el ultimo pedazo al otro y de ahí la discusión.

—Yo me lo voy a comer, ¡todos ustedes comieron más que yo, es injusto!— la única chica en la sala se defendió, en serio quería el ultimo pedazo.

—¡Mentiras, tu has comido más que todos nosotros!— JungKook también entro en la discusión, había permanecido en silencio planeando una estrategia para tomar la pizza sin que nadie se diera cuenta, pero vio que las posibilidades de éxito eran escasas y decidió adherirse al debate.

—¿Acaso llevabas la cuenta de cuantos pedazos tomaba cada quien? ¡No, así que no tienes como probarlo!— 

—¿Por qué no juegan una mano en la consola y quien gane se lleva la pizza?— HoSeok, quien estaba en el balcón disfrutando la brisa de la noche, entró a la sala con una idea como un intento para callar el escándalo. El mencionado, dirigió la mirada hacia el pelimenta el cual tenía una expresión serena que mantenía constantemente. De hecho, no era algo extraño ver a YoonGi sonreír de vez en cuando, pero los casos en los que permitía ver su enternecedora sonrisa sincera eran escasos. Tras las palabras de HoSeok, una sonrisa ladina se formó en los labios de YoonGi y el chico dio media vuelta, recostándose del marco de la puerta que da entrada a la cocina. 

—No, JungKook ya conoce mi secreto para ganarme— YeBin fulminó al mencionado con la mirada, el cual reaccionó desviando la vista. HoSeok se acercó a la caja de pizza que estaba en el suelo, todos miraron al pelicaoba con atención a sus movimietos. El chico tomó el último pedazo de pizza, todos se removieron en sus lugares para evitar lo que evidentemente había ocurrido, pero era muy tarde porque ya había lo mordido. Poniéndose de pie, HoSeok hizo una mueca de desagrado, dando a entender que no le gustaba lo que masticaba en el momento.

—Por dios, en el tiempo que tardaron peleando la pizza se enfrió... no me gusta.— el pelicaoba decía con la boca llena. — no me vengan con que es injusto, el único que no comió de las tres cajas de pizza fui yo.— volvió al balcón comiendo el trozo restante en su mano. Los chicos —incluyendo a YeBin— no se dieron cuenta que HoSeok no había estado presente cuando estaban comiendo, por que desde que comenzaron a jugar en la consola, él había permanecido en la galería del hogar. YeBin se sintió mal por no haber notado que faltaba HoSeok, pero no le dio importancia e inició una nueva partida con JungKook sentado en el sillón. YoonGi —se encontraba parado— sintió un cansancio que trajo un repentino peso a su cuerpo, el chico se acomodó en el suelo al lado de YeBin. El chico se acercó a ella, recostando su cabeza sobre el hombro de la chica y relajando sus parpados. YeBin se tensó al sentir al pelimenta tan cerca, sin embargo, no se molestó por la acción del chico. Sus mejillas tomaron un leve color ojo. JungKook miró a YoongGi de reojo sintiendo algo de celos, tratando de no perder la concentración en el juego.

—¿Te molesta?— el pelimenta preguntó a la chica sin dejar su posición, su semblante era serio e inexpresivo. Ella negó con la cabeza sonriendo nerviosamente, con la vista hacia el juego. 

Desde la distancia, un triste y solitario TaeHyung observaba a aquellas personas divertirse sin intención de integrarse. Estaba molesto. Amaba pasar tiempo libre con YeBin y que sus amigos le quitaran eso no era bonito. Vió a YoonGi reposar sobre la chica y sintió un dolor punzante en el pecho, estaba celoso de su amigo ese. YeBin solía molestarse cuando TaeHyung se recargaba sobre ella y nunca le dejaba hacerlo, pero se aparece el YoonGi y ella lo deja. La ira de TaeHyung estaba bien oculta, pues no era prudente liberarla en ese momento, así que la guardaba en su interior por un tiempo.

—Esta es la décima vez que me ganas, no entiendo como puedes ser tan buena.— el de pelo azabache suspiró rendido, soltando el mando y acomodándose en el sillón. —Oye, ¿qué hora es?

—Dos de la madrugada. Por allá las colchas de la otra vez.— la chica señaló la ubicación de el objeto con una mano mientras que con la otra frotaba su ojo derecho, estaba cansada al igual que los demás. Los tres chicos siguieron las instrucciones de la chica y se acomodaron en la sala. —Buenas noches a todos.

»Mental Disorders [BTS AU] {EDITANDO}Donde viven las historias. Descúbrelo ahora