f i n d m e | fillie; [TERMINADA]

El corazón sigue abierto.

Era viernes, estaba en clase de matemáticas y Jacob estaba sentado junto a mi aparentando poner atención a la clase.
Generalmente cuando me aburro empiezo a escribir un montón de cosas que me gustaría que pasarán, como fantasías porque, nunca suceden.

-Iré a ver a Nicholas más tarde, ¿quieres ir? -me hablaba en voz baja.

-Tengo que acompañar a Rose a comprar unas cosas -contesté tratando de no prestarle mucha atención.

-Agh -se quejó y salió del salón muy enfadado.
Iría detrás de él, pero tengo cosas más importantes que hacer y no me importaba lo que el hiciera.

Cuando salí de clases primeramente fui a mi casa para cambiarme y dejar mis cosas y después ir a trabajar. Lo que le había dicho a Jacob esta vez era cierto, Rose me había pedido ayer que la acompañará a comprar adornos, ropa y regalos para la fiesta de mañana, hoy llegaba su esposo y ella me había invitado a cenar junto con ellos y alegremente yo acepté su invitación.
Llegué a las tres treinta y había muy poca gente en el lugar, camine hacia la barra donde estaba Rose y me puse mi uniforme.

-Atiende a ese chico de allá -señaló una mesa que estaba en el rincón donde había un chico sólo leyendo el menú.

Camine hacia la mesa a mi paso normal, pues no había tanta gente aún.
Saque mi libreta que traía en el bolsillo de mi falda y también una pluma para anotar lo que el iba a pedir.

-¿Ya sabes qué vas a pedir? -pregunté amablemente.
No me gustaba hablarle a la gente de "usted" preferia dirigirme a los clientes como si estuviera hablando con alguien, eso hacía mejor el servicio y me daban más propina por la amabilidad.

-Quisiera una malteada de fresa y unos waffles -¿por que a todos les gustan los waffles?

-¿También a ti te gustan? -pregunté con desagrado.

-¿Acaso ya lo olvidaste? -¿olvidar que?

-¿Olvidar qué? -respondí confundida.
Su forma de actuar y hablar me era familiar.

El chico bajo la carta del menú y volteó a verme. Quede sorprendida de ver a quien me había encontrado.

-Finn -fue lo único que pude decir.

-Hola Millie.

Finn.

Fue un viaje largo que valió la pena cada segundo. Que suerte haber podido encontrar un vuelo económico. Noah me había mandado la ubicación del lugar donde Millie actualmente trabajaba a hice que un taxi me llevará allá inmediatamente que salí del aeropuerto.
Cuando llegue al restaurante le pregunté a una trabajadora sobre Millie, ella me había dicho que no iba a tardar mucho en llegar y que podía sentarme a esperarla.
Unos quince minutos después escuché cuando ella llegó, pues parece que entró algo apurada y grito "¡llegué!". Escuchar su voz me hizo sentir muchas cosas que hacía tiempo no sentía. Estaba nervioso y empezaba a temblar, mi corazón palpitaba más rápido y mis manos empezaban a sudar. Sentí como ella se acercaba a mi y después de cinco años ella me hablo

-¿Ya sabes qué vas a pedir? -escuchar su voz otra vez era hermoso, tuve que aguantarme las ganas de llorar.

-Quisiera una malteada de fresa y unos waffles.

-¿También a ti te gustan? -pregunto con disgusto.

-¿Acaso ya lo ovidaste?

-¿Olvidar qué? -respondió confundida.

Baje la carta del menú y voltee a verla lentamente. Ella quedo totalmente sorprendida cuando me miro, es la primera vez en cinco años que volvía a ver a Millie y ella lucía tan hermosa.